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El Trofeo de los Cuatro duró seis años

En 1941 la Federación ideó un torneo que no tuvo ganador hasta 1947 y este fue el primer titulo nacional del Atlético de Madrid bajo ese nombre

De arriba-abajo: Mencía, Basabe, Aparicio, Vidal, Riera, Campos, Escudero, Valdivieso, Cuenca, Silva y Pérez.
De arriba-abajo: Mencía, Basabe, Aparicio, Vidal, Riera, Campos, Escudero, Valdivieso, Cuenca, Silva y Pérez.

Esta nueva fórmula de Supercopa que Rubiales pone en marcha en Arabia Saudí evoca el recuerdo del llamado Trofeo de los Cuatro, cuyo parto fue difícil y su culminación más todavía, porque no acabó hasta los seis años de empezar.

El 12 de enero de 1941, España jugó un amistoso en Lisboa (2-2). Allí, el presidente de la Federación Luis Saura del Pan, sugirió a su homólogo portugués organizar un torneo, al final de las respectivas ligas, entre los cuatro mejores equipos de cada país, bien por sistema de liga o de eliminatorias. Se llamaría Copa Ibérica y estimularía el contacto entre el fútbol de los dos países en unos tiempos en los que por la Guerra Mundial era casi imposible tener contactos internacionales.

La cosa pareció prender, pero Portugal daba largas. Que si liga o eliminatorias y en ese caso dónde sería la final, el reparto de taquillajes… Mientras, la Federación habilitó en nuestro calendario los cuatro domingos de abril y los dos primeros de mayo, retrasando el inicio de la Copa, que siempre se jugaba nada más acabar de la Liga. El 16 de marzo juegan de nuevo España y Portugal, ahora en Bilbao, y ganó España 5-1. Eso determinó que los portugueses se enfriaran todavía más, hasta declinar finalmente el ofrecimiento.

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La Federación se encontró con seis domingos libres entre la Liga y la Copa e improvisó una idea: enfrentar entre sí a los cuatro primeros de la Liga, en una llamada Copa Clasificados en su fase de proyecto, Trofeo de los Cuatro en el habla de la calle y finalmente, Copa del Presidente de la Federación, que sería su nombre oficial. Participarían el Atlético Aviación, Atlético de Bilbao, Valencia y Barcelona.

El sistema era una liguilla entre los cuatro, así que habría tres partidos en cada campo "con las mismas reglas de la Liga y con intervención del Comité de Competición". Oficialidad y máximo rigor. Las fechas fijadas fueron los domingos 6, 13, 20 y 27 de abril y 2 y 9 de mayo.

La primera jornada sería Atlético Aviación-Valencia y Atlético de Bilbao-Barcelona. Pero he aquí que a la vista de que la cosa no se arregló hasta ultimísima, el Valencia había concertado dos amistosos con el Madrid. El primero, el día 1, ya se había jugado en Mestalla. El día 4 debía jugarse el Madrid-Valencia. El Valencia sólo podía romper el compromiso pagándole al Madrid los gastos de su viaje a Valencia y el taquillaje estimado para el partido de Chamartín, así que pidió un aplazamiento. Ese primer día sólo se jugó el Atlético de Bilbao-Barcelona.

El resto del campeonato se disputó sin incidencias y con cierto interés. Al término, y a salvo de ese partido aplazado, el Valencia tenía 7 puntos, los dos atléticos, 6, y el Barça, 3. A falta del Atlético-Valencia no se podía proclamar campeón. Pero ya tenía que empezar la Copa y el partido quedó aplazado sine die.

Y así siguió, ¡seis años!, hasta que llegó a la presidencia de la Federación Muñoz Calero, cuarto en el cargo desde que se inició la competición. A Luis Saura, le sustituyó Javier Barroso, a su vez sucedido por Rivero Meneses y éste por A Muñoz Calero al le pareció una vergüenza tener ese asunto aún colgado, después de más de seis años.

Así que el 14 de septiembre de 1947, justo antes de comenzar la Liga 47-78, se jugó el partido pendiente. El Atlético ya no era Atlético Aviación, sino Atlético de Madrid desde el 1 de enero de ese año. Sólo le quedaba un jugador de los inicios de torneo, Aparicio. En el Valencia quedaban cinco. Tenía tres puntales, los donostiarras Eizaguirre, Epi e Igoa en rebeldía. Eizaguirre era el mejor portero de España. El Valencia recurrió a un joven meta a prueba, Cándido Gómez, 'Candi', de 19 años. Aunque nacido en Porriño, pertenecía al Athletic de Bilbao, que le descubrió en Logroño.

A Candi, último testigo de aquellos días, le metieron cuatro goles. "Veníamos muy cansados de una gira, con una noche en barco y dos jornadas de autobús". En fín, que ganó el Atleti 4-0. Candi se quedó sin fichar por el Valencia, que se arregló con Eizaguirre y los otros dos al día siguiente, pero no lo lamenta. Tras pasar la 47-48 cedido en el Valladolid, fichó por el Granada, donde jugaría muchos años con un paréntesis en el Zaragoza que incluiría un ascenso a Primera. Ya retirado, sería el presidente artífice de los mejores años del club granadino. Hoy es un nonagenario saludable, que reparte su tiempo entre Granada y Fuengirola.

Después de seis años esperando, la Copa Presidente de la Federación tuvo por fin dueño, el Atleti, en cuyo museo descansa. Aquel fue su primer título nacional como Atlético de Madrid.

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