Un gol, una rotura del cruzado y el adiós a la temporada de Salma Paralluelo

En el deporte, como en la vida, las ilusiones comparten realidades paralelas. Coexisten los éxitos y los fracasos, momentos de máxima alegría y de tristeza infinita. Lo sabe ahora de primera mano Salma Paralluelo, con una lesión de rodilla que le arrebata, de golpe, varios sueños, entre ellos el de asistir a los Juegos de Tokio este verano.

Paralluello se propuso desde bien pequeña que quería ser futbolista y atleta. Lo quería todo y todo lo está consiguiendo. Por ello compagina sus aficiones: es jugadora del Villarreal y la máxima goleadora de Segunda, con 15 tantos; es también atleta en el Playas de Castellón, e internacional en ambos deportes. A sus 17 años, el doble esfuerzo en el tartán y en el césped le está procurando réditos en ambas disciplinas en las que ha cosechado grandes éxitos: fue campeona del Mundo Sub-17 en fútbol y también logró varios récords de España y europeos, además de dos oros en los 400 metros vallas, su especialidad, y el relevo Medley en el Festival Olímpico de la Juventud europea. Es una de las atletas sub-20 más destacadas del concierto internacional y fue distinguida recientemente con el Premio Princesa Leonor al mejor deportista menor de 18 años en los Premios Nacionales del Deporte. Un premio a su redoblado esfuerzo.

Pero el deporte tiene su cara amarga y oscura. El pasado sábado, al mediodía, Paralluelo disfrutaba de una de sus pasiones en la hierba sintética de uno de los campos de la ciudad deportiva de Miralcamp, en Vila-real. Su equipo, el Villarreal, se jugaba ante el Granada la posibilidad de ascender a la Primera Iberdrola a falta de cuatro jornadas. En el minuto 17, Salma, con su velocidad, ganaba la espalda a la defensa del Granada y, con un zurdazo, anotaba el gol del empate amarillo. La celebración, la euforia individual y colectiva, duró poco. Minutos después, Salma, en un intento de proteger el esférico, hizo un mal gesto al apoyar la pierna izquierda y su rodilla cedió. Los gestos de dolor de la aragonesa presagiaban un drama. En la tarde del lunes se confirmaron las peores sospechas: rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Seis meses será el periodo mínimo para poder ejercer profesionalmente sus dos aficiones.

“Tenía un sueño de pequeñita, cuando me preguntaban decía que quería ser la mejor atleta y la mejor futbolista del mundo, y este escalón tan complicado no me va a quitar ese sueño”, se lamenta y a la vez se anima a sí misma Paralluelo, que en pocos días tenía que afrontar dos hermosos retos: el ascenso a la Primera Iberdrola del Villarreal, que se puede producir matemáticamente el próximo sábado; y, en dos semanas, el Mundial de Relevos 4x400 de Polonia. A medio plazo también se verá privada de disputar el Europeo y el Mundial sub-20 de atletismo y la primera fase del europeo sub-19 de fútbol. Además, dice adiós a todas sus opciones y anhelos de participar en los Juegos Olímpicos de Tokio. “Es un momento muy duro, pero ya está descontando los días para regresar con más fuerza”, confiesa Félix Laguna, su técnico en las pistas de atletismo.

“No puedo estar más orgullosa de ti, en la jugadora que te estás convirtiendo, tenerte como jugadora es una de las mayores suertes. Todos tenemos mucho que aprender de ti, de tus valores y calidad humana. Te estaremos esperando. Eres única. Siempre en mi equipo”, ha manifestado en las redes sociales Sara Monforte, su entrenadora en el Villarreal femenino. Sus compañeros de club en el Villarreal que están pasando o han sufrido la misma lesión, como Iborra, Alberto Moreno o Asenjo, así como Santi Cazorla, desde Qatar, también han manifestado su apoyo a la futbolista-atleta.

“Ahora pienso que no voy a poder soportarlo, me siento derrumbada, enfadada con el mundo. Todo iba tan bien, todo era tan perfecto que caer de tan alto me cuesta mucho. No todo es bueno en el deporte como en la vida misma, y sí, la teoría me la sé, pero que difícil se me hace asimilarlo”, escribía en sus redes sociales. Y seguía: “Es parte de mi destino, parte de mi evolución, y también formará parte de mi proceso de madurez, el deporte ahora me quita, pero sobre todo me regala y me ha regalado momentos únicos y bonitos, que por ellos, por volver a disfrutarlos, intentaré que pasar por esto no sea tanto. Esto me hará más fuerte, me hará crecer y me dará aún más fuerza y motivación para seguir trabajando por mis sueños”.

“Sé que no estoy bien, pero estaré bien, nada me va a quitar la fe ciega que tengo por cumplir mis sueños, he trabajado mucho e igual me toca trabajar el doble, pero no pararé de trabajar hasta que no logre alcanzarlos”. Madura reflexión de una adolescente doblemente campeona y a la que la lesión ralentiza el paso en su paralela carrera como atleta y futbolista.

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