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Megan Rapinoe dispara dentro y fuera del campo

La capitana de la selección estadounidense, fuerte opositora a la Administración de Trump, lidera las protestas por la igualdad salarial. Este domingo permaneció en silencio durante el himno

La capitana de la selección de fútbol femenino Megan Rapinoe. En vídeo, Donald Trump felicitando al equipo por la victoria.
Antonia Laborde
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En septiembre de 2016, en un partido menor entre el equipo femenino del Seattle Reign y el Chicago Red Star, la futbolista Megan Rapinoe permaneció de rodillas durante el himno estadounidense en rechazo a la violencia racial. Este domingo, cuando sonó la canción nacional en la final del Mundial de Fútbol Femenino más vista de la historia, la capitana de la selección de Estados Unidos permaneció en silencio y no se llevó la mano al corazón en protesta a la postura de la Administración de Donald Trump hacia las minorías. Cuando habla, la delantera también lanza pelotazos. A Trump lo ha tildado de sexista, misógino y racista. También adelantó que si ganaban el Mundial de Francia no visitaría “la puta Casa Blanca”. El presidente le respondió: “¡Termina el trabajo!”. Y Rapinoe, autora de uno de los dos goles contra Holanda que le dieron el torneo a EE UU, definitivamente lo terminó: regresa con el Balón de Oro (mejor futbolista del campeonato) y la Bota de Oro (máxima goleadora con seis tantos).

La fiebre por el fútbol femenino se ha vuelto particularmente política en Estados Unidos. Con una capitana activista por los derechos LGTBI, un presidente conservador y unos candidatos demócratas desesperados por subir en las encuestas, lo que se decía fuera de campo de juego era casi tan relevante como el marcador. Trump, después de mandar a Rapinoe a “ganar antes de hablar”, extendió una invitación a la selección independiente del resultado final. Tras la victoria no se sabe aún qué ocurrirá, si irán o no a la Casa Blanca, pero la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez ya ha invitado al equipo a la Cámara de Representantes, la precandidata presidencial Kamala Harris al Senado y el alcalde de Nueva York y también aspirante a la Casa Blanca anunció un desfile para el miércoles. Todos quieren una foto con esa selección que se ha convertido también en una punta de lanza feminista.

Algo sin precedentes ocurrió este domingo en el estadio. Al finalizar el partido, hombres y mujeres vestidos con camisetas rojas, azules o naranjas, corearon a una sola voz: ¡Igualdad salarial! ¡igualdad salarial!. La cruzada por recibir el mismo pago que los futbolistas hombres también la lidera Rapinoe. La capitana se quejó este sábado de la diferencia entre los premios que reparte la FIFA: El galardón en el Mundial de Fútbol masculino de 2018 fue de 400 millones de dólares, mientras que en el de las mujeres este año es de 30 millones. Gianni Infantino, presidente de la federación internacional de fútbol, ya intentó poner paños fríos asegurando que duplicarían la cifra para el próximo mundial femenino en 2023. “Ciertamente no es justo”, alegó la capitana. “Deberíamos duplicarlo ahora y usar ese número para duplicarlo o cuadruplicarlo para la próxima vez”.

"No puedes ganar un campeonato sin gays en tu equipo"

Rapinoe es embajadora de Athlete Ally, un grupo enfocado en que todos los atletas tengan el mismo acceso al deporte, sin importar el género o la orientación sexual. En 2013 recibió el Premio de la Junta Directiva por el Centro de Gays y Lesbianas de Los Ángeles, California (su Estado natal) por ser una atleta gay de alto perfil. Al ser preguntada si el triunfo ante Francia tenía un sabor especial por ocurrir en el mes del Orgullo, la futbolista estrella respondió: "No puedes ganar un campeonato sin gays en tu equipo, casi nunca se ha hecho antes", dejando caer otra pelota cargada de intención, como todas las que suele jugar.

A los pocos minutos de que Estados Unidos alzara la Copa del Mundial de Fútbol por cuarta vez en la historia, la primera dama, Melania Trump, envió sus felicitaciones por Twitter. Tuvieron que pasar dos horas para que el mandatario hiciera lo suyo, no sin antes destacar las buenas cifras económicas de la semana pasada. Pero las diferencias políticas no recaen solo entre la capitana y el presidente. Cuando la Fox, la cadena de televisión amiga del republicano, transmitía en vivo desde un bar en París el ambiente después del triunfo, los hinchas estadounidenses gritaban al unísono: “Que se joda Trump”.

Sue Bird, jugadora olímpica de baloncesto y novia de Rapinoe, escribió hace poco una carta abierta sobre la trifulca pública de la futbolista y el republicano: “¿Cómo es que el presidente de EE UU se comporte como un adolescente con tu novia? Mmm, bueno... es RARO. Y diría que yo tuve una reacción bastante estándar: asustarme un poco”, escribió Bird, de 38 años. La desportista celebraba que Rapinoe se hubiera mostrado imperturbable ante los comentarios del mandatario. “Es extraño decirlo, pero probablemente eso fue lo único normal. No está actuando. Para mí es como: Megan está en el nivel superior en el videojuego de conocerse a sí misma”, rezaba la misiva. Aprovechó el texto para revelar que votó que no a que la delantera se tiñera el pelo color rosa. “Bueno, nuestra relación se basa en lo que podríamos llamar una ‘democracia modificada’, donde ambas damos nuestra opinión y luego Megan hace lo que quiere”.

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Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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