El partido de Modric
En 'Mi partido', el croata Luka Modric narra sus orígenes y su exitosa trayectoria hasta 2018
Los primeros seis años de vida de Luka Modric suenan a cuento. Se pasó la infancia en la casa de piedra de sus abuelos —él, peón caminero; ella, ama de casa— adonde sus padres, que se habían conocido en una fábrica de ropa —ella, costurera; él, mecánico— lo llevaban cada día ya que en la guardería no paraba de llorar. No era solo que le costara adaptarse, es que solía estar enfermo. Su abuelo Luka, de carácter adusto, se volvía una persona feliz al ver llegar a su nieto. El pequeño creció rodeado de animales, tirando del rabo a las cabras o temiendo a las serpientes. Dicen que era alegre, bueno y educado. Que en las fiestas de cumpleaños de sus amigos siempre estaba callado. Aunque una vez, jugando a hacer que conducía una furgoneta aparcada en cuesta, quitó el freno de mano y la estrelló contra un muro de piedra. Y que se le daba bien al balón.
Todo cambió en 1991, con el inicio de la guerra en la antigua Yugoslavia. Un día, las cabras volvieron solas a casa. Su abuelo acababa de morir acribillado por disparos de metralleta. Luego, un campo de refugiados. Después, un hotel. Y la costumbre de salir corriendo al refugio en cuanto sonaban las sirenas.
“Aunque soy pequeño, he pasado mucho miedo en mi vida. El miedo a la guerra y a los bombardeos es algo que estoy superando poco a poco. El suceso y la sensación de pavor que nunca olvidaré ocurrió hace cuatro años, cuando los chetniks mataron a mi abuelo. Yo lo quería mucho. Todos lloraban, y yo no podía entender que mi querido abuelo ya no iba a volver. Me preguntaba si a los que hicieron esto, y a quienes nos hicieron huir de nuestras casas, se les puede siquiera llamar personas”, escribía con 10 años.
Mi partido (Córner), la autobiografía del futbolista croata del Real Madrid Luka Modric, escrita a cuatro manos con Robert Matteoni, recoge su trayectoria hasta 2018. Desgrana con detalle su exitosa carrera deportiva. Pero, sobre todo, ofrece una completa fotografía de los cimientos sobre los que se construye su personalidad, tan alabada por todos los que lo conocen.
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