España vuela a la final del Europeo
La selección luchará contra Croacia por revalidar el oro y lograr el billete directo a los Juegos de Tokio
Un partido bien jugado por España necesitó de un latigazo final de Álex Dujshebaev, a falta de 15 segundos, para terminar de someter a una brava Eslovenia (34-32), que se revolvió hasta el último aliento. La selección buscará este domingo ante Croacia (16.30, Teledeporte) revalidar el oro conseguido hace dos años y, quizás no menos importante para esta generación, comprar el billete directo para los Juegos de Tokio. Se quedó fuera de Río y, desde entonces, ninguna alegría ha aliviado ese dolor.
España, 34 - Eslovenia, 32
España: Pérez de Vargas; Solé (2), Alex Dujshebaev (6), Raúl Entrerríos (6), Cañellas (-), Ariño (-) y Aginagalde (2) -equipo inicial- Corrales (ps), Maqueda (2), Ángel Fernández (6), Sarmiento (3), Goñi (-), Figueras (-), Morros (1), Aleix Gómez (4) y Gedeón Guardiola (2)
Eslovenia: Ferlin; Janc (6), Dolenec (7), Blagotinsek (5), Mackovsek (3), Cingesar (4) y Bombac (2) -equipo inicial- Kastelic (ps), Henigman (1), Cehte (1), Kodrin (1), Zarabec (2), Sostaric (-), Horzen (-), Zabic (-) y Ovnicek (-)
Marcador cada cinco minutos: 2-2, 4-4, 7-7, 12-9, 16-13 y 20-15 (Descanso) 22-17, 25-20, 27-23, 29-25, 32-28 y 34-32 (Final)
Árbitros: Horacek y Novotny (CZE). Excluyeron dos minutos a Raúl Entrerríos, Gedeón Guardiola y Cañellas, por España; y a Mackovsek, Dolenec, Cehte y al entrenador Ljubomir Vranjes, por Eslovenia.
Unos 8.000 espectadores en el Tele2 Arena de Estocolmo.
A España le tocó jugar la semifinal contra lo más parecido a ella que había en el alto nivel del campeonato, protagonista también de su peor pesadilla en los últimos tiempos. Una derrota en 2016 la dejó sin cita olímpica. Desde entonces, da igual lo que haya ganado este grupo de jugadores, que no ha sido poco, siempre surgía ese encuentro fatal de Malmö como un puñal en el corazón del vestuario. Hasta en los grandes triunfos era capaz de hacerse un hueco Eslovenia. Le ganó en el Europeo de 2018, la última derrota de España desde entonces en el torneo continental. Ya van 10 duelos invicta.
Tras el Croacia-Noruega de media tarde, puro fuego en la pista y en las gradas de Estocolmo, la puesta en escena de lo que vino después parecía un partido más, aunque el premio fuera el mismo. Empezaron erráticos ambos equipos, un inicio que desmitió el desarrollo posterior. Lo que vino resultó todo lo contrario: una exhibición de balonmano de ataque, fluido y bien ejecutado. No respondió mal Eslovenia, pero en ese territorio era difícil superar a la selección. El equipo de Jordi Ribera se sentía como en el cuarto de estar de casa.
Después de ese arranque torpe —cinco posesiones seguidas falladas—, España se desplegó a su ritmo, encontrando recursos y salidas múltiples (anotó en el 71% de sus ataques hasta el descanso). El 20-15 con el que se marchó a los vestuarios explica bien el tipo de primera parte que se vivió. La última jugada, un gol por el aire de Raúl Entrerríos, fue la metáfora de esos 30 minutos y la lozanía de su capitán, empeñado en retirarse al acabar la temporada pese al MVP de este viernes (seis dianas).
La variedad de recursos fue amplia, como casi siempre. Ángel Fernández llegó al intermedio con cinco goles en seis intentos; Ferran Solé clavó dos desde la primera línea, fuera de su ala derecha; Dani Sarmiento anotó tres y dejó un pase de espaldas por encima de la cabeza maravilloso; y Álex Dujshebaev soltó un par de latigazos, un entremés del golpe final. En la otra orilla, Jure Dolenec y Blaz Janc, actual y futuro azulgrana, respectivamente, replicaron bien, pero Eslovenia desprendía la sensación de estar un escalón por debajo. Sus nueve pérdidas hasta el descanso agudizaron sus dificultades.
Con ese colchón de cinco tantos y una sensación indisimulable de superioridad, el caudal ofensivo bajó en la segunda parte y la selección se dedicó más a gestionar la ventaja que a terminar de rematar al rival. Aun así, seguía encontrando nuevos caladeros. Aleix Gómez anotó tres goles seguidos (cuatro en total) tras la reanudación.
Los eslovenos siguieron a lo suyo, rascando y rascando con Dolenec y Janc al frente de la resistencia (siete de ocho el primero, y seis de siete el segundo). La insistencia casi siempre tiene premio, y así sucedió. Los balcánicos se colocaron a un centímetro (33-32) a falta de un minuto. De repente, un partido que ya se daba por vencido hacía un buen rato no estaba cerrado. Debió aparecer Álex Dujshebaev, que soltó un zambombazo con el brazo izquierdo a la altura de la cadera para hacer volar a España a la final del Europeo. La sexta de su historia, la tercera seguida, y esta con premio doble. La selección juega en Suecia, pero piensa, y mucho, en Tokio.
RESULTADOS DE LAS SEMIFINALES
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