Araujo se hace grande
El central de 21 años, segundo más rápido del Barça tras Dembélé, destaca en los despejes y el juego aéreo
Carrasco, extremo del Atlético, se lo estaba pasando pipa frente al Barcelona porque encontró su espacio entre Dest y Mingueza, ganador de casi todas las carreras y airoso en muchos de sus recortes. En el entreacto, vía móvil porque no podía hablar directamente con el vestuario al estar sancionado, Koeman decidió colocar a Ronald Araujo (Rivera, Uruguay; 21 años) en lugar de Mingueza y Carrasco se evaporó. “No te creas que cambia mucho en los entrenamientos. Es una buena lapa si se lo propone. Por donde está él no se pasa”, señalan en el vestuario azulgrana. “Siempre está concentrado”, remarca un empleado del Barcelona. “Estuvo un tiempo lesionado y le ha costado volver a su nivel físico, pero ahora está bien e hizo gran segunda parte ante el Atlético”, señaló Koeman este lunes; “siempre jugamos con jóvenes y nos falta madurez, experiencia…”. Quizá por eso a Araujo le recomendaron que mirara vídeos del excapitán Puyol.
El fichaje de Araujo llegó de forma sorprendente y fue para el filial, absoluto desconocido porque jugaba en el Boston River uruguayo. Si llegó fue porque el secretario técnico Ramon Planes le convenció para que cambiara de club porque ya lo tenía medio cerrado con él para que se incorporara al Getafe, club en el que estaba entonces Planes de director deportivo hasta que el expresidente Josep Maria Bartomeu le fichó. El espigado central (1,90 metros) aceptó renunciar a Primera para aprender en el Barça un escalón más abajo. Y la apuesta le ha salido redonda, atornillado ya en el primer equipo azulgrana. “¿Otro Yerry Mina [central que llegó hace dos inviernos y fue traspasado al Everton al ver que no encajaba con el fútbol azulgrana]?”, se escuchó por entonces en los pasillos del Camp Nou, disconforme parte de la directiva en pagar 1,7 millones fijos más 3,5 en variables por un jugador anónimo. El tiempo, sin embargo, le ha dado la razón al área deportiva.
“No creo que haya en el mercado muchos jugadores que con su altura sean tan rápidos”, exponen desde las oficinas de la ciudad deportiva. Y no les falta razón porque en el Barcelona es el segundo jugador más veloz del equipo porque ha alcanzado una velocidad máxima en un partido de 34,5 km/h por los 34,6 de Dembélé, según datos de LaLiga. Araujo no solo es piernas, por más que con los pies se complique en según qué ocasiones. “Debe mejorar en su pase vertical y en el primer control de balón”, le instó públicamente Koeman, siempre sin pelos en la lengua. Al central le falla sobre todo el pase en largo. En la Liga ha dado 886 pases y 814 los ha entregado bien (92%, solo por detrás de Piqué, que alcanza el 94%). Sin embargo, si el pase es más de 30 metros se enreda porque de 61 intentos solo ha entregado 29 correctamente (48%). Pero Araujo siempre hizo caso del primer consejo que le dio el técnico Quique Setién antes de hacerle debutar en el curso anterior. “No te compliques”, le dijo. Y el uruguayo es el azulgrana que más despejes hace por encuentro (3,1), perseguido por Piqué y Lenglet, que se quedan en 2,6.
En el apartado defensivo no afloja, pues acumula 6,8 recuperaciones por partido (rebasado únicamente por las 7,3 de Piqué y las 7 de Lenglet) y casi siempre está bien colocado porque ha bloqueado 12 remates -el que más- por los ocho de Lenglet. Y lo mismo ocurre en los duelos aéreos porque ha ganado 44 de 63 (3,1 por partido) y Piqué, líder en la estadística, llega a 3,7. “Puede que no tenga esa salida de balón pulcra de otros, pero suma muchísimo y es un defensa de los de verdad”, le elogian en los despachos de la ciudad deportiva. Tímido y ferviente seguidor de la Biblia porque siempre viaja con ella y le gusta releer los pasajes, Araujo ya se ha hecho grande.
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