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El quinto ascenso de El Trabuco

Manolo Reina, el meta malagueño de 35 años, ha sido clave en el regreso del Mallorca a Primera

Marc Rovira
Manolo Reina
Una parada de Manolo Reina en un partido entre el Mallorca y el Fuenlabrada.Angel Martinez (GETTY IMAGES)

En el mes de noviembre, cuando se habían disputado una docena de jornadas del campeonato de Liga, un discreto portero de 35 años aparecía como el mejor guardián de todos los registros de Primera y Segunda. Llevaba apenas dos goles encajados y se erigía como una garantía para que su equipo, el Mallorca, se afianzara en la segunda posición de la categoría de plata. A los aficionados mallorquinistas aún les picaba la herida por el batacazo del descenso de la temporada anterior, cuando perdieron la categoría con un saldo de 23 derrotas, pero pasar el plácido otoño balear instalados en plaza de ascenso directo abría las puertas a soñar con un billete de vuelta a la élite.

“La solidez defensiva pone los cimientos de un equipo”, afirma ahora aquel portero, una vez conseguido el ascenso. Es Manolo Reina, pero sus compañeros de vestuario le conocen como El Trabuco. El capitán del Mallorca, nacido en Villanueva del Trabuco (Málaga), ha sido el baluarte de un equipo al que llegó hace cuatro temporadas para competir en Segunda B y que se ha hecho fuerte en defensa (0,6 goles recibidos por encuentro).

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“Entonces tenía claro que el objetivo era subir a Segunda, pero ni loco podía pensar en jugar en Primera”, confiesa Reina. La locura se ha hecho realidad. El regreso del Mallorca a Primera se confirmó este martes, sin necesidad de saltar al césped. La derrota del Almería en el campo del Cartagena le sirvió en bandeja el ascenso al conjunto bermellón, que festejó el premio en las Islas Canarias, donde aguardaba el partido ante el Tenerife. “¡Qué sufrimiento!”, resopla el portero, cuando recuerda los nervios de la plantilla viendo por televisión los últimos minutos del partido que confirmó el ascenso. Para él es la quinta vez que sube de categoría, tras dos anteriores con el Mallorca, de Segunda B a Segunda A en 2018 y a Primera en 2019; con el Levante a la máxima categoría en 2010 y con el Nàstic a Segunda en 2015.

Este curso, desde que el Espanyol pegó el demarraje para escaparse en solitario, la lucha por la plaza que quedaba para el ascenso directo fue objeto de pelea de Mallorca y Almería. No hubo tregua hasta que los baleares resistieron mejor el esprint final. La plantilla balear partía de inicio como uno de los gallos de la categoría. Pero Luis García Plaza, el técnico madrileño que tomó el relevo de Vicente Moreno, permitió poco relajo. Los jugadores recuerdan el día que entró en el vestuario con una hoja de papel en la mano. Era la clasificación, con el Mallorca en los puestos de honor a falta de 10 partidos para el final. La rompió en pedazos avisando que aún quedaba un trecho para el final.

El defensa Xisco Campos milita ahora en el Pontevedra. Era el capitán del Mallorca hasta el año pasado y, a su marcha, le cedió el brazalete al Trabuco. “Manolo tiene madera de líder, en lo difícil siempre aparece”, valora. “El espíritu que encontré en el vestuario cuando llegué para competir en Segunda B se mantiene, y eso es lo que te lleva a conseguir cosas bonitas”, dice el portero. Con 36 años recién cumplidos y un curso más de contrato, quiere aprovechar la euforia del ascenso para pedir una prórroga a la directiva. “Yo me veo en mi mejor momento” afirma.

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