Xisco, el héroe de Tbilisi, conquista Watford

Nacido en Manacor en 1980, la vida llevó a Francisco Javier Muñoz Llompart, Xisco, al Mallorca, el Valencia (donde ganó la Liga, la Copa de la UEFA y la Supercopa de Europa con Rafa Benítez en 2004), el Betis y el Levante antes de dar un vuelco completo: en el 2011, ya con los 30 años cumplidos, se lio la manta a la cabeza y se fue al Cáucaso, a Georgia, para jugar en el Dinamo Tbilisi. Formaba parte de una pequeña armada española reunida por Àlex García, formado como jugador y como entrenador en La Masia y que luego estuvo un año entrenando al Dinamo.

A Xisco le fue mejor que a García en Tblisi. Allí jugó cuatro temporadas y ganó dos Ligas, dos Copas y la Supercopa local, fue dos años máximo goleador y en 2014 logró el premio de jugador del año. Un héroe. Ya retirado como jugador, volvió al Dinamo Tbilisi en enero de 2019 como parte del equipo técnico y, desde agosto de 2020, como entrenador. Duró poco, pero por buenas razones: en diciembre le llamó el Watford, que acababa de despedir al serbio Vladimir Ivic.

Watford, de 107.000 habitantes, es una ciudad de clase media cuya mayor virtud es estar donde está: 25 kilómetros al norte de Londres, al pie de la M25 (la autopista de circunvalación) y la M1 (la autopista que une Londres con el norte de Inglaterra), a tiro de piedra de Heathrow y bien conectada con Gatwick, y servida nada menos que por tren, por el llamado Overground (una especia de metro-tren de cercanías de Londres semejante al RER de París) y hasta por una línea de metro. Condiciones ideales para atraer a los famosos commuters que trabajan en Londres y viven en los suburbios. Y a empresas que quieren estar junto a la capital pero ahorrarse la carestía de tener en Londres el cuartel general.

Para el resto del mundo, Watford es una ciudad más bien anodina que destaca porque allí se filmó gran parte de las películas de Harry Potter y la Warner Bros tuvo la buena ocurrencia de convertir los estudios de Leavesden en una de las atracciones turísticas más visitadas del país, con las entradas vendidas con meses de antelación.

Al equipo de fútbol le pasa un poco lo mismo: casi nadie lo conocería en Ultramar sino fuera porque Elton John, fanático de los Hornet, fue propietario y presidente del club en los años setenta y ochenta, cuando estaba en la cima de su carrera musical. Aún hoy es presidente de honor.

Xisco llegó poco antes de Navidad y trajo un saco lleno de goles y victorias, lo que más echaban de menos la hinchada y los propietarios tras la etapa ultra defensiva y llena de empates de Ivic. Xisco ganó su primer partido, perdió el segundo y luego no dejó de acumular puntos. El pasado 24 de abril, tras ganar al Millwall (1-0) y lograr 17 victorias, tres empates y cuatro derrotas desde la llegada de Xisco, el Watford consiguió el ascenso a la Premier.

El de Manacor, que no tiene el preceptivo título de entrenador de la UEFA aunque ya ha empezado el curso para conseguirlo, confía en seguir en el club y dice que se lleva muy bien con el propietario, el italiano Gino Pozzo. “Me ha ofrecido un contrato de cinco años y mucho dinero”, bromeó en el periódico local, Watford Observer.

Pero los Pozzo (que se hicieron famosos con su irrupción en el Udinese en 1986 y en la Liga controlaron durante unos años el Granada) son unos dueños impredecibles. En el Watford llevan contratados hasta 13 entrenadores en menos de nueve años y echaron a Slavisa Jokanovic pese a ascender al equipo a la Premier League en 2015, el año siguiente a Quique Sánchez Flores pese a conseguir la permanencia holgadamente y en 2019 a Javi Gracia pese a llevar al equipo a la final de la Copa de Inglaterra…

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