España sigue lanzada en el Mundial

A España no hay quien le eche el lazo de momento en el Mundial. El sorteo le había preparado para empezar dos montañas de nivel (Rumania y Hungría) y ambas las ha escalado con una soltura que nadie esperaba. A las húngaras las despachó con otra actuación muy convincente (29-25). No fue la exuberancia desplegada contra las rumanas, pero si había temor de que el suflé se desinflara, que la euforia del partido del sábado desviara al grupo de Carlos Viver, ese miedo quedó pronto desactivado. Este segundo triunfo impulsa casi definitivamente a las Guerreras a la segunda fase y, muy probablemente, con al menos dos puntos, lo que abre un horizonte de esperanza en sus aspiraciones de caza mayor en este campeonato.

Arrancó el partido en el gimnasio de Kumamoto y pareció que el tiempo se había detenido. España se presentó con la misma buena pinta que ante Rumania. El 4-0 de inicio obligó a Hungría a pedir un tiempo muerto ya en el minuto seis que tampoco varió nada. De nuevo Shandy Barbosa golpeaba en ataque (seis tantos en siete lanzamientos en toda la primera parte) y, atrás, la que echaba el candado era Darly Zoqbi (cinco paradas), la brasileña nacionalizada que relevó a Silvia Navarro en la portería. Una señal de fondo de armario y una forma del seleccionador de poner en tensión a todas las jugadoras, incluso en los puestos más adjudicados.

En la distancia de los cinco goles vivió el duelo hasta el descanso (18-13). No fue, quizás, una versión de las Guerreras tan redonda como el día anterior, castigada por las pérdidas (siete en la primera mitad), pero sí igual de fiable. El ataque fluía, con el apoyo a Barbosa de Alicia Fernández y la eficacia desde el extremo de Marta López, y la defensa impedía el despegue húngaro. Salvo un tramo alrededor del minuto 20, en la que enlazó un parcial de 3-7 con la segunda unidad, su rival nunca se sintió a su altura. La pivote Tovizi (cinco dianas en todo el duelo) resultó lo más inquietante para la selección.

El paso por los vestuarios mejoró la actuación española. Tapó la grieta de las pérdidas, incorporó a filas a Nerea Pena (cuatro tantos tras la reanudación) y, ahora con Silvia Navarro bajo palos, cerró todavía más su puerta. La valenciana de 40 años, que cumplía 200 partidos como internacional, acumuló ocho intervenciones. No le fue mal tampoco a su colega húngara, Biro, que alcanzó la decena, insuficientes en todo caso para compensar las penurias propias y equilibrar la superioridad rival.

Shandy Barbosa también iba lanzada en este segundo acto, pero le cayó muy pronto la tercera exclusión, en el minuto 42, y tuvo que retirarse a un fondo de la pista, fuera del banquillo. La tarjeta roja no afectó de forma inmediata a España, que logró casi al instante su mayor distancia (24-17) con un tanto desde el extremo de Maitane Etexeberria, bien asistida por Nerea Pena. Sin embargo, sí se notó después. Una minipájara volvió a afectar a la selección en el último tercio. Hungría enganchó un parcial de 0-4 que obligó a Viver a pedir tiempo muerto. “Solo son tres goles”, les gritó el entrenador Rasmussen a sus jugadoras a siete minutos del final, aunque ese "solo" ya era mucho. La diferencia pronto volvió a ensancharse y el duelo quedó finiquitado. El próximo partido de España será el próximo martes (7.00, Teledeporte) contra Senegal, una cuesta mucho menos exigente a priori para las Guerreras.