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El balonmano femenino vuelve a la cruda realidad

La exitosa plata del Mundial contrasta con una Liga invisible, alejada de la élite y sin músculo económico para retener el talento nacional y comprar el extranjero

Lorenzo Calonge
La internacional Ainhoa Hernández (c), con su equipo, el Zuazo, ante el Tenerife.
La internacional Ainhoa Hernández (c), con su equipo, el Zuazo, ante el Tenerife. L. RICO

Después de decenas de homenajes en la última semana por la plata mundial, Ainhoa Hernández ha vuelto a la rutina. A su ciudad, Barakaldo: al único club que ha conocido, el Zuazo; y a la única competición doméstica que ha disputado, la Liga española. Es donde ella quiere estar pese a que nadie duda de que el traje le queda muy corto porque podría jugar en campeonatos más potentes y multiplicar su salario.

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Si en algo ha habido consenso es en que el gran éxito de las Guerreras en Japón debería servir para impulsar una Liga femenina de balonmano que acabó muy tocada por la crisis y que sobrevive a mucha distancia de la élite europea (decimoquinta en el ranking), ausente de la Champions hace cinco años, y sin capacidad económica para retener el talento nacional y comprar el extranjero. La salud general es todavía más débil que en la masculina, también muy castigada por el crack inmobiliario, ya que no cuenta con un Barcelona aspirante al trono continental ni con una clase media-alta como la de Bidasoa, Ademar o Logroño. Pero una cosa sí les une: la selección como síntoma de la buena formación y los recursos insuficientes para traducir eso en un torneo nacional mejor.

Cuando se le pregunta a Aingeru Astorkiza, el presidente del equipo de Ainhoa Hernández, si la hazaña de hace diez días en Asia ayudará a aliviar el día a día de un dirigente como él en el País Vasco, se pone melancólico y piensa en el Cantábrico. “Esto es como una ola que llega a nuestra zona. Pega fuerte unos días, pero luego pasa. Desconfío de que vayan a cambiar las cosas. Ahora llamas a los patrocinadores y consigues un poco más, sin embargo, la semana que viene olvídate. Aquí solo interesa el fútbol, un Nadal o un Alonso. No existe cultura deportiva”, se lamenta.

Desconfío de que vayan a cambiar las cosas. Aquí solo interesa el fútbol, un Nadal o un Alonso. No existe cultura deportiva

Aingeru Astorkiza, presidente del Zuazo

Él maneja el Zuazo, una entidad de clase media que sufre en la cola de la tabla por el mal arranque. Tiene un presupuesto de unos 250.000 euros, ligeramente inferior al promedio de la competición (entre 300.00 y 400.000, según la Federación), y sus jugadoras cobran unos 800 euros mensuales con contratos de media jornada más el alquiler de un piso y las dietas. Unas cifras y unas condiciones habituales en la División de Honor. “Ainhoa gana bien, como tres o cuatro veces más que el resto, pero es la excepción. Podría irse a cualquier club potente de Europa por 6 o 7.000 euros”, señala Astorkiza. La pivote, pretendida por el Athletic cuando ya había dejado el fútbol, nació en Barakaldo y es el mejor producto de una cantera formada por más de 250 menores. Una amplia red de balonmano base que no da más que para tener un único empleado que no sea jugadora o entrenador. Una señal de la escasez de recursos en una institución media.

A 100 kilómetros de allí, en San Sebastián, en pleno Cantábrico, está el Bera Bera, clase alta, ganador de cinco de las últimas siete ediciones, aunque eliminado en la previa de la segunda competición continental (Copa EHF), al igual que el Rocasa, campeón de Liga la temporada pasada. “No quiero caer en el victimismo para vender nuestro producto”, advierte sin melancolías Tati Garmendia, responsable de la sección. “Tenemos la manía de echar mierda en nuestro tejado, pero también habrá que contar lo bueno. Antes no había la obligación de tener un mínimo de contratos [ocho a tiempo completo en los conjuntos que compiten en Europa] ni se daban todos los partidos por streaming, ni Teledeporte emitía uno por semana. Hemos avanzado en los últimos cuatro años”, señala.

La sensación de cierta mejoría general es compartida, aunque, en lo relativo a la visibilidad, con la matización de que el coste del encuentro que ofrece Televisión Española lo asume por completo la Federación [el Zuazo-Tenerife del pasado viernes tuvo un 0,2% de share], así como los choques de las dos selecciones fuera de los grandes campeonatos. “Ellos también compran los derechos de los Mundiales y Europeos”, añade su presidente, Francisco Blázquez.

