Adriana Cerezo, a los Juegos de Tokio con solo 17 años
La joven taekwondista, que hace técnicas de meditación, gana el preolímpico en Sofía mientras que Cecilia Castro cae en cuartos
La tarde en Sofía trajo buenas noticias para el taekwondo español: Adriana Cerezo consiguió un billete más para los Juegos de Tokio en el preolímpico que se está disputando en la capital de Bulgaria. Cerezo, una joven promesa de 17 años que debutó en categoría absoluta el año pasado, se ha clasificado en la categoría de -49 kg tras derrotar a la suiza Andrea Schnell (49-4); la chipriota Kyriaki Kouttouki (18-1) y a la rumana Liana Musteata (18-3). Cecilia Castro, de 23 años, que se jugaba la plaza en -67kg, perdió en cuartos contra la ucraniana Tatiana Tetereviatnykova y ha dejado a España sin pleno.
Cerezo se une así a los pesos masculinos que se clasificaron directamente por ránking (-68kg: Javier Pérez Polo; -80kg: Raúl Martínez o Daniel Quesada; y -58kg: Adrián Vicente o Jesús Tortosa). Nunca España había clasificado a tantos deportistas para unos Juegos desde que el taekwondo debutó en Sidney 2000. Y nunca, además, había conseguido clasificar a tres de manera directa. Para este preolímpico ha tenido incluso que hacer un descarte (Marta Calvo) porque no podía llevar a más de dos taekwondistas.
Al margen de lo que pueda ocurrir en Tokio el próximo mes de julio (los combates serán del 24 al 27), España está demostrando ser una potencia mundial que lleva años trabajando muy bien en categorías inferiores y con continuidad en categoría absoluta. Sin ir más lejos, en dos de los tres pesos masculinos (-80kg y -58kg), hay dos deportistas que entrarían por ranking olímpico. El taekwondo español cosechó tres metales en Londres 2012; dos en Río 2016 y ya está trabajando, además, según asegura el técnico del equipo nacional Miguel Ángel Herranz, para París 2024. Hay relevo. En el CAR (Centro de Alto Rendimiento) ya trabajan con un ojo puesto en la próxima cita olímpica. En los Juegos de Tokio sólo Corea (equipo con más medallas olímpicas, 19) y Turquía tienen más clasificados (6) que España.
“Cecilia ha tenido la peor rival que le podía tocar en cuartos, siempre pelea con la izquierda por delante y es de las que peor le van. Adriana ha ido como un tiro. Confiábamos todos en ella; y lo importante es que ella confiaba plenamente en sí misma”, comenta desde Sofía Herranz, feliz por el éxito de Adriana. Con sólo 17 años se proclamó campeona de Europa el pasado mes de abril en su primer campeonato continental en categoría absoluta. Dio el salto con los mayores hace apenas doce meses. Está en segundo de bachillerato. Jesús Ramal, su técnico en el Hankuk de San Sesbastián de los Reyes, dice que es una locomotora, que nunca para; que es tan exigente que su mayor trabajo como entrenador consiste en frenarla porque si fuera por ella entrenaría en doble sesión todos los días e iría corriendo al gimnasio nada más bajar de un avión.
Los dos aseguran que el punto de inflexión en la carrera de Cerezo fue el Open de Estados Unidos en 2016, cuando Adriana tenía 12 años y competía en cadetes. “Eso nos marca un antes y un después. Era una niña de 12 años que andaba por ahí ganando todos sus combates en un campeonato en los casinos de Las Vegas que se te puede hacer grande y que ella manejó muy bien”, dice Ramal al mismo tiempo que señala un segundo punto de inflexión. “Para el alto rendimiento deportivo fue el campeonato de Europa sub-21. Le dio confianza y creencia en sí misma”.
Respiración para despejar la mente
Para frenar su cabeza que siempre va a mil, Cerezo confiesa que desde 2017 hace técnicas de meditación. “Es mindfulness, no es nada raro ni del otro mundo. Simplemente te paras 10 minutos al día y te focalizas en la respiración o en los sonidos. Te ayuda a centrar la atención. Es que cuando me levanto tengo 10.000 cosas en la cabeza y estoy siempre con el runrún y tener un rato al día en el que no tienes que pensar en nada despeja mucho la mente”, asegura. “Desde que empecé he notado un cambio muy grande sobre todo compitiendo donde hay nervios, ansiedad. A veces en un combate se te va la cabeza y estas técnica me ayudan a centrarme, no culparme y volver al punto de focus”, detalla.
“Cuando era pequeña tenía más inseguridades. Al ser tan exigente y competitiva y con los estudios es igual, siempre se exige demasiado. Lo que hemos conseguido con la meditación guiada, es equilibrarla sobre todo en las épocas de estrés. La ha hecho parar un momento y tener un momento para ella. Calmarla y relajar un poco la mente le ha venido bien”, añade Ramal.
Él siempre ha querido ir poco a poco y paso a paso. “Adriana si está a gusto va sola”, dice. “Sé que va a llegar hasta donde ella quiera llegar. Y va a parar cuando ella quiera parar. ‘Hasta donde tú quieras, Adriana’, es lo que le digo siempre. Porque darlo lo da todo, el día que ya no le haga ilusión o que no venga feliz, parará. Es una niña especial, con las ideas muy claras, es feliz con lo que hace; lo único que tengo que hacer yo es alimentar esa chispa, cuidarla mucho”, añade el entrenador.
La semana pasada, cuando se le preguntó cómo iban a gestionar el preolímpico, algo que hace 18 meses era impensable, Ramal contestó: “La idea que tenemos siempre es: no querer ganar, no querer perder, simplemente hacer. No nos preocupa si ganamos o no, si clasificamos o no, solo nos preocupa llegar bien, ir en calma, no tener lesiones y hacer. Y ya está. A Adriana nunca le digo que tiene que conseguir objetivos: simplemente que tenemos que hacer. Si ella es feliz con lo que hace, tiramos palante y eso le está dando buenos resultados”. Y ella, desde su habitación de Alcalá de Henares durante una tarde de domingo de estudios antes de poner rumbo a Bulgaria aseguró: “La preparación está hecha para clasificar. Si hay una oportunidad, quiero aprovecharla”. Lo ha hecho.
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