Messi se basta para romper al Elche
El argentino despierta al Barça de la siesta y resuelve el duelo ante un rival demasiado timorato
Reclamó Koeman pasión y energía, jugadores que no bajaran los brazos antes de tiempo porque cree en las posibilidades del Barça en LaLiga. Pero el once escogido no se creyó el mensaje, desganado y sin gasolina sobre el césped. Así lo aclaró Lucas Boyé de buenas a primeras, cuando controló en el área y se precipitó en el remate, finalmente alto pero el ya habitual buenas tardes para un Barça que volvió a languidecer en las áreas. Pero poco más ofreció el Elche de Escribá, preocupado en abrigarse atrás para evitar el pase filtrado en el último tercio o el remate oportuno. Por lo que el balón, la posesión y la responsabilidad de atacar recayó en el Barça, de nuevo espeso en los metros finales y sobre todo escaso de ritmo, condicionado por los tropiezos (PSG, Sevilla y Cádiz) y por la pequeña revolución en la alineación, sin Dembélé, Griezmann ni Lenglet. Hasta que, como casi siempre, Messi dijo la suya.
Resulta que el Barcelona suele generar casi tantas ocasiones como malograrlas, pie torcido sin remisión por más que se queje Koeman. Así lo evidenció Trincão, que hizo un eslalon sensacional para pisar el área pequeña y que chutó al bulto cuando solo le quedaba por superar al portero Edgar Badía. Tampoco atinó De Jong en un remate de cabeza ni Braitwaite cazó ese centro de Messi que le dejaba ante el meta. Aunque Leo tampoco estaba en combustión como en las últimas fechas, poco participativo en el juego en las zonas calientes, en ocasiones exigido a bajar por el efecto dominó, pues porque Pjanic se empeñaba en situarse entre los centrales cuando no había rivales cerca que descontar.
Hasta que llegó el segundo acto y el 10 cogió el esférico, se marcó un zigzagueo para hacer la pared con Braithwaite y batió al portero. Pjanic, por entonces, ya estaba en el banquillo, sustituido por Dembélé. Todo un mazazo para el Elche, escaso de ambición y demasiado timorato, alejado en exceso de las inmediaciones de Ter Stegen. Y como Messi decidió no hacer siesta, recogió un pase de De Jong -excelente su jugada individual- para marcar el segundo. La inercia y una buena llegada de Alba hizo el tercero, ya roto el Elche y encumbrado de nuevo Messi.
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