El Valencia equilibra el pulso ante el Real Madrid
Los de Ponsarnau arrollan al equipo de Laso, muy mermado por las bajas, y fuerzan el desempate por un puesto en la final de la Liga ACB (85-67)
Un Valencia firme y aplicado arrolló al Madrid en La Fonteta y forzó el desempate en busca de un puesto en la final de la Liga ACB. Labeyrie, Tobey y Dubljevic impusieron su potencia ante un rival descosido y desajustado por las bajas (85-67). Los de Laso, que alcanzaron los 84 partidos en una temporada por primera vez en su historia, perdieron el primer partido a domicilio en todo el curso liguero (el tercero de 40) y quedaron de nuevo abocados al alambre en un viaje tan tortuoso como meritorio, siempre al límite. El Valencia, en el encuentro 200 de Ponsarnau en el banquillo taronja, se dio el homenaje de devolver la serie a Madrid. El pulso queda equilibrado, con los blancos pendientes del parte médico y los valencianistas, de estirar su pujanza competitiva para pelear por el título.
El Valencia aplicó intensidad y dinamismo a su plan desde el inicio. Con Van Rossom y Vives compartiendo la dirección, y San Emeterio, Dubljevic y Williams construyendo el propósito de enmienda respecto al primer partido en la defensa y el rebote. Respondió el Madrid con la gracilidad de Carroll y, enseguida, Juan Núñez volvió a salir al quite con sus 17 años recién cumplidos para ayudar a achicar agua. Del 10-3 al 18-16. Pero el equipo taronja marcó la diferencia al final del primer cuarto con un puñado de contraataques ante los desajustes de su rival (24-18, m. 10) y no frenó en su carrerilla.
Ganada la batalla del ritmo, la siguiente vuelta de tuerca sirvió a los de Ponsarnau para descoser definitivamente el marcador (37-24, m. 17). Causeur tuvo que arrimar el hombro en la dirección y perdió el acierto que oxigenó al Madrid en ataque en el primer episodio de la serie. Prepelic y Labeyrie se encargaron de seguir alimentando la caldera valencianista y los blancos comenzaron a sufrir frente a la presión alta y la voracidad defensiva de los locales. Un triple de Hermannsson sobre la bocina del descanso coronó el vibrante primer tiempo del Valencia (44-29, m. 20). “Nuestro éxito ha sido la defensa y concederles solo dos rebotes ofensivos”, analizó Ponsarnau. Para entonces, las pérdidas de balón, los pobres porcentajes de tiro y la falta de fluidez eran el lastre de un Madrid magulladísimo.
En su transformación forzosa y constante, el Madrid ha recurrido a 20 jugadores esta temporada. Tisma salió cedido al Betis, y Campazzo y Deck hicieron las Américas rumbo a Denver y Oklahoma. Y otros seis componentes de la plantilla (Llull, Laprovittola, Abalde, Felipe, Thompkins y Randolph) están de baja. Para completar una convocatoria de 11 en La Fonteta, Laso recurrió de nuevo a los júniors, Núñez y Tristan Vuckcevic, 17 y 18 años (dos de los 16 canteranos debutantes en estos 10 cursos). Además, Rudy llegó tocado a la cita y Alocén también sufrió un golpe durante el partido. Enfrente, un Valencia vigoroso y concentrado, conjurado para aprovechar las fisuras del enemigo, con Dubljevic y Tobey reforzando la percusión. El Madrid no encontró recursos ni rendijas. Van Rossom cerró todas las vías hacia Carroll y la renta valencianista creció hasta la frontera de los 20 puntos (48-29, m. 22).
Resistió el Madrid unos instantes más en el partido, con más temple que acierto, y logró rebajar la desventaja hasta un -11 (59-48, m. 29). Pero los problemas en el puesto de base, de la inexperiencia de Núñez a la falta de adaptación de Causeur, volvieron a descolgar al equipo de Laso, incapaz de salir del atolladero. Labeyrie remató su notable actuación (18 puntos) y consolidó el dominio indiscutible del Valencia (80-56, m. 35). La eliminatoria quedó igualada, pendiente del desempate de este jueves en Madrid.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.