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Fuera biquini, dentro ropa ajustada en balonmano playa: “A sexismo, más sexismo: queremos poder elegir”

La selección noruega celebra como un avance el cambio de normas de la Federación Internacional; mientras que las españolas reivindican lo que tienen en España desde 2014

Partido de Noruega contra España en el europeo de balonmano playa del pasado mes de julio. ArenaHandballT
Partido de Noruega contra España en el europeo de balonmano playa del pasado mes de julio. ArenaHandballT
Eleonora Giovio

Las mujeres, con ropa ajustada. Los hombres, no. En pleno 2021, los uniformes de algunos deportes siguen siendo sexistas y machistas. Y no sólo no dejan elegir a los que juegan lo que les es más cómodo, sino que además, las prendas se diferencian en función de si se las tiene que poner un hombre o una mujer. La Federación Internacional de Balonmano (IHF) ha respondido a las acusaciones generalizadas de sexismo cambiando las reglas sobre los uniformes femeninos en las competiciones de balonmano playa. El biquini, obligatorio hasta ahora, ya no lo será a partir del 1 de enero de 2022. Las deportistas deberán llevar pantalones cortos y camisetas sin mangas. Ajustadas, eso sí [body fit tank top and short tight pants]; adjetivo que desaparece en las obligaciones de los uniformes masculinos [tank top and shorts].

La selección noruega femenina de balonmano playa, que fue multada en julio con 1.500 euros por jugar el Europeo con pantalón corto, ha celebrado el cambio de normativa como un éxito. En la cuenta oficial de Instagram del equipo nacional escribieron: “Después de varios años intentando cambiar el código de vestimenta en nuestro deporte, por fin lo logramos. Hemos dado un paso en la dirección correcta y nuestro deporte parece ahora un poco más abierto e inclusivo. Tenemos ganas de que se nos mire por nuestros logros deportivos, y no por nuestros uniformes”. Varias internacionales españolas lo consideran de todo menos un avance y más cuando lo comparan con la situación que tienen aquí.

En España, desde 2014, las jugadoras pueden elegir qué ropa llevar siempre y cuando vayan todas vestidas de la misma manera. Algunas optan por braga y top porque lo consideran más cómodo; otras eligen pantalón y camiseta. Luisa Toro, 28 años y campeona del mundo con España en 2016, viste top y braga, reivindica la posibilidad de elegir y detalla el largo historial “machista” de la IHF. Jugadora del AM Team Almería, ha sido elegida mejor defensora del mundo en varias ocasiones. “Antes te obligaban a llevar braga y top y ahora te obligan a llevar pantalón y camiseta. No hemos avanzado nada, absolutamente nada. Es exactamente lo mismo, te están obligando a ponerte algo: esto es lo que hay y ya está. Sin ninguna opción de nada. No hemos dado ningún paso adelante. Antes nos obligaban a una cosa y ahora a otra. ¿Y por qué no tenemos la opción de elegir?”, se pregunta.

Largo historial machista

Tampoco la tienen, según cuenta, a la hora de vendarse. “En la IHF son muy estrictos también en este asunto. Si has salido de una rotura de gemelo, por ejemplo, no te lo puedes vendar porque dicen que no queda visualmente bonito para el que vea balonmano playa por la tele. Hasta este año, que lo han cambiado, tampoco podíamos vendarnos el muslo. Los hombres, como llevan pantalón y no se los veían, sí podían ir vendados…”.

Patricia Encinas tiene 29 años, lleva desde los 17 con la selección y su club es el Getasur. “Nosotras al principio jugábamos con camiseta sin mangas y unas mallas. Con 40 grados y al sol es mucho más preferible el top y la braga. No es que no se quiera jugar con biquini, porque hay mucha gente que lo prefiere, el tema es: ¿Por qué no puedo elegir yo como jugar”. Igual que Toro cuando se le pregunta si a la hora de hacer las normas alguien de la IHF lo consulta con las jugadoras, contesta que no.

