El balonmano no falla
Puede haber transiciones, momentos mejores y peores, pero al final España siempre responde. La reivindicación de las chicas es enorme. Tras el Mundial, podemos revitalizar el balonmano en general
España está donde todo el mundo quiere que esté. Una vez más. Hace dos años, la selección masculina se proclamó campeona de Europa y ahora, cuando menos lo esperábamos, el equipo femenino es subcampeón del mundo. El balonmano siempre llega a lo más alto, nunca falla a su cita. Puede haber transiciones, momentos mejores y peores, pero, al final, termina volviendo a su cauce.
Las Guerreras han estado brillantes en el Mundial de Japón, superando todas las expectativas. Han multiplicado por mil lo que podíamos prever. Es verdad que en 20 segundos se nos ha ido la final y eso nos ha dejado tristes por ellas, por el vestuario, pero nos llevamos un grandísimo premio que empezaremos a valorar en los próximos días. Dentro de dos años, con la nueva Copa del Mundo, miraremos atrás y pensaremos que fuimos plata con un equipo tan joven. Se trata de un éxito del que tenemos que estar satisfechos.
En 2021 nos toca celebrar la próxima edición y se ha demostrado que tenemos mimbres y que podemos hacerlo bien. Si pensamos en la selección masculina, que fue campeona en 2013 en casa, por qué no pensar en repetirlo también en las mujeres. El resultado es un orgullo por el esfuerzo y el trabajo. Por haber creído. El equipo se renovó, entró mucha gente joven y este subcampeonato pone de relieve la dedicación que hay detrás.
¿Y qué puede suceder ahora? Todos añoramos esa palanca que nunca termina de llegar. El currículum en los últimos 15 años del balonmano es espectacular, pero ese punto de inflexión no aparece. A nivel social, existe un reconocimiento, y yo soy un ejemplo. Me siento un privilegiado. Vaya donde vaya, la gente me asocia con la marca balonmano. Y este Mundial ha sido otra prueba, por la audiencia y la gran cantidad de gente que ha tenido detrás. Sin embargo, la realidad del día a día es otra, no conseguimos una traducción que nos mejore la rutina.
La reivindicación de las chicas es enorme. Tras el Mundial, podemos revitalizar el balonmano femenino y el balonmano en general. Debemos llamar a las puertas y decir que nosotros, más tarde o más temprano, siempre estamos, nunca fallamos. Seguimos siendo muy buenos. Pero ese éxito que tenemos en las selecciones necesitamos trasladarlo a las ligas, tanto a la masculina como a la femenina. Necesitamos que las marcas e instituciones sepan que este deporte no les falla. Que detrás de nuestro deporte hay esfuerzo, valores y trabajo. Porque luego las consecuencias se notan. Más dinero supone más horas de entrenamiento y dedicación para que los resultados sean mejores.
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