Argentina, la casa de los líos
Agüero y Di María, dos de los históricos de la selección, se enteran por la prensa de su suplencia ante Paraguay. Scaloni rectifica y ambos saltan al campo en el segundo tiempo
Lionel Messi se encargó rápido de borrar el nombre de Argentina entre las candidatas a levantar la Copa América en Brasil. Ajeno al populismo, la declaración del rosarino fue una frase liberadora más que una astuta intención de quitarle presión a la Albiceleste. “No es como otras veces”, advirtió. Al 10 le bastó con un puñado de días de entrenamientos en Madrid, el partido ante Venezuela en el Wanda (1-3) y algunas conversaciones con el técnico para reconocer la nueva realidad del seleccionado argentino. Nada raro si se atiende al trabajo de las selecciones juveniles tras el adiós de José Pékerman y al presente de los jugadores argentinos en las grandes ligas europeas. El futuro de la Albiceleste anda apagado en Europa: Icardi hace más ruido fuera del campo, Dybala perdió protagonismo en Europa, a Lo Celso le falta consolidarse en un cuadro potente, mientras que Lautaro Martínez fue titular en 13 de los 27 partidos que jugó en su primera temporada en el Inter. Entonces, más por necesidad que por convicción, el inexperimentado Scaloni tuvo que convocar a los experimentados Agüero y Di María, figuras del PSG y Manchester City.
Scaloni esperó hasta marzo para llamar a Di María (el último parón de selecciones antes de la Copa América) y a Agüero directamente ni lo probó. El Kun se coló a última hora en la lista. Los dos titulares en la derrota ante Colombia (2-0). Ninguno, sin embargo, jugó los 90 minutos. Di María ni siquiera saltó al campo tras el paso por los vestuarios. El buen ambiente en la concentración argentina se empezó resquebrajar. “Todos los jugadores quieren ser titulares”, justificó el técnico. El problema acababa de empezar. El lunes la selección argentina hizo una larga sesión de vídeo. Se hablaron de los detalles tácticos a corregir, pero nada, ni una pista, sobre el posible once para enfrentarse a Paraguay. Pero algo estaba raro. Por la noche sonaron las alarmas. Di María y Agüero se enteraron por la prensa que no serían titulares en la segunda jornada de la Copa América. Un rumor confirmado en la práctica del martes.
La armonía, siempre de cristal en la Argentina del último lustro, finalmente se rompió. Todos los esfuerzos que realizan los responsables de seguridad de la Albiceleste -biombos en los pasillos, ascensores paralizados y escalares bloqueadas- para evitar el contacto entre la delegación y los periodistas se rompió desde el cuerpo técnico. “Me tengo que enterar por la prensa”, le reprochó el Kun Agüero a Scaloni. El técnico había reunido a todos sus futbolistas tras la práctica previa al duelo ante Paraguay en el campo de Cidade do Galo. Scaloni miró a Messi. “A mí no me digas nada, las explicaciones se las tenés que dar a ellos”, le respondió el capitán. Una vez más, en el seno de la concentración argentina, las individualidades no estaban al servicio del colectivo. “El técnico quiso quedar bien con los periodistas y quedó mal con los jugadores”, aseguraba un empleado de la AFA.
La larga conversación entre jugadores y cuerpo técnico fue registrada (solo imágenes, no sonido) por las cámaras de televisión que se habían subido a lo más alto del morro (colina), fronterizo a Cidade do Galo. “Es importante que los jugadores se expresen. Fue una reunión positiva”, justificó Scaloni frente a los micrófonos. De entrada, ante Paraguay, el técnico no dio el brazo a torcer. Agüero y Di María, al banquillo. Las convicciones del preparador de la Albiceleste duraron lo que tardó Paraguay en marcar el 0-1 en el Mineirao. En el minuto 30, el Kun y el Fideo calentaban detrás del banquillo. Eran los únicos dos suplentes en realizar trabajos físicos.
Agüero saltó al campo tras el paso por los vestuarios, Di María en el minuto 67. De titulares a suplentes, de nuevo al equipo para rescatar a Argentina ante Paraguay (1-1, gol de Messi de penalti). Las contradicciones de Scaloni continuaron en la sala de prensa. “Estaba para seguir”, explicó Lautaro Martínez, que generó el penalti para Argentina, reemplazado por Di María. “Saqué a Lautaro porque no estaba para seguir, había recibido un golpe”, explicó el preparador el cambio del delantero del Inter. Y eso que a Messi le gustaba jugar por detrás del Kun y Lautaro. “El mejor momento de nosotros fue con Lautaro y el Kun”, dijo la Pulga. Eso sí, hay cosas que ajustar. “Pero”, añadió el capitán; “estuvimos muy descompensados en el medio. Hay que buscar un equilibrio”.
En el caos, el interminable caos que hace rato se apoderó de Argentina, todavía queda una esperanza. “Tenemos la suerte de estar todavía vivos. Tendremos que buscar nuestra mejor versión y ganar el partido”, subrayó el técnico. La Albiceleste tiene que vencer a Qatar; después, ya será cosa de terceros si puede clasificarse como segunda o tercera de grupo. El viaje continúa en Porto Alegre. Habrá que ver que equipo tiene en mente Scaloni, ya sabe lo que piensa Messi. Los titulares, eso sí, esperan conocer la formación ante Qatar en boca del entrenador.
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