Barty-Vondrousova, final de meritorias
La australiana derrota a Anisimova en un pulso loco (6-7, 6-3 y 6-3), mientras la checa descabalga a Konta (7-5 y 7-6) para completar un cartel de noveles para la cita del sábado (15.00, DMAX y Eurosport)
El desconcertante devenir del tenis femenino también tiene reflejo en París. El cartel de la final anuncia dos nombres inesperados, los de Ashleigh Barty y Marketa Vondrousova, dos desconocidas para el público de a pie. No figuran Osaka, Serena, Halep ni otras jugadoras de mayor envergadura, confirmándose el vaivén. La primera de ellas se hizo con los dos últimos grandes, pero desde que la segunda ha ido soltando las riendas el circuito no atiende a ningún tipo de pedigrí. Venció Barty a la prometedora Amanda Anisimova en un partido esquizofrénico (6-7, 6-3 y 6-3), mientras que Vondrousova descabalgó a Johanna Konta (7-5 y 7-6) con un guion lineal.
El tope de la australiana (23 años, ocho del mundo) en un Grand Slam eran los cuartos e final que firmó este año en Melbourne; el de la joven checa, de 19 años y 38 en el ranking, la cuarta ronda que alcanzó en el US Open del curso pasado.
El día arranca con protesta –la WTA cuestiona la reprogramación del torneo, al entender que fijar las semifinales en las pistas 2 y 3 supone un menosprecio hacia las tenistas y un trato de favor hacia los chicos, ubicados en la central– y después transcurre de vuelco en vuelco. Barty aprovecha del despertar perezoso de Anisimova para trazar (a priori) un abismo insalvable en el primer set, 5-0 arriba. Sin embargo, la australiana se duerme en los laureles y la joven, una reproducción millenial de Maria Sharapova, remonta y se adjudica la manga, salvando dos bolas de set.
Ahí no queda la cosa.
Manda la estadounidense, pero luego se relaja, sestea. Ahora es ella a la que le entra el sueño. Pecado de juventud seguramente. Tras un parcial sangrante de 10-1, es Barty la que reacciona y voltea el 3-0 adverso de la segunda manga para conducir el duelo hacia el terreno de lo absurdo, a un intercambio de breaks constante. Tenis sin orden ni concierto. No hay ninguna lógica en la pista. Nadie manda, ambas se derriten cada vez que tienen la opción de abrir brecha. Puesto a vivir en ese terreno, el público de la Lenglen se sube a la montaña rusa.
Al final, termina imponiéndose el mayor temple de Barty, que en el tramo decisivo da el golpe con una rotura para 4-2 y salvaguarda el siguiente servicio. Ahí sí, termina el carrusel. Anisimova se golpea los muslos con la raqueta y va decolorándose, y así termina su aventura en París, escenario de una interesante presentación en sociedad. Tiene 17 años y muy buenas hechuras, pero la australiana le pone freno. Ya hay final femenina en París, un sorprendente pulso (sábado, a las 15.00, DMAX y Eurosport) entre Barty y Vondrousova. Hay justicia: se jugarán el título las dos meritorias.
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