Hinchas por videoconferencia
Miles de aficionados conectados por Zoom ambientan el primer partido del Aarhus danés en su estadio vacío
Tras unos tres meses sin partidos de fútbol los aficionados estaban ansiosos por gritar una falta, celebrar un gol, aplaudir a su equipo. La mayoría, sin embargo, asumió que mientras los partidos fueran a puerta cerrada iba a ser difícil observar la reacción de los seguidores. No quiso hacerlo el Aarhus GF danés, que en su primer partido en casa tras el parón liguero por la crisis de la covid-19 llenó de cánticos el Ceres Park.
No pudo evitar el AGF que se escucharan más que nunca las órdenes de los técnicos desde la banda, ni los gritos de los futbolistas para pedir la pelota. Pero logró que los jugadores sintieran el calor de los suyos, que conectados al estadio por videoconferencia no pararon de cantar durante todo el partido.
En Dinamarca, donde la Superliga volvía ayer, el Aarhus, tercer clasificado y uno de los clubes con más historia del país, había completado un listado de hasta 10.000 fans dispuestos a conectarse a Zoom a las siete de la tarde durante el partido que les enfrentaba al Randers FC. Su misión: dar vida a las gradas vacías.
En la vuelta a la nueva normalidad de la que tanto se habla, en el regreso a la competición, el AGF, además de dar buena cuenta del apoyo que le brindan sus aficionados, se presentó como el club que ha ideado la solución más llamativa para dotar de sonido ambiente real, aunque telemático, al Ceres Park mientras los partidos tengan que celebrarse sin público en las gradas.
Søren Carlsen, responsable de Comunicación del AGF, se inspiró en un programa musical de la televisión pública danesa. En el plató, una orquesta y una conocida cantante; desde sus casas participaban los daneses, que se conectaron por videoconferencia. Y cantaron todos juntos. ¿Podríamos hacer algo parecido en un estadio de fútbol?, se preguntó Carlsen. Y conectó con Zoom, en California, cuyo software ha puesto en contacto a millones de amigos, familiares y compañeros de trabajo durante el obligado confinamiento que se ha impuesto por medio mundo los últimos meses para superar la crisis del coronavirus.
El reto que tenían tanto el Aarhus como Zoom era dar voz gracias a la tecnología a sus expectantes seguidores. Para ello, el club danés montó diez pantallas gigantes, cada una de las cuales podía albergar hasta 200 ventanas al mismo tiempo.
Y así fue cómo el club, que empezó a ofrecer tíckets de manera gratuita a principios de mayo —el estadio tiene capacidad para unos 20.000 aficionados—, pudo conectar ayer a su estadio a miles de fans.
Cada uno de esos seguidores sacó la cabeza por el Ceres Park durante al menos unos dos minutos —50 moderadores controlaron que no se produjera ningún gesto ni comportamiento inadecuado— para animar a su equipo a través del ordenador, el móvil o la tablet al tiempo que veían el partido por televisión.
Esa combinación de factores sería la que, por otro lado, propiciaría un hecho curioso: la reacción de los aficionados que poblaban esas gradas virtuales llegaba al estadio con un delay de entre cinco y 20 segundos, en el caso de OTT como la cadena Eurosport, que transmitía el partido en Dinamarca.
Entre el pequeño desajuste que se produce habitualmente entre el directo y la transmisión televisiva y el que existía también ayer en las pantallas gigantes, las jugadas se jaleaban en diferido y hasta en tres ocasiones: en el estadio, en casa, y de nuevo en el estadio. Claro que no tuvo mucha posibilidad el Aarhus de festejar. El primer gol lo cantó el Randers en el minuto 36. Y solo en el descuento celebraron los seguidores locales: el empate del AGF se oyó en el 90.
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