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El cañón de las Guerreras

Shandy Barbosa, decisiva contra Montenegro, es la máxima goleadora de España en el Mundial tras su ausencia en el Europeo de 2018 por embarazo

Lorenzo Calonge
Shandy Barbosa, en una acción del partido contra Montenegro.
Shandy Barbosa, en una acción del partido contra Montenegro. HIROSHI YAMAMURA (EFE)

Un bebé mulato de siete meses alegró las primeras horas interminables en la concentración de la selección femenina de balonmano en un hotel a las afueras de Madrid, antiguo picadero de gente bien, junto al hipódromo de La Zarzuela y el Centro Nacional de Inteligencia. Todos le hacían fiestas. Su presencia ayudó a aliviar el golpe anímico que acababa de recibir el grupo por la baja de Carmen Martín a solo cuatro días de volar al Mundial de Japón. Era el hijo de Shandy Barbosa, ausente en el pasado Europeo por el embarazo y que ha vuelto al equipo como un trueno. “La maternidad me ha dado tranquilidad para jugar los momentos importantes. Antes igual pecaba de alguna precipitación”, confiesa la portuguesa nacionalizada en 2012. Su latigazo en el último segundo para abatir a Montenegro (26-27) en el último partido de la primera fase lo certifica.

Segunda fase

GRUPO 2

Clasificación de salida: España (4 puntos), Rusia (4), Suecia (2), Montenegro (2), Japón (0) y Rumania (0).

Los partidos de la selección: Suecia (domingo 8, 12.30), Japón (martes, 10.00) y Rusia (miércoles, 7.00). Todos, por Teledeporte

GRUPO 1

Holanda (4 puntos), Alemania (3), Noruega (2), Corea del Sur (2), Dinamarca (1), Serbia (0).

*Los dos primeros de cada uno pasan a semifinales. Los terceros jugarán por el quinto y sexto puesto. Los cuartos, por el séptimo y octavo.

*En caso de empate a puntos, prevalece, por este orden, el resultado del encuentro entre ellos y la diferencia general de goles.

*La vigente campeona, Francia, está eliminada.

Se encuentra fina y su producción ofensiva (30 goles en cinco partidos, máxima anotadora del equipo) ha impulsado a España en una primera ronda impoluta que abre un horizonte impensable hace apenas una semana. Las Guerreras acceden invictas a la segunda fase, con cuatro puntos, las semifinales ya no son ninguna quimera y la clasificación para el preolímpico, el objetivo lógico al principio del campeonato (la primera va directa a los Juegos; y de la segunda a la séptima, a ese torneo), se ve como algo accesible. En esta fase se cruzarán con Suecia (domingo, 12.30), Japón (martes, 10.00) y la Rusia del canario Ambros Martín (miércoles, 7.00), todos emitidos por Teledeporte.

“Hay que seguir y seguir, y machacar lo que llegue”, exclama la lateral izquierdo del Nantes, de 33 años y ascendencia caboverdiana, que no dejó pasar la ocasión ante las balcánicas para aplicarse a sí misma la consigna. Ella asumía en los corrillos previos al viaje al país asiático que la ausencia de Carmen Martín la obligaba a tomar más responsabilidades en la pista. No le importaba -”estoy acostumbrada”, decía- y lo ha demostrado. Ha sido casi siempre la primera en marcar el paso en los partidos. “Estoy contenta con mi aportación. Quería estar a este nivel y he trabajado para ello”, afirma llena de prudencia. Este paso adelante se ha visto acompañado por el buen tono general de la selección, por encima de lo esperado a la vista de los precedentes de un equipo que no había superado el undécimo lugar en los últimos campeonatos. “Las jóvenes han cogido experiencia, están más rodadas y es lo que nos faltaba respecto a años pasados”, señala. Una valoración que se ha hecho evidente en el caso de las novatas Alicia Fernández, Jennifer Gutiérrez, Sole López o Maitane Etxeberria, reclutada en el último minuto.

La maternidad le ha supuesto una motivación extra. "Ahora ya no juego solo por mí", cuenta. Sin embargo, también le ha causado más de un trastorno en su equipo. En octubre de 2018, nada más fichar por el Nantes, una lesión en la mano derecha le obligó a operarse y, poco después, se quedó embarazada, dos circunstancias que la apartaron de las canchas casi todo el curso. El embarazo irritó tanto al presidente del club que quiso romper el contrato. “La ley francesa me protege y se lo impidió. Él sigue enfadado, pero no puede reprocharme nada desde el punto de vista deportivo”, advierte. Los números la avalan: Barbosa es la sexta máxima goleadora de la liga francesa esta campaña.

"El presidente del Nantes quiso romper mi contrato cuando me quedé embarazada, pero la ley francesa se lo impidió"

Al Nantes llegó tras un largo peregrinar por Europa. Oltcim Valcea rumano, Thuringer alemán, Fleury francés y Rostov Don ruso fueron sus destinos después de que la crisis económica destrozara al Itxako, el último grande del balonmano femenino nacional. En España había aterrizado en 2007, con 19 años, tras deslumbrar en un Mundial Júnior con Portugal. Su fichaje fue toda una odisea para el Sagunto. “Sus padres no querían dejarla venir, la veían muy pequeña para cambiar de país”, recuerda Cristina Mayo, su primera entrenadora en la Liga. “Los invitamos a Valencia, estuvimos con ellos, volvió el presidente a Portugal y, al final, accedieron. Les tuvimos que convencer de que éramos un club serio y que la íbamos a cuidar”. Entonces, hace 12 años, Shandy era todavía Xanda, diminutivo de su nombre de pila (Alexandrina). Así la conocían en su país de origen, pero sus compañeras de Sagunto pronto lo adaptaron. “No sabían pronunciarlo bien y así se ha quedado”, dice entre risas esta amante del café, maniática del pelo y aficionada a contar sin reparos y sin fin mal los chistes, según desvelan en el vestuario de España.

Mucho de lo que hoy muestra en la cancha ya lo trajo de serie. “Era explosiva, muy intuitiva y desinhibida”, explica Mayo. “Tenía un salto tan potente que se comía a la portera. Pero también tuvimos que mejorar el lanzamiento exterior, para que fuera más variado, y que adquiriera un sentido táctico porque era tan física que trataba de resolverlo todo por sí misma”.

"Jorge Dueñas [el antiguo seleccionador] me animó a nacionalizarme. Con Portugal era difícil jugar las grandes citas"

Para que la selección la disfrutara también fue necesaria una labor de persuasión. “Jorge Dueñas [el antiguo técnico] me animó mucho a nacionalizarme. Todos los deportistas queremos estar en las grandes citas y eso con Portugal resultaba difícil. Lo hablé con mi pareja, que es valenciano, y decidimos iniciar los trámites”, explica. El proceso se cerró en 2012 y desde entonces forma parte de un grupo con marca patentada, las Guerreras. Ganó la plata europea de 2014, sufrió el trauma de Río 2016, cruzó el desierto que vino después y ahora lidera, junto a Nerea Pena y Silvia Navarro, esta mezcla de veteranía y juventud que tan buena pinta tiene.

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