Fernando Alonso hace de mecánico en el Dakar
“Quería vivir el Dakar con todos los extras, esto es parte de la experiencia”, dice el asturiano tras perder dos horas y media en reparar su Toyota a causa de un accidente
Uno de los tests que Toyota preparó para educar a Fernando Alonso en la lógica dakariana se concibió expresamente para que mejoraran los conocimientos sobre mecánica de los pilotos. El asturiano no decepcionó al director del equipo, Glyn Hall: “Lo he visto trabajar a 45 grados en medio del desierto. Lo tiene todo controlado”, explicaba justo antes de que se iniciara el Rally Dakar. Apenas dos etapas después Alonso y su compañero Marc Coma tuvieron que demostrar todo lo que habían aprendido.
Y salieron bastante bien parados. Después de un arranque excelente en la segunda etapa, la que llevaba la caravana del Dakar hasta Neom, una ciudad que todavía no sale en los mapas, un proyecto de destino turístico que cuenta con poco más que un aeropuerto moderno y reluciente, blanco inmaculado, la pareja más mediática de esta edición cayó en una trampa. Era el kilómetro 160 de la especial. Pasaban pocos minutos de las 11 de la mañana. Y allí se quedaron unas horas más.
“Nos estaban saliendo las cosas muy bien, pero hubo un momento en que nos juntamos con el coche de delante, más algún quad y alguna moto y se formó una nube estática de polvo. Y ahí nos metimos en una zanja, intentamos frenar, pero ya habíamos arrancado por completo la rueda delantera izquierda”, explicó Coma. “Teníamos cero visibilidad. No sabemos ni con qué hemos chocado porque no se veía nada”, dijo Alonso.
Uno y otro se pusieron a reparar el desastre con lo que tenían a mano. Utilizaron bridas y cinta aislante para salir del paso. Inicialmente, tenían la intención de esperar al camión de asistencia, que hubiera tardado unas cuatro o cinco horas en llegar. Pero empezaron a faenar y cuando se dieron cuenta ya lo habían logrado.
"That'll sort it"
— DAKAR RALLY (@dakar) January 6, 2020
"Yeah that'll do the trick"
Zip-ties and duct-tape.👍@alo_oficial @marc_coma #Dakar2020 pic.twitter.com/ICiZRijiTP
“Nos pusimos a desmontar las piezas que podíamos, con mucha tranquilidad; estábamos en contacto con el equipo, íbamos informando de cómo iban los progresos… Y en un momento dado nos dijeron: ‘si conseguís hacer esto y lo otro, casi, casi que lo vais a reparar vosotros”. Y así fue. La reparación no era sencilla, la rueda se había quedado unos 30 o 40 metros por detrás, las suspensiones estaban dañadas… “Es cierto que no estábamos acostumbrados a este tipo de trabajos, pero hemos hecho los deberes”, sonrió Coma.
Ya se sabía que este Dakar se correría eminentemente sobre terrenos arenosos. Y donde hay arena, hay polvo. Y los peligros se ven poco o nada. Eso es lo que ocurrió entre Al Wajh y Neom, en un trayecto por el que también fue difícil guiar, como se había advertido igualmente. Las dificultades en la navegación y la exigencia técnica del Dakar dejaron a Alonso y Coma lejos de los mejores.
“Yo quería vivir el Dakar con todos los extras y esto es parte de la experiencia”, bromeó Alonso, que se bajó del coche de muy buen humor. Habían logrado reparar el coche y completar la etapa. Cuando volvieron a subirse al Toyota les quedaban poco más de 200 kilómetros de una especial de 367. Llegaron al final tras 2h 34m 38s, de modo que no cedieron más que el tiempo que habían dedicado a los trabajos mecánicos.
Además, el ritmo que logró imponer Alonso por la mañana fue fantástico. Su coche pasó por el primer punto de paso muy rápido, marcó el cuarto mejor tiempo a los 104 kilómetros, el octavo a los 159, justo antes de que su Dakar se fuera al traste. Al retomar la conducción volvió a imponer el mismo ritmo con el que había arrancado el día, a pesar de que el coche iba sin freno delantero. No se podían hacer locuras, pero tampoco soltó el acelerador el dos veces campeón del mundo de fórmula 1.
Otra carrera
“Estoy contento de seguir aquí. El resultado es lo único negativo de hoy”, señaló el asturiano. Su objetivo, dicen, sigue siendo terminar el Rally. “Ahora empieza otra carrera para nosotros”, asumió Coma. Se han descolgado en la clasificación general al puesto 83º, lo que cambiará su manera de afrontar la cita.
Ya no tienen la presión de no poder equivocarse. Ya lo han hecho, así que perder tiempo será lo de menos. Su papel en la carrera dependerá también de lo que necesiten sus compañeros en Toyota. Puede que un día traten de hacer tiempo, incluso de probar ganar una etapa. Otro, quizá, tengan que quedarse a echar un cable a De Villiers o a Al Attiyah, que se juegan el Rally. “Haremos lo que el equipo nos diga, como siempre”, asumió Coma.
Para asegurarse una conducción segura solicitaron a los comisarios salir en una posición más adelantada, tal y como contempla el reglamento en estos casos. Si tuvieran que salir en la posición en la que terminaron la etapa, 63º, se encontrarían rodeados de camiones. Tratándose de competidores profesionales es habitual que la dirección del Dakar haga esa excepción. Así fue, y Alonso partirá 17º.
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