El jardín de los Pozzo
El Granada busca asentarse en Primera con el apoyo financiero de los dueños de Udinese y Watford y su cartera de 150 jugadores
El 30 de junio de 2009 el Granada estaba condenado a la desaparición. A punto de morir por una deuda estimada de 12 millones de euros, una junta gestora compuesta por empresarios granadinos negociaba con tres grupos inversores la venta del histórico club andaluz. Los gestores locales comunicaron que el primero que pusiera 1,5 millones de euros en la cuenta bancaria del club se quedaba con el Granada, también con su deuda. Un día después del desesperado aviso, Gino Pozzo depositaba el dinero y se hacía con el control del Granada.
Pozzo, cuyo padre, Giampaolo, adquirió el Udinese en 1986, aterrizó en Andalucía de la mano de Quique Pina, un agente de futbolistas que había dirigido con cierto éxito al Ciudad de Murcia y le controlaba el mercado español de Primera y Segunda. Pina le aconsejó a Pozzo invertir en el club andaluz. El Granada subió de Segunda B a Primera en dos años y ahora disfruta de su segunda temporada en la máxima categoría. Este verano se ha hecho con jugadores como Riki, Piti o Iturra, su presupuesto alcanza los 32 millones de euros y se ha planteado como objetivo una permanencia holgada. Detrás de este milagro en una provincia con unos altos niveles de desempleo y un entramado empresarial escaso para mantener un equipo en Primera se encuentra el curioso binomio que forman la familia Pozzo y el gestor Pina. Los Pozzo son los dueños e inversores del Granada, que han convertido al equipo andaluz en una franquicia del Udinese junto al Watford, el otro equipo que controla la familia italiana. Con una cartera en torno a los 150 jugadores, los Pozzo buscan jóvenes talentos a los que luego colocan en sus equipos. Los que no tienen cabida en Udine llegan al Granada y al Watford. Su negocio está en el movimiento de los jugadores. Por ejemplo, compraron al lateral Siqueira de la cantera del Inter por 200.000 euros y ahora pueden venderlo al Liverpool por siete millones. Mikel Rico, que llegó por 100.000 euros del Huesca, será traspasado al Athletic por tres. Eso, solo en el Granada, por no hablar de los ingresos obtenidos con el Udinese por las ventas de jugadores como Alexis Sánchez (vendido al Barcelona por 26 millones más 11 en variables), Isla (a la Juve por 10) o Inler (al Nápoles por 15).
El negocio está en los futbolistas. Rico llegó por 100.000 euros y se va por tres millones
Bajo la gestión de Pina y el manto económico de los Pozzo, el Granada se ha ido consolidando en Primera. Pina trabaja con un grupo de colaboradores que ya tenía en Murcia. En los ascensos a Segunda y Primera resultaron fundamentales un buen número de jugadores fichados por los Pozzo y cedidos al Granada, casos de Dani Benítez, Ighalo, Mainz, Felipe Sanchón, Tarik o Nyom. Desde su despacho en Barcelona, donde reside, Pozzo controla los movimientos principales. En el club, Pina tiene autonomía en la gestión ordinaria, pero las decisiones importantes las toma Pozzo. Así, ha dado su consentimiento a la política de fichajes de esta temporada, en la que han llegado al Granada jugadores con experiencia en Primera, sin pagar traspaso por ellos pero con una importante ficha. Son los casos de Piti, Iturra y Riki. Refuerzos con una prestación reconocida para asentar al equipo en Primera. “No queremos salvarnos más en la última jornada”, se afirma desde el club.
Si no responden, cabe la posibilidad de que sean cedidos al Watford, como Geijo o Iriney. Siempre quedará recurrir a la cartera de jugadores del Udinese. “Los fichajes de esta temporada han surgido de la bolsa de dinero que tiene el club. Sabemos adónde podemos llegar y los inversores italianos nos han dado libertad. Ellos intervienen cuando es necesario y ponen dinero si hace falta. Lógicamente, también reciben sus contraprestaciones cuando el club realiza alguna operación beneficiosa para todos”, aclara David Navarro, el gerente. Como en cualquier club de la Liga, la principal fuente de ingresos son los derechos de televisión, que constituyen más del 50% de su presupuesto de 32 millones.
Superada su deuda, invertirá en una ciudad deportiva y tiene filial en Segunda B
Los Pozzo aparecen cuando es indispensable y establecen las condiciones generales de actuación. En el mes de junio, cinco técnicos del Granada se trasladaron a Udine, donde recibieron instrucciones acerca de la preparación física de los distintos equipos de la entidad. En el pasado mercado invernal y ante el peligro de descenso que se cernía sobre el Granada, los Pozzo inyectaron dinero para el fichaje de jugadores como Nolito y Buonanotte. En momentos convulsos, como en el invierno pasado, Pozzo se reunió con los jugadores del Granada para asegurarles su sueldo incluso en caso de descenso. Udinese es el padre al que el hijo le pide ayuda cuando lo necesita. La fórmula, por el momento, funciona. Además, crece: el Granada tiene previsto invertir nueve millones en la creación de su ciudad deportiva, su equipo filial ha ascendido a Segunda B (donde se nutrirá de jóvenes del Udinese) y el club trabaja en la creación de una estructura de cantera fiable. Además, cada vez son menos los jugadores cedidos por el Udinese (Karnezis, Coeff, Nyom y Dani Benítez, entre ellos), pues el Granada ya controla los derechos federativos de muchos de sus jugadores, incluidos los fichajes de esta temporada.
“El Granada no tiene deudas y están garantizados los plazos del pago a Hacienda y Seguridad Social fijados en el convenio de acreedores. Los jugadores están al día en sus salarios”, recalca el gerente de la entidad.
Tras algunas fases de confrontación, la relación del club es ahora buena con el ayuntamiento y las instituciones andaluzas. Pina parece no haberse equivocado cuando los italianos le pidieron en 2009 que buscara un emplazamiento español para levantar su proyecto. Tras sondear a Espanyol y Cádiz, el desembarco se produjo en el Granada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.