Los efectos especiales del Rayo
El equipo de Iraola, el mejor local de las cinco grandes liga europeas, se impulsa gracias al efecto Vallecas y la mecanización del juego
De Vallecas a la cuarta plaza de la Liga. O lo que es lo mismo, a ocupar una de las cuatro posiciones Champions. La regularidad en su estadio (ocho victorias y un empate, 25 puntos de 27 posibles, y 19 goles a favor por tan solo tres en contra) han colocado a este valiente Rayo de Iraola como el mejor equipo local de los cinco grandes torneos domésticos de Europa. Al PSG, con la misma puntuación, le adelanta por diferencia de goles (+15, uno menos que los españoles), y al resto por puntos: Bayern y Borussia (24), y City y Arsenal (22) quedan por detrás con igual número de duelos.
A un partido de finalizar la primera vuelta, su posición ya no es una casualidad, sino pura regularidad. Rendimiento mantenido. Desde la quinta jornada está por encima del décimo puesto, con nueve sextas posiciones y dos quintas antes de llegar a esta privilegiada situación actual. La del Rayo es una apuesta constante por un modelo muy definido.
Se trata de un equipo valiente, profundo, perpendicular, que prefiere atacar los espacios abiertos que elaborar el juego en la zona de creación, y que intenta jugar más en el campo contrario que en el suyo. Sus posesiones son cortas y rápidas, y sus transiciones defensa-ataque, su mejor seña de identidad. No cae en la tentación de defender adelantado. Todo lo contrario. Su última línea siempre tiene la frontal de su área como referencia y no le importa que haya muchos metros de distancia con su jugador más adelantado. Su intención es mostrarse robusto por dentro con una columna vertebral muy definida, con sus dos centrales (Catena-Salveljich) y sus dos mediocentros (Comesaña-Valentín). Y, a partir de ahí, ser veloz por las bandas donde los laterales (Balliu y Fran García) alternan profundidad y amplitud.
En el epicentro de la organización, en la media punta, se planta el capitán Óscar Trejo, de 33 años. Casi siempre elige bien. Mitad instinto, mitad inteligencia. Sabe cuándo tiene que acercarse a los mediocentros o dejarse caer en las bandas, y dónde crear las superioridades. Mide los tiempos y es el jugador de Primera con más pases de gol (ocho). Tácticamente, el equipo es un libro abierto. Iraola ha apostado por un mismo sistema (1-4-2-3-1) y mantiene un once titular bien definido donde la posición que más ha variado es la referencia ofensiva: Guardiola (siete partidos, los cinco últimos), Nteka (seis), Falcao (cuatro) y Andrés Martín (uno).
A pesar de conocer el trabajo y las circunstancias, los primeros sorprendidos son los propios interesados. David Cobeño, director deportivo, lo reconoce con una sonrisa. “Hay que ser sinceros, no nos esperábamos estar donde estamos ahora. Sabíamos que lo podíamos hacer bien porque veníamos con una base de equipo y de trabajo del año pasado en Segunda, pero lo que nos está pasando ni en nuestros mejores sueños. ¿Nuestro gran secreto? La intensidad. Tenemos el juego muy mecanizado y todos los jugadores parecen robots, siempre saben lo que deben hacer”.
Peor a domicilio
Desde ese conocimiento interno, Cobeño tampoco encuentra una razón específica que pueda explicar la diferencia de resultados entre casa y fuera, donde el Rayo solo ha sumado cinco puntos. “Los planteamientos tácticos son los mismos. Yo estoy en las charlas del entrenador. Lo poco que se puede modificar es más por el rival, no la idea general. Pensamos que las medidas de Vallecas son un poco más pequeñas y se adaptan mejor a nuestro juego. Llegamos antes a cubrir espacios, a la presión que hacemos en todo el campo. También puede favorecer nuestras transiciones rápidas. Evidentemente, el efecto de la afición es una realidad porque empuja mucho y nos ha llevado a esa inercia de pensar que somos superiores a los demás”, comenta.
El otro gran interrogante que se plantea es si va a poder aguantar este ritmo. David Cobeño se muestra realista. “Si nos respetan las lesiones, las sanciones y la covid, estoy convencido de que podemos mantenernos. No sé si tanto como hasta ahora, pero sí que nos van a dar las piernas. La segunda línea del equipo, que ahora está jugando menos, cuando sale no solo no rinde peor, sino que mejora lo anterior porque sube la intensidad. Hemos perdido a Álvaro García, que es importante para nosotros. No tenemos un jugador de sus características, pero sí podemos hacer un apaño con Bebé, con Kevin Rodríguez, Andrés Martín…”.
Paco Jémez, último entrenador del Rayo antes de la llegada de Iraola, también saborea la ocasión desde su perfecto conocimiento del club y del equipo. “Es indudable que el efecto Vallecas transforma al equipo hasta el punto de que casi arrolla a los rivales y muestra una autoridad impresionante. Es un equipo vertical y alegre. No tiene tanta salida de balón desde atrás como puedan tener otros, pero luego sí despliega un juego muy rápido por las bandas, con mucha llegada de los laterales. Tácticamente, en el fútbol está casi todo inventado, pero el Rayo todo lo que hace lo hace bien”, zanja.
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