No quiero caer en el victimismo para vender nuestro producto. También habrá que contar lo bueno

Tati Garmendia, responsable de Balonmano Bera Bera

“Los clubes deben mejorar en marketing, difusión y en profesionalizar las estructuras, como hemos hecho nosotros. Tendrían que copiar nuestro modelo”, comenta el máximo rector del balonmano español. Pero es un círculo vicioso. Eso les daría la posibilidad de generar más ingresos, sin embargo, la mayoría de las entidades no lo hacen por falta de dinero. El Bera Bera, que sí lo tiene (640.000 euros de presupuesto, el 60% procedente de subvenciones públicas), cuenta con cinco empleados al margen de la estructura puramente deportiva. El sueldo medio se sitúa en los 1.100-1.200 euros además de la vivienda. “A mí me gustaría pagar más”, apunta Garmendia. “Yo en mi época de jugadora pasé por todas las fases, pero entonces igual 1.500 euros no eran tanto y ahora es una cifra importante”. Según las estimaciones del sindicato, 2.000 euros es el tope más frecuente en la Liga.

El club donostiarra recogió el mando en la competición que dejó el Itxako, el último grande. Fue subcampeón de la Champions en 2011 y campeón de la Copa EHF en 2009; hasta que el hundimiento económico lo borró del mapa en 2013. Su colección de estrellas abruma y subraya la distancia sideral entre el pasado y el presente. Silvia Navarro, Shandy Barbosa, Eli Pinedo, Macarena Aguilar, Carmen Martín, Begoña Fernández o Nely Carla Alberto, el núcleo de las primeras cuatro medallas de España, jugaron allí a las órdenes de Ambros Martín, ganador luego de cuatro Liga de Campeones.

Los clubes deben mejorar en 'marketing', difusión y en profesionalizar las estructuras

Francisco Blázquez, presidente de la Federación Española

Casi todas se vieron forzadas a irse al extranjero, el destino también hoy de la mitad de las seleccionadas en el Mundial de Japón. Cinco están en Rumania, una en Hungría, otra en Alemania y tres en Francia. El país galo es el modelo para muchos de crecimiento de una competición doméstica. Su presupuesto medio es de 2 millones, el acumulado de los 12 equipos ha pasado de 10 a 24 millones en la última década y el sueldo medio roza los 3.000 euros. “También habría que decir que yo he tenido a una jugadora recuperándose porque allí no la atendían. Eso no se cuenta”, puntualiza Tati Garmendia.

Y al talento que se va hay que añadir el que no puede venir. “Traemos a jugadoras de países emergentes que en un Mundial no superan la primera fase. Tampoco podemos fichar a francesas, húngaras o rumanas de segundo nivel porque en esos países consiguen mejores condiciones”, apunta Imanol Álvarez, entrenador del Bera Bera y seleccionador júnior. “Por contra, nosotros ofrecemos un buen trabajo técnico”, destaca. El talento y la formación como refugio ante una Liga en los huesos. No es remedio menor si se mira a las dos finalistas del último Mundial, cuyas competiciones nacionales ocupan los puestos decimosexto (Holanda) y decimoquinto del ranking europeo. Dos países que 36 años antes de disputarse el oro en Kumamoto se enfrentaron por no ser el farolillo rojo del Mundial b femenino.

La Liga, en cifras

Presupuesto medio. Entre 300.000 y 400.000 euros, según la Federación Española. La Liga francesa, modelo de crecimiento en la última década, llega a los 2 millones.

Salario medio. Entre 500 y 700 euros, calcula la Asociación de Jugadoras. Esta cantidad se complementa con pagos en especie (alquiler más gastos y dietas, habitualmente). En Francia alcanzan los 2.968 euros.

Condiciones laborales. Desde 2018, los clubes que juegan en Europa deben tener, al menos, ocho miembros de la plantilla contratadas a jornada completa (ha subido dos este año) y el resto (hasta las 16, normalmente), a tiempo parcial. Para los otros conjuntos la obligación se reduce a seis a jornada parcial, según el sindicato.

'Ranking' europeo. La Liga se sitúa en el puesto decimoquinto, según la Federación Internacional. En la 2013/14 tocó el cuarto lugar y, tres temporadas después, desapareció del top ten. Hungría, Rumania y Rusia encabezan la lista.

Competiciones continentales. La 20134/14 fue la última con un equipo español en la Champions (Bera Bera, no pasó de la fase de grupos). Esta campaña, el Rocasa y Bera Bera no superaron la previa de la Copa EHF, el segundo torneo.

Entidades desaparecidas. Casi todos los equipos con mejor palmarés ya no existen: Sagunto (27 Ligas y el único que ha ganado una Champions), Picadero (5 Ligas), Atlético (5) e Itxako (4). El Elda (4) está en el División de Honor Plata.

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