Thomas, el único ‘cinco’ de Simeone

“Yo soy el único 5”, proclamó Thomas Partey (Ghana, 26 años) a las cámaras del club en el reportaje insider filmado tras la remontada al Eibar (3-2). El mediocentro ghanés había entrado en los últimos cinco minutos del agónico partido y en el último suspiro conectó un derechazo ganador a trompicones cerca del punto de penalti. Simeone dispuso ese día un 4-3-3, con Koke por delante de la defensa y con Saúl y Llorente de escoltas. Esa suplencia generó cierto desasosiego en Thomas. Su reivindicación de apenas cinco palabras pasó inadvertida, pero fue toda una declaración de lo que siente desde que empezó el curso.

Por primera vez desde que subió al primer equipo, ve el camino despejado para su consolidación en el once titular. Ya sin Gabi, sin Tiago y sin Rodrigo, la dirección deportiva, el cuerpo técnico y él mismo perciben que es el mejor especialista para asumir la dovela táctica del equipo. La sobria actuación que firmó en el derbi reforzó su autoproclamación como ese único 5 del plantel. Ni Llorente, ni Saúl, ni Koke entienden la posición, con y sin la pelota, como el elegido en tres ocasiones como mejor jugador africano.

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Por la altura del duelo y por el aplomo con el que se manejó, Thomas rubricó su mejor partido en el Atlético como mediocentro de posición. Tuvo un 90% de acierto en el pase y muchos de sus toques fueron verticales, batiendo la primera línea de presión del Madrid. Arriesgó en zonas complejas con criterio y precisión. No tuvo malas entregas ni esas pérdidas inocentes en las que a veces se enreda por girarse cuando le enciman. Si se mantiene tan fiable con la pelota como el sábado, emerge un jugador dominante.

Esta vez Simeone sí pudo contar con un pivote que le aclarara el juego en la salida. Fallaron los encargados de darle continuidad a ese inicio afilado del juego. Ni Koke, ni Saúl, ni Vitolo, ni João Félix estuvieron finos para prolongar el buen pie de Thomas en las iniciaciones. Tampoco Trippier sacó rédito de unos cuantos cambios de orientación milimétricos que aterrizaron precisos en su bota derecha. Nueve recuperaciones adornaron sus números.  “Su partido ha sido fantástico en la salida del balón. Nos está dando mucha velocidad en el juego y una salida importante”, le elogió orgulloso Simeone.

En sus siete años en el Atlético, es el futbolista al que el técnico más tiempo y paciencia le ha dedicado. También el que se ha llevado algunas de sus reprimendas más duras. Incluso humillaciones futboleras como situarle de mediocentro en un partido en Granada y a los 20 minutos llevarlo a la banda por una cascada de malos pases y decisiones. Simeone siempre ha creído que Thomas escondía el potencial que mostró ante el Madrid. A veces, le gusta colocarle de mediapunta para aprovechar su llegada, su disparo y su despliegue para robar cerca del área contraria, pero el Cholo anhelaba un partido tan completo como el del sábado en una posición que quedó muy tocada con la marcha de Rodrigo.

"Quiero ser más importante"

Simeone, como el club y el propio jugador, también apostó porque este podía ser el año de su explosión definitiva. Ante el aluvión de fichajes y su ausencia de la pretemporada por haber participado en la Copa de África, Thomas entró en el anonimato durante el verano. Mediáticamente no figuraba en las combinaciones que trataban de dibujar el centro del campo de este nuevo Atlético. En cuanto se reincorporó al grupo, el entrenador argentino le jerarquizó por delante de Llorente y de Héctor Herrera. Solo en el citado partido ante el Eibar, y en San Sebastián, por lesión, le dejó en el banco.

El técnico ha satisfecho la reivindicación que Thomas hizo al término de la pasada temporada. “Quiero ser más importante en el Atlético”, dijo tras haber sido suplente en la Supercopa de Europa, en el derbi y en el partido contra el Barcelona de la primera vuelta. Esa campaña la comenzó con el foco puesto en que Rodrigo era su competencia directa. Con el paso de los partidos, Simeone tuvo que admitir que era el mejor complemento del ahora jugador del Manchester City. Su problema, como ahora el de Herrera, es que competía contra Koke y Saúl, intocables para su técnico.

Con una cláusula de 50 millones de euros y uno de los salarios más bajos del plantel, poco más de dos millones de euros, cada verano Thomas se ha puesto en el mercado. Al nivel que mostró en el derbi, la dirigencia se verá obligada a revisar sus emolumentos. La Premier le acecha.