Primer examen para Mick Schumacher
El hijo del heptacampeón del mundo se estrenará en la F1 este viernes a los 21 años en Nurburgring, donde disputará el primer libre. Ferrari le busca un volante para 2021
Todo parece dispuesto para que nueve años después, otro Schumacher vuelva oficialmente y a tiempo completo a la Fórmula 1, el certamen que ha hecho de este apellido uno de los más universales del espectro deportivo. Mick, el hijo de Michael, siete veces campeón del mundo, debutará este viernes al volante de Alfa Romeo de Antonio Giovinazzi, en el primer ensayo libre del Gran Premio de Eifel que se disputará en Nurburgring (Alemania). Un regalo para el joven piloto, que disputará ese primer libre –solo participará del entreno, no de la carrera– para probarse en la máxima categoría. Es difícil encontrar un circuito más adecuado para el doble relevo que puede darse este domingo. Al margen del estreno de Mick, Lewis Hamilton tendrá la segunda oportunidad para igualar las 91 victorias que todavía hacen del Kaiser el piloto con más triunfos de la historia y el que más veces (cinco) ha ganado en este trazado. El británico ya pudo empatar con él en Sochi, hace dos semanas, pero la doble sanción que le cayó por ensayar salidas en una zona prohibida por el reglamento le alejó de la segunda plusmarca más relevante que existe. La primera, la relativa al número de títulos, también parece cosa hecha para el de Mercedes. Será antes o será después, pero si no media una hecatombe se convertirá en el corredor con más éxito de siempre, per delante de Schumi (siete Mundiales tiene el alemán por seis Hamilton).
“Dicen que los récords están para batirse, y en ese sentido, Lewis ha tenido una gran influencia en la F1. Eso es bueno para el deporte”, conviene Mick, que a los 21 años tiene todos los números para desembarcar en la parrilla de 2021. El hecho de pertenecer a la Ferrari Drivers Academy, el programa de desarrollo de la Scuderia, le coloca en la pole. Pero es que, además, Schumacher lidera de forma muy solvente el campeonato de Fórmula 2. En su segunda temporada en la considerada como antesala de la F1 acumula dos triunfos y diez podios, un bagaje que le permite disponer de 22 puntos de ventaja sobre Callum Ilott, el segundo clasificado. Si se lleva el título, su promoción se puede dar casi por descontada. Sin embargo, existe la creencia generalizada y que nadie se ha atrevido a desmentir que indica que Schumacher tendrá asegurado un volante de F1 siempre que termine entre los tres primeros, algo que se puede dar por hecho. Lo que no está claro es el mono en el que se enfundaría.
Como parte del acuerdo con Alfa Romeo, Ferrari se reserva el derecho de elegir a uno de los dos pilotos de la estructura de Hinwil (Suiza). El hecho de que Kimi Raikkonen esté ultimando los detalles de su renovación por una temporada más hace pensar que el segundo monoplaza se lo disputen Schumacher y Giovinazzi, ambos procedentes del vivero de Il Cavallino Rampante. No obstante, también existe la posibilidad de que Mick termine en Haas, otro de los clientes del constructor de Maranello.
Hasta ahora, los pasos que ha ido dando el alemán han hecho que los focos se centren en él más allá del apellido de su padre, que por cierto no utilizó en sus primeros años en las carreras –corría con el de su madre–. El modelo que sigue se repite: una temporada de adaptación y ganar la segunda. Así ocurrió tanto en la Fórmula 3 Europea, que ganó en 2018, de la misma manera que ahora seguramente sucederá en la Fórmula 2. Será difícil replicar ese patrón en la F1 a menos que caiga en el garaje indicado, aunque también es verdad que es prácticamente imposible encontrar un mejor reclamo que él.
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