Andrea Dovizioso: “No me gusta correr si no puedo estar delante”
Mientras decide su futuro tras romper con Ducati, el italiano lidera el campeonato más abierto de los últimos años a su llegada al circuito de Montmeló. En esta entrevista ahonda en las frustraciones con las que lidia
Andrea Dovizioso (Forli, Italia; 34 años) era un actor secundario de MotoGP hasta que, ya maduro, recaló en Ducati. No hubo fuegos artificiales tras su fichaje, tampoco ahora que, tres subcampeonatos del mundo después, rompe con la fábrica que le devolvió la ilusión. Él, a cambio, les ayudó a construir una moto envidiada por media parrilla. Mientras aclara su futuro, Dovi lidera el campeonato más abierto de los últimos años a su llegada al circuito de Montmeló, que acoge este fin de semana el GP de Cataluña (MotoGP, a las 15.00, en DAZN). Y ahonda en esta entrevista sobre los porqués de su decisión y las frustraciones con las que lidia.
Pregunta. ¿Cómo se explica que el líder del Mundial no tenga contrato para 2021?
Respuesta. Tomé la decisión de no renovar con Ducati antes de entrar en una discusión y de empeorar la temporada. El resto de fábricas, precisamente porque creían en su propio proyecto, tomaron todas las decisiones sobre el futuro durante el confinamiento y antes de que empezáramos a competir este año. Cuando me decidí, lo hice sabiendo que los asientos más interesantes no estaban disponibles. Pero, si no quieres correr por correr, si quieres intentar ganar, tomas la decisión basándote en lo que te interesa. Sin tener un plan B. De momento.
P. ¿Este deporte es lo suficientemente duro como para no seguir si uno no está convencido?
R. Sí. Para mí, es así. El motociclismo te exige mucho, te empuja a vivir de una determinada manera, te condiciona y, además, te la juegas porque es un deporte que puede ser muy peligroso. Pero, si no quiero seguir es porque no encuentro diversión sin ser competitivo. Tengo la fortuna de haber conseguido resultados importantes y de haber vivido ciertas dinámicas muy bellas; correr sin poder vivir eso no me interesa.
P. Da la sensación de que la posibilidad de no competir el año próximo le genera muy poca ansiedad.
R. No lo estoy llevando mal; sé que no tendré la opción de acabar en alguno de los equipos que me interesaban y solo busco lo mejor para mí el próximo año, que probablemente sea no correr. No tengo el ansia de tener que firmar un contrato pronto antes de que otro me quite el puesto. Por eso lo estoy llevando con bastante relax. Soy una persona a la que le gusta programar todo, así que no es que me encante no saber qué haré el año que viene, pero no tengo prisa. Las opciones más probables que manejamos necesitan de un extra de presupuesto. Siempre es difícil conseguir más dinero, y cuando se consigue, se necesita tiempo.
Mi vida son las carreras, no las motos. Nunca me gustaron los tests
P. ¿Le vale ser piloto probador?
R. No estaba en mi cabeza, pero si no se dan las condiciones para competir por el Mundial como yo quiero, es lo mejor. Me interesa mantenerme vinculado a una fábrica con un proyecto atractivo; así podría seguir pilotando una MotoGP. Tener la fortuna de poder trabajar con menos presión y a la vez vivir lo más bonito de este mundillo es lindo. Luego, además, depende de con quién acabe como piloto probador podría abrirse una vía para el futuro. Falta mucho por decidir.
P. ¿Su vida son las motos o las carreras?
R. Mi vida son las carreras. Crecemos competitivos. Punto. Todos los pilotos que llegan al Mundial son súper competitivos, les gustan las carreras, no los tests. Nunca me han gustado los tests. La carrera es otra cosa. Y correr sin poder estar delante a mí no me gusta.
Es difícil convivir con la sensación de que lo que haces no es suficiente
P. El documental Undaunted, que protagoniza, refleja el sufrimiento y la presión que vive un piloto de MotoGP. ¿Qué es lo peor con lo que debe lidiar?
R. Depende, cada situación tiene su lado negativo. Cuando un piloto no gana, está buscando sobrepasar su propio límite, que es una de las cosas más difíciles que hay. Lo hace, además, arriesgando la vida, jugando con una moto con todos esos caballos y en una pista en la que puede pasar cualquier cosa en cualquier momento. Eso, a menudo, no se valora. Evidentemente, no se puede razonar así cuando vas en moto, pero es lo que hay. Algunos pilotos lo piensan más y otros lo piensan menos. Es muy difícil convivir con esa sensación de que lo que haces no es suficiente. Y eso les pasa al 97% de los pilotos, porque solo hay tres que acaban ganando el Mundial.
P. ¿En qué momento está usted ahora?
R. Es un momento dificilísimo. Inesperado, porque no esperaba una temporada tan extraña. Y no lo es solo para mí. Hay pilotos que son un poco más constantes y otros que lo son menos, pero la realidad es que el rendimiento de la mayoría hasta ahora ha sido bajo. Todos hemos tenido problemas. Este fin de semana es como si empezara el campeonato de cero otra vez [hay cuatro pilotos separados por cuatro puntos en la general]. Mis sensaciones son negativas, aunque no es imposible cambiar el rumbo. Estamos trabajando muchísimo.
P. Hace unos años reconocía cómo le condicionaba la falta de autoestima después de un tiempo sin pelear por los títulos. ¿Cómo ha cambiado su forma de enfrentarse a la competición?
R. Lo mejor sería ser siempre lo más constante posible, pero hay tantos factores que nos afectan que es difícil. Sin embargo, en los últimos años en los que he podido, junto con mi equipo, lograr tres segundos puestos en tres campeonatos tan distintos, he conseguido construir una buena base de autoestima. E incluso este año que no está yendo bien no me está afectando demasiado. Lo demuestra el hecho de que estamos peleando por el campeonato. Estamos gestionando muy bien esas situaciones en las que no somos especialmente rápidos. Peleamos contra un montón de pilotos, especialmente jóvenes, que son muy rápidos y con los que será difícil aguantar hasta el final.
P. ¿Qué necesita para ser campeón del mundo?
R. Necesito coger buenas sensaciones con los nuevos neumáticos, la frenada no me viene de manera natural. Veo qué es lo que tengo que hacer en los datos, en el ordenador, pero no soy capaz de hacerlo en la pista. La frenada que debería hacer no me resulta nada instintiva, ni natural. En los últimos tres o cuatro años nos concentramos tanto en frenar de una determinada manera y en levantar la moto de una manera concreta, que ahora me cuesta mucho cambiar en tan poco tiempo. Es frustrante. Y algo anómalo. Me está costando mucho adaptarme.
P. El suyo con Ducati es el sueño de convertir en campeón a un piloto italiano con una moto italiana. ¿Qué tiene de encantador y qué de complejo trabajar para una fábrica liderada por italianos?
R. Mi experiencia con Ducati ha sido mucho más extrema que la que tuve con Honda o Yamaha. Todo lo que se ha hecho en Ducati en los últimos años se ha hecho a la italiana: empujar al 100%, arriesgar al 100%. Así se ha conseguido que la Ducati volviera a ser competitiva y se ha logrado bastante rápido. No sé cuál hubiera sido el resultado con el método japonés, pero sí que hubiera sido distinto y que hubiéramos necesitado más tiempo.
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