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La soledad feliz de Alexander-Arnold

El lateral diestro del Liverpool destroza al Atlético sin que nadie le moleste

Trent Alexander-Arnold pugna por el balón con Lodi
Trent Alexander-Arnold pugna por el balón con LodiJon Super (AP)
Diego Torres

La soledad es un bien escaso. Cada vez más amenazado en la era de las telecomunicaciones y cada vez más valioso en el fútbol, donde los clubes se gastan millones de euros en pagar entrenadores —y hasta físicos y matemáticos— para que desarrollen modelos que permitan a sus jugadores recibir la pelota desmarcados —es decir, solos— porque así es más fácil ganar precisión. La costosa búsqueda de lugares deshabitados en los campos donde se practica el balompié ha desencadenado una carrera táctica cuya consecuencia más perceptible ha sido la aglomeración, las estrecheces, el ahogamiento, y la ausencia de tiempo que pesa sobre todos aquellos que entran en contacto con una pelota. Por eso resultó extemporáneo y alarmante ver a Trent Alexander-Arnold recibir un pase solo por tercera vez en campo del Atlético cuando apenas se habían cumplido 13 minutos de partido. La multitud que llenaba las gradas de Anfield palpitaba anhelante y el lateral inglés se vio aislado en medio de un círculo de diez metros de radio de hierba desocupada. Un privilegio al alcance de muy pocos en el año 2021.

LIVLiverpool
Liverpool
2
Alisson, Matip, Trent Alexander-Arnold (Nathaniel Phillips, min. 94), Konstantinos Tsimikas, Virgil Van Dijk, Oxlade-Chamberlain (Minamino, min. 78), Fabinho (Thiago, min. 59), Henderson, Salah, Diogo Jota y Mane (Roberto Firmino, min. 45)
ATM Atlético
0
Atlético
Oblak, Mario Hermoso, Felipe Monteiro, Giménez, De Paul, Carrasco (Vrsaljko, min. 68), Koke (Matheus Cunha, min. 68), Trippier, João Félix (Renan Augusto , min. 58), Correa (Javier Serrano, min. 74) y Luis Suárez (Héctor Herrera, min. 58)
Goles 1-0 min. 13: Diogo Jota. 2-0 min. 21: Mane.
Árbitro Danny Makkelie
Tarjetas amarillas Mario Hermoso (min. 8), Mane (min. 14), Luis Suárez (min. 36), Koke (min. 38), João Félix (min. 52), Diogo Jota (min. 85) y Matip (min. 92)

La situación se hizo más extraña por tratarse de Alexander-Arnold. Nada menos que el lateral derecho más influyente del mundo en la época dorada de los laterales derechos. Lo suelen repetir los entrenadores más viejos. Nunca en la historia del fútbol los laterales han sido tan influyentes como ahora, y mucho menos los diestros. El adagio —”el que vale, vale, y el que no lateral derecho”— ya es una reliquia.

La segunda década del siglo XXI, con el afán colectivo por afinar la presión, ha provocado que las esquinas de los campos de fútbol se conviertan en los lugares más despejados. Jürgen Klopp, el técnico del Liverpool, es quien mejor explota esta circunstancia gracias al sentido del pase del fino Alexander-Arnold, que hasta juvenil ofició de mediocampista. Desde 2018 es uno de los pilares del Liverpool. Este miércoles fue el bisturí que abrió al Atlético por la que se supone es la parte más gruesa de su piel.

El plan de Klopp

Fue Klopp quien advirtió a sus jugadores, en el vestuario del Wanda, que a la espalda de Koke y De Paul siempre habría espacios para jugar, si los buscaban con paciencia. El argumento era de índole geométrica. “Ellos juegan con un 5-2-3″, señaló el técnico. Los dos volantes no podían cubrir tanto terreno si sus cinco defensas se aculaban atrás y sus tres atacantes se quedaban arriba. Lo dijo en público. Sin importarle que Diego Simeone, su homólogo, lo escuchara.

Tenía razón Klopp. Primero, porque daba igual que el enemigo escuchara sus planes de ataque. Simeone es un hombre de ideas fijas. En Anfield volvió a formar al Atlético con un esquema y unos ejecutantes cuya consecuencia fue que Koke y De Paul acabaron quedándose en inferioridad cada vez que el Liverpool los atacaba. Como Correa, Suárez y João Félix son atacantes, y como Simeone les pidió que se descolgaran para aprovechar los contragolpes, la estructura del equipo se pareció mucho a un 5-2-3.

Simeone ha dicho alguna vez que la línea de cinco defensas esconde, en realidad, un artilugio ofensivo. El técnico ha explicado que así libera en ataque a Carrasco y Trippier, que asaltan por sorpresa el campo rival corriendo por las bandas. Pasó por alto que en la inmensa mayoría de los casos las defensas de cinco hombres son la mejor catapulta de las intenciones más conservadoras. Sea cual fuera su mensaje en Liverpool, el desenlace se plasmó en la cancha. Entre retar a Trent Alexander-Arnold en campo contrario o ayudar a Hermoso en sus coberturas de Salah, Carrasco eligió replegarse. Lo que más se acomoda a la prudencia de su entrenador. Lo suficiente para descubrir al lateral derecho, que se movió con libertad hasta el vecindario de Oblak. Lo hizo en los primeros compases del partido y lo repitió en el minuto 13. Con un efecto asombroso.

“Me gustó cómo preparamos la jugada para que Trent centrara con todo el tiempo del mundo”, se felicitó Klopp, tras el partido.

Libre y sin ser molestado, el mejor lanzador del Liverpool ejecutó el centro. Tocado, tenso, claro en su elipse, el proyectil trazó una línea equidistante entre el portero y los centrales. Cuando Felipe quiso reaccionar, debió hacerlo hacia atrás, y en el escorzo perdió la marca de Jota. El falso nueve del Liverpool remató el 1-0 a un toque y el Atlético se abocó a sufrir.

El 11 de marzo de 2020, en el curso del último partido celebrado en la Champions antes de la pandemia, el Atlético ganó el duelo de Anfield después de sufrir uno de los bombardeos más opresivos que se recuerdan en el máximo nivel. Hasta 34 veces remató el Liverpool sobre la portería de Oblak. El partido acabó 2-3. Este miércoles, durante la reedición del partido, solo cambió el resultado. El Liverpool remató 15 veces por cinco del Atlético a lo largo de una concurrencia unidireccional. “Es difícil de explicar, pero nos han marcado dos goles muy fáciles”, lamentó Oblak.

El 2-0 se desató como el 1-0. Hubo un cambio de orientación hacia la derecha, Carrasco se apelmazó con Hermoso en persecución de Salah, y Trent Alexander-Arnold, que solo tiene 23 años, asistió a Mané con otro pase tenso, letal, tras gozar de aquello que todos persiguen y muy pocos pueden disfrutar en el fútbol de hoy: unos segundos de soledad con la pelota en los pies.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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