Hazard, entre el sueño infantil y la frustración
El belga, con clases de español desde niño pensando en jugar en el Madrid, aún no ha podido levantar el vuelo en su primer curso
Cuando se habla de lo que significa para Eden Hazard jugar en el Real Madrid, su gente recuerda una de las primeras cosas que hizo al llegar a la cantera del Lille, con 14 años. Pidió que le buscaran un profesor de español. “Decía que tenía que empezar a estudiar para cuando jugara en el Real Madrid”, dicen fuentes cercanas al jugador. Era 2005, antes de que Zinedine Zidane se declarara abiertamente devoto del belga en 2010. Mucho antes de que en el verano de 2019 el futbolista apareciera finalmente sobre la hierba del Bernabéu vestido de blanco. “He soñado con este momento desde muy pequeño”, aseguró el día de su presentación.
Desde tan pequeño como cuando llegó a Lille, Hazard ha mantenido las lecciones de español y el contacto con Orlando, el profesor chileno con el que comenzó a trabajar entonces y con el que sigue practicando. Los resultados asomaron la primera vez que el belga se sentó ante los micrófonos antes de un partido del Madrid. Fue el 30 de septiembre, horas antes de recibir al Brujas en el Bernabéu. Hazard se plantó en la sala de prensa sin colocarse los auriculares de la traducción simultánea para las preguntas en español, aunque las contestó en inglés.
Era la víspera de su primera tarde-noche de Champions con el Madrid en el Bernabéu, uno de los motivos de su fascinación por el club al que a menudo se refiere como “la Casa Blanca”. La de hoy en Mánchester puede ser la última de un primer curso repleto de frustraciones. O también la puerta hacia aquello que lo llevó a Chamartín. “Zidane nos dijo que si pasamos contra el Manchester City, va a ser como tres finales: cuartos de final, semifinal y final. No son dos partidos, ida y vuelta. Son solo 90 minutos jugando el mejor fútbol que podamos para ganar esos partidos. Porque eso es el Real Madrid. Necesita esta Champions League”, contó el futbolista el miércoles en un vídeo para uno de los patrocinadores de la competición.
Sin embargo, llegado el tradicional momento cumbre que en las temporadas madridistas constituyen las eliminatorias de la Copa de Europa, Hazard apenas ha logrado ponerse en marcha en la primera entrega de su “sueño”. Sufrió una lesión muscular en los últimos días de la pretemporada, y un grave contratiempo en el tobillo derecho en noviembre, con recaída y operación en Dallas en marzo, días antes del confinamiento. El parón general le dio margen para algo que inicialmente estaba descartado: regresar a tiempo de jugar algún partido de Liga y al menos el encuentro de este viernes de la Champions. Pero el encierro también se torció.
A los diez días el fisioterapeuta que acudía a su domicilio enfermó y comenzó a enviarle vídeos con los ejercicios. “Hago lo que puedo en casa”, contó el jugador a una televisión belga. En esa entrevista también bromeó con sus esfuerzos para controlar el peso, otro de los lastres del curso de su estreno: “Intento no ir mucho a la despensa a por bollos, que la tengo aquí al lado, pero no es fácil”. Pese a las tentaciones, salió del confinamiento incluso más ligero. Aunque no terminó de alcanzar el punto.
Los nuevos golpes en los partidos de la reanudación de la Liga y la accidentada recuperación casera provocan que la situación exacta del tobillo derecho sea una incógnita, aunque este jueves Zidane se mostró optimista: “Ha tenido un poco de molestias, pero ahora está mucho mejor, con confianza. Ahora está bien”, dijo. Una fuente con conocimiento directo del desarrollo del partido de entrenamiento once contra once disputado el pasado sábado en la ciudad deportiva del Madrid, relata que el belga jugó los 90 minutos en el equipo vestido de blanco, en el que formó delantera con Benzema y Asensio. Se le vio bien, “aunque sus compañeros no le entraban”, matiza esta fuente.
A pesar de los contratiempos que han emborronado hasta ahora el primer acto de aquel viejo sueño y las expectativas del fichaje más caro de la historia del club, Hazard no se ha desesperado. “Es un personaje realmente especial. Relativiza todo como nadie. Depresión, ninguna. Impotencia, ninguna. Siempre está positivo”, dicen en Valdebebas.
El retrato de determinación encaja con el que dibuja su entorno: “Si ha decidido lo que quiere y está donde quiere, ni siquiera necesita tiempo de adaptación, aunque sea en Moscú. Y él siempre ha querido estar en el Real Madrid”.
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