Asunción Batista tiene 28 años y lleva siete en la selección española de balonmano playa y cree, igual que sus compañeras, que se ha vuelto a la casilla de salida. “Se ha dado un golpe en la mesa por un tema sexista/machista, pero de nuevo vuelven a elegir algo de manera sexista y machista. Que a nivel internacional la IHF nos obligue a jugar con ropa ajustada no es una decisión ni una respuesta a lo que se estaba protestando. Yo personalmente no, pero en mi equipo y en más clubes, la gente se siente más cómoda jugando en biquini. ¿Y ahora qué? ¿Los demás que se sentían cómodos con biquini ya no pueden? Ahora ropa ajustada que no es para nada lo mismo que llevan los chicos. Al final no están resolviendo ni una cosa ni la otra”.

¿Qué molesta más? Contesta Batista: “Que no podamos jugar como más cómodas nos sentimos. En España se hace y todo el mundo está feliz y contento y no pasa absolutamente nada”. No sólo a las jugadoras les parece incomprensible la decisión que ha tomado la IHF.

Pedro Soria es segundo entrenador del equipo femenino AM Team Almería y jugador de balonmano playa. “Yo soy chico y en la parte masculina del reglamento no aparece el término ajustado. Lo lógico es lo que se hizo en España, que se dejara elegir a las chicas jugar con la ropa que les era más cómoda. Somos un deporte tan minoritario que no tiene ningún sentido perder a deportistas porque no se sientan cómodas con la ropa que tienen que utilizar para practicarlo. No me cabría en la cabeza que unas atletas árabes, por ejemplo, no pudieran participar en una competición de atletismo porque no pueden llevar ese tipo de vestimenta. Es que no tiene ningún tipo de sentido”. Soria reconoce que ha hablado con sus jugadoras y con compañeros y que en el mundillo del balonmano playa ha sentado mal la polémica. “Nuestro deporte es tan espectacular que no hace falta que nadie vaya vestido de ninguna forma”.

Noruega fue sancionada por la Federación Europea de Balonmano (EHF) por llevar pantalones cortos como sus homólogos masculinos durante el Europeo de Bulgaria. La EHF tildó de “ropa inadecuada” las mallas cortas. Las jugadoras apuntaron que la norma era sexista y que se sentían incómodas. La normativa de entonces establecía que las mujeres deben usar un biquini cuya parte superior debe ser “un sostén deportivo ajustado con aberturas en los brazos” y la inferior “no debe tener más de diez centímetros en los lados”. El biquini ya no es obligatorio. Pero... pero se ha cambiado por ropa ajustada. Para la selección noruega no es un problema. Según su perfil oficial en Instagram, eso significa “poder jugar con algo que cubra un poco más”.

¿Qué es esta locura?

Liliana Fernández, olímpica de vóley playa, recuerda como, cuando era juvenil y jugaba en pista, durante un año (2000) se obligó a las jugadoras a jugar con braguita. “Al año siguiente, otra vez pantalón corto. Se intentan cambiar cosas, por intentar llamar la atención, intentar venderlo. Yo agradezco la opción del biquini porque es lo más cómodo del mundo, la arena se te mete hasta en los oídos”.

La opción, subraya. Porque en vóley playa es una opción. “A nosotras nos dejan elegir y si te fijas no hay ninguna chica que por motivos de incomodidad o lo que sea, juegue con pantalón o malla. Todas decidimos jugar en biquini, otra cosa es que sea por motivos religiosos. Por eso la Federación Internacional también contempla otro tipo de indumentaria [para los Juegos Olímpicos hay cuatro combinaciones diferentes]. Las que jugamos con biquini no lo hacemos por obligación, sino por elección”. Y concluye: “No sé qué persona está en la IHF, ni la experiencia y sensibilidad que tiene y esto último es importante. Tendrá que aparecer alguien que diga: pero qué es esta locura, cómo es eso que yo no puedo decidir cómo competir”.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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