Ansu Fati, de récord en Champions a ‘fichaje’ del filial
El delantero, que pasó el confinamiento con un preparador físico, bajará al Barça B para luchar por un ascenso que vale 10 millones
Ansu Fati pasó del juvenil al primer equipo del Barcelona sin abrocharse siquiera las botas en el filial. Al inicio como niño prodigio que brilló ante las lesiones en la delantera azulgrana y luego como un incordio para Dembélé. La apuesta por Ansu fue de Ernesto Valverde, como también la de Carles Pérez —traspasado a la Roma por 12 millones—, y Quique Setién le dio continuidad con siete encuentros seguidos como titular ante la nueva baja de Luis Suárez. La llegada de Braithwaite volvió a dejarle en segundo plano y ahora bajará al Barcelona B para disputar el playoff de ascenso a Segunda A. Idea que a Ansu Fati no le seduce después de brillar hasta en Champions como el goleador más precoz en la historia con 17 años, un mes y 10 días, pero que entiende y aceptará sin reparos. “Este año lo ha hecho entero con el primer equipo, pero sabe dónde está”, apuntan desde el entorno del extremo.
Clasificado el Barça B como segundo de grupo antes del parón por el coronavirus —a un punto del Castellón y empatado con el Cornellà y el Sabadell—, el club quiere reforzar las aspiraciones de ascenso del filial. “Es lo normal en un proceso de formación como el que pasaron Amor, Xavi, Puyol, Valdés, Iniesta, Sergi Roberto…”, exponen desde los despachos de la ciudad deportiva azulgrana; “Ansu es extraordinario y tiene un perfil claro de jugador del primer equipo como ya ha demostrado. Entiende que si juega poco es porque los que tiene por delante no son cojos y sabe que es bueno contar con minutos de competición”.
Hay además razones económicas: un ascenso supone unos 10 millones de euros en derechos televisivos. La plaza en Segunda, aparte, garantiza minutos de calidad para los jóvenes talentos que piden paso como Riqui Puig y Collado, a la vez que es un lugar de formación exigente para aquellos que reclaman sin éxito una cesión para probarse en la élite. Aunque estar en Segunda A también es una posibilidad para mercadear con los jugadores y sanear las cuentas, como en las últimas temporadas.
Registros llamativos
Por el momento, Ansu sigue con la rutina del primer equipo, que en su desescalada frente a la covid-19 ya empieza a entrenarse en grupos. Sus registros físicos en los test que practicaron los preparadores han sido de lo más llamativos, pues es de los que mejor ha vuelto. “Se ha matado físicamente”, apuntan desde el círculo del jugador, conscientes de que cuando se decretó el estado de alarma, Ansu decidió invitar a su nueva casa (en las afueras de Barcelona) a su preparador físico personal, con el que trabaja desde hace tres años. Así, además de las tablas que le mandaba el Barça, ha trabajado para fortalecer la rodilla izquierda, que le ocasionó algún contratiempo durante el curso. También ha estado con los suyos, sus padres y otros cuatro hermanos. “Ha disfrutado de la familia y ha podido desconectar un poco para reordenarse, porque todo fue muy rápido. También se ha puesto las botas con platos típicos de sus raíces, de Guinea Bissau. Y se entrenaba como un animal”, añaden en su entorno.
Un trabajo que no será de inmediato para el primer equipo sino para el filial, y que está por ver si se extiende al siguiente curso, toda vez que Lautaro Martínez (Inter) es el objetivo claro de la dirección deportiva y desde la presidencia se persiste con Neymar. “Fati seguirá en el primer equipo, pero tampoco sería tan raro que alternara partidos como han hecho tantos otros jugadores anteriormente”, apuntan desde el Barça, convencidos de que su formación pasa por jugar y no por esperar la oportunidad en el banquillo. El club espera la evolución del campeonato, ya que se prevén más lesiones de las normales tras el parón de dos meses y la reactivación exprés por los títulos. De la Champions al filial, Ansu Fati está listo.
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