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Griezmann se cae de la mesa

El extremo francés, que se comparaba hace dos años con Messi y Cristiano, ha sido suplente en los tres últimos encuentros y no alcanza la jerarquía esperada tras su fichaje por el Barça

Griezmann, durante un duelo de esta temporada.
Griezmann, durante un duelo de esta temporada.Joan Monfort (AP)
Jordi Quixano

En noviembre de 2018 se dio una pelea de gallos en el estadio del Atlético. Una riña sorprendente porque Diego Costa se encaró primero con Samuel Umtiti, central del Barça y de Francia, y después con Antoine Griezmann, entonces su compinche en el conjunto rojiblanco. “¡Tu compañero soy yo, no Umtiti!”, le soltó con cara de malas pulgas el punta brasileño al zurdo de Mâcon (Francia; 29 años), que ya había coqueteado con la idea de ir al Barça, después negada con el documental The Decision, producida por Kosmos, empresa de Gerard Piqué. Un año más tarde, sin embargo, sí decidió ser el adlátere de Messi antes que el rey del Atlético. Pero su fútbol no es el mismo como tampoco su protagonismo sobre el tapete.

Hubo un tiempo, después de conquistar el Mundial de 2018, que Griezmann se situó en el pódium futbolístico. “Como en la misma mesa que Messi y Cristiano”, aireó con ligereza para disgusto del capitán azulgrana. Por lo que tras dos desplantes, no fue recibido de la mejor de las maneras en el vestuario del Barça, que todavía le considera un tanto infantil y falto de liderazgo, por más que le guste generar buen rollo con todo tipo de competiciones en el vestuario. Una relación que se fue limando con el paso de los partidos pero que no se fragua en el campo porque el delantero tira desmarques sin parar y sin ser visto, trabajo de arrastre y poco más porque entre Messi y Suárez se buscan y encuentran. “Para él es frustrante porque cree que puede dar mucho más, pero a veces tiene que entender también que Leo la quiere de ida y vuelta en vez de lanzarla al hueco”, exponen desde la ciudad deportiva azulgrana; “pero Griezmann es un futbolista de equipo y eso lo ha demostrado desde el primer día”. Eso dicen los números, pues suma una media de 10 kilómetros por encuentro en LaLiga, cuando Suárez llega a nueve y Messi se queda en 7,3. Aunque eso es insuficiente para Setién.

Fijo en las alineaciones de Valverde, apeado del banquillo en enero cuando lo tenía líder, Griezmann no ha tenido el mismo rol con Setién, por más que todavía esté el tercero en la lista de minutos jugados (3.183), solo por detrás de Ter Stegen (3.600) y Piqué (3.454). Más que nada porque en los últimos tres encuentros (Athletic, Celta y Atlético), donde el Barça se jugaba y casi ha perdido LaLiga, ha salido de suplente, penalizado sobre todo ante su exequipo porque inició el calentamiento en la primera parte y no ingresó al campo hasta que faltaban dos minutos para la conclusión del encuentro. “Quiero llorar, en serio. Dos minutos...”, escribió el hermano de Antoine en Twitter.

“Sé que es duro. Hablaré con él. No le pediré disculpas, pero entiendo que se pueda sentir mal y yo también me siento mal por él porque es un gran futbolista y una gran persona”, advirtió Setién. “Para poder hablar debes tener las llaves del camión y tú simplemente eres un pasajero”, señaló el padre del jugador en las redes sociales. Lo que quedó claro es que ya no era “indiscutible”, como le tildó el técnico hace cinco duelos. Entre otras cosas porque Braithwaite, Ansu y Riqui Puig le quitaron la silla.

“Griezmann es un chaval extraordinario, muy profesional porque puede entender la situación y no le va a afectar en nada cuando tenga que jugar. Es muy positivo y seguro que volverá al cien por cien cuando tenga que jugar”, convino Setién, que le rebajó ante Suárez: “Creo que Luis tiene que estar en el campo. Le ha dado muchísimos goles a este club y pensamos que puede seguir haciéndolos. Confiamos en él”. Una clara bajada en el escalafón. “No soy caprichoso y tengo en cuenta la jerarquía y la importancia del jugador, pero en un club tan grande, algún día alguno no podrá jugar. Es una decisión que asumo y me responsabilizo”, amplió el técnico; “siempre he hablado de jerarquías, pero no de jugadores indiscutibles. Y Griezmann es un gran jugador para el club y para el equipo”, resaltó Setién, sin tener en cuenta que el club pagó 120 millones por su traspaso.

El francés, ajeno a la polémica, colgó en las redes sociales una foto del entrenamiento con emoticonos de: “Adoro el fútbol”. Suárez, le respondió: “Siempre positivo y mirando hacia adelante, bro [hermano]”. Pero sus galones ya pesan menos.

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