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Un verano sin Wimbledon

La organización del grande británico confirma la cancelación del torneo, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Tras la suspensión de 36 eventos, el circuito mira sin optimismo al US Open

Vista panorámica de la Centre Court, la pista central del All England Lawn Tennis & Croquet Club de Wimbledon.
Vista panorámica de la Centre Court, la pista central del All England Lawn Tennis & Croquet Club de Wimbledon.NIC BOTHMA (EFE)
Alejandro Ciriza

Dentellada a dentellada, el coronavirus sigue devorando el curso del tenis, que ahora pierde su torneo más carismático. Este miércoles, la organización de Wimbledon anunció que no se celebrará la edición de este año, programada del 29 de junio al 12 de julio, y que regresará en 2021, del 28 de junio al 11 de julio. Después de varias semanas analizando la situación y barajando distintas posibilidades, el major británico decidió finalmente cancelar el evento a causa de la expansión de la Covid-19, convirtiéndose de esta forma en el primer Grand Slam que oficialmente no se disputará. La gira de hierba, pues, también se va al garete, ya que la ATP y la WTA informaron de que ambos circuitos quedan congelados hasta al menos el 13 de julio.

Hace dos semanas Roland Garros anunció que trasladará la cita de mayo a septiembre, en una maniobra unilateral. Por el contrario, Wimbledon ha tomado la decisión después de haberse puesto en contacto con los principales entes: la Federación Internacional de Tenis (ITF), ATP, WTA y los otros tres grandes. En el All England Lawn Tennis & Croquet Club estudiaban distintas opciones, pero en ningún caso valoraban disputar el torneo sin público y el horizonte sigue siendo complicado. La epidemia también castiga con fuerza al Reino Unido —el primer ministro, Boris Johnson, dio positivo— y la mudanza a otra fecha también ha sido descartada, dada la incertidumbre.

“Lo más importante es la salud y la seguridad de todos”, señaló la organización en el comunicado, emitido a las cinco de la tarde. “Hemos tenido en cuenta una serie de consideraciones relacionadas con las preocupaciones provocadas por las reuniones masivas y la tensión sobre los servicios médicos y de emergencia, así como las restricciones de movimientos y viajes tanto en el Reino Unido como en todo el mundo”, sigue la nota. “Con la probabilidad de que las medidas del Gobierno continúen durante muchos meses, debemos actuar de manera responsable”, agrega.

Wimbledon es el torneo más antiguo de la historia del tenis. Nació en 1877 y desde entonces solo se detuvo durante las dos Guerras Mundiales: de 1915 a 1918, primero y de 1940 a 1945, después. Es decir, será la undécima vez que no se celebre, la primera después de 75 años de competición ininterrumpida. El año pasado, Novak Djokovic y Simona Halep fueron los campeones. Y el suizo Roger Federer, ocho veces campeón en el jardín sacro del tenis, reconoció estar “devastado” a través de sus redes sociales, mientras a Serena Williams la noticia le dejaba “conmocionada”.

Acceso vallado al complejo de Wimbledon, con la estatua de Fred Perry al fondo.
Acceso vallado al complejo de Wimbledon, con la estatua de Fred Perry al fondo.Kirsty Wigglesworth (AP)

Antes de que se anunciase la cancelación de Wimbledon, el tenis había anunciado la suspensión del circuito, tanto el masculino como el femenino, hasta el 7 de junio. Una fecha en la que, en realidad, nadie confiaba. De esta forma, son ya 36 los eventos que han desaparecido del calendario de una temporada completamente desfigurada, que arrancó con el triunfo de Novak Djokovic en el Open de Australia y que ahora vislumbra borroso el futuro a medio plazo. La esperanza de los rectores es poder reanudar la marcha tras el verano, con el US Open como nuevo punto de partida, pero todo dependerá de la evolución de la pandemia.

El grande estadounidense arranca teóricamente el 31 de agosto y finaliza el 13 de septiembre, pero se desconoce cuál será la situación entonces tanto a nivel internacional como en el propio país, el que mayor número de personas infectadas registra y en el que la pandemia comenzó a expandirse más tarde. De momento, la Federación Estadounidense de Tenis (USTA) dejó claras sus intenciones, al emitir un comunicado nada más conocerse la cancelación de Wimbledon en el que dice mantener la fecha de este año.

Mientras tanto, el entorno profesional es muy escéptico. “Creo que el regreso del tenis este año va a ser difícil. Nuestro deporte se basa en viajes globales y creo que por eso es probablemente el último que volverá. Los deportes que tienen un enfoque nacional están en una posición más sólida”, manifestó al diario The Age el director ejecutivo de Tennis Australia, Craig Tiley. “Hay que fijar una fecha límite en la que tanto la ATP como la WTA decreten un año en blanco”, demandó en el deportivo L'Èquipe el consejero delegado del Mutua Madrid Open, Gerard Tsobanian.

Y mucho más gráfica se mostró la exjugadora Amelie Mauresmo, campeona en Australia y Wimbledon, en 2006: “Creo que tendremos que trazar una línea en la temporada 2020. Circuito internacional = jugadores de todas las nacionalidades más directivos, espectadores y personas de los cuatro rincones del mundo. Sin vacuna = sin tenis”.

Hasta ahora, el circuito se ha visto obligado a suspender los torneos mixtos de Indian Wells, Miami, Madrid, Roma, Roland Garros y Wimbledon. La ATP, además, ha eliminado Houston, Marrakech, Montecarlo, Barcelona, Budapest, Múnich, Estoril, Ginebra, Lyon (tierra), Stuttgart (hierba), s-Hertogensbosch, Queen’s, Halle, Mallorca y Eastbourne; y la WTA, organizadora del femenino, ha tenido que prescindir de Monterrey, Lyon (dura), Guadalajara, Charleston, Bogotá, Stuttgart (tierra), Estambul, Praga, Estrasburgo, Rabat, Bol, Nottingham, Birmingham, Berlín y Homburgo.

SINGULAR PARA TODO: EL ÚNICO GRANDE CON UN SEGURO CONTRA LAS PANDEMIAS

La cancelación tiene un impacto económico brutal en todos los eventos pero, en ese sentido, Wimbledon tiene las espaldas mejor cubiertas. A diferencia de los otros tres grandes, el 'major' londinense es el único posee un seguro contra pandemias mundiales, por lo que sus cuentas se resentirán en menor proporción que las de Australia, Roland Garros y el US Open, y por supuesto que los torneos de menor rango.

El certamen inglés, que genera anualmente más de 250 millones de libras en ingresos (282 millones de euros) y un beneficio antes de impuestos de casi 4,5 millones (5 millones de euros), salvaguardará así su buena salud económica y podrá seguir respaldando a la Federación Inglesa de Tenis (LTA), a la que aporta cada año unos 45 millones de euros con el objetivo de velar por el tenis base y los eventos de menor magnitud, caso de Queen’s, Eastbourne y Nottingham.

Siguiendo las recomendaciones de las autoridades británicas, el club cerró sus puertas hace dos semanas, incluyendo los accesos al museo y a la tienda de merchandising.

 

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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