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Nadal corresponde a la belleza

El número dos logra un triunfo holgado en su primer partido en la nueva Philippe Chatrier, frente al alemán Hanfmann: 6-1, 6-2 y 6-3. Se enfrentará en la segunda ronda a Maden, otro tenista de la previa

Nadal sirve durante el partido contra Hanfmann en la pista Philippe Chatrier de Roland Garros.
Nadal sirve durante el partido contra Hanfmann en la pista Philippe Chatrier de Roland Garros.KAI PFAFFENBACH (REUTERS)
Alejandro Ciriza

Era día grande en París, por un doble motivo. Volvía el rey a su reino, ahora renovado y todavía más resplandeciente. Qué hermosura la Chatrier, modernizada y todavía más coqueta, más bonita y aún más reluciente, porque en Francia el gusto y la estética rebosan por todos lados, y lo ha aplicado el torneo a la remodelación de su joya arquitectónica. Brilla la nueva central como nunca, más confortable, más presumida y todavía más imponente, y se vistió de gala para recibir a Rafael Nadal, que en 1h 57m resolvió su estreno en esta edición y además lo hizo con nota: 6-2, 6-1 y 6-3 a Yannick Hanfmann.

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No le hizo falta al balear el tradicional despliegue de medios, exprimirse ni mucho menos. Al trantrán, Nadal también derriba en París. Dosificó y aceleró lo que debía, porque el maratón dura (o debería durar) dos semanas, de modo que a estas alturas no hay mejor cosa que ganar bien y rápido, y a poder ser sin cansarse demasiado. Cualquier gota de combustible cuenta en un grande, así que se aplicó Nadal, que irrumpió con un look un tanto hawaiano, con unas zapatillas de colorines y una camiseta fluorescente poco acorde a un lunes en el que el sol iba y venía, jugando al gato y al ratón con las nubes. Hacía fresquito en el Bois de Boulogne y en la grada predominaba la chaqueta.

Preciosa, en cualquier caso, la nueva Chatrier, a la que aún le falta el retoque exterior. Ya por dentro, lo que prometía el presidente de la Federación Francesa de Tenis hace exactamente un año, a este periódico. “Será un monumento a la belleza”, anticipaba orgulloso Bernard Giudicelli. Y no exageró. Sobriedad, elegancia y fastuosidad, tres en uno. Los asientos son ahora de madera clara y pulida, en tono beige; la sensación espacial ha aumentado, aunque la capacidad es muy similar a la de antaño: de 14.911 a 15.525 espectadores, 614 asientos más; y la combinación del hormigón y el cristal le aportan un aire más sofisticado. Muy frenchie, muy chic, muy Roland Garros.

“En términos de juego no hay una gran diferencia, porque el viento entra de la misma forma y sigue siendo una pista muy, muy grande. La sensación es similar, aunque en términos visuales sí podemos hablar de algunas diferencias”, expuso Nadal, que con este último triunfo corroboró un dato aplastante: en los 100 torneos que ha disputado sobre arena, nunca ha caído en la primera ronda.

De un Yannick a otro

Se pierde el efecto vintage, pero la reforma merece mucho la pena. Y hay más novedades, como los dos pantalones de los fondos y la cámara spider, que este lunes revoloteaba de uno a otro costado, tratando de pillar las mejores panorámicas y los mejore ángulos de Nadal. No activó el turbo el de Manacor, porque el partido no lo pedía ni lo necesitaba, pero sirvió perfectamente Hanfmann como primera cobaya, para ir soltando el drive e ir haciéndose a las nuevas dimensiones de la casa.

El alemán, de 27 años y 184 del ranking, procedía de la fase previa y asistía con una curiosidad en la cartilla: tiene un déficit auditivo y solo oye un 60%. Concedió ritmo y pelota, y lo disfrutó Nadal, tan superior que durante muchas fases pareció aquella fiera que ha atrapado un animalillo y juguetea con él antes de zampárselo. No hubo resistencia y tan solo un susto: un buen costalazo sobre la arcilla al resbalar durante un giro, cuando acechaba en la red. Nada más.

Y eso que empezó el duelo como el día, un poco frío. Tardó nueve minutos en cerrar el primer juego, pero a los 18 ya se había ido 3-0 y en poco más de una hora ya tenía dos sets en el bolsillo. El resto fue coser y cantar, antes de otro bocado apetitoso, de otro alemán llamado Yannick, de apellido Maden y también procedente de la fase previa. “Ha sido un buen partido, creo que he jugado bien. La pista es très jolie”, aprobó antes de enfilar el vestuario, en francés. Volvió el rey como se fue el año pasado: ganando. Y, para mayor regocijo, en un marco verdaderamente hermoso.

RESULTADOS. LUNES 27

CUADRO MASCULINO: Rafael Nadal, 6-2, 6-1 y 6-3 a Yannick Hanfmann; Pablo Carreño, 6-3, 6-1 y 6-2 a Joao Sousa; Roberto Carballés, 6-4, 6-4 y 6-2 a Alexandre Muller; Salvatore Caruso, 7-5, 4-6, 6-3 y 6-3 a Jaume Munar; Novak Djokovic, 6-4, 6-2 y 6-2 a Hubert Hurkacz; Dominic Thiem, 6-4, 4-6, 7-6 y 6-2 a Tommy Paul; Pierre Hugues-Herbert, 4-6, 4-6, 6-3, 6-2 y 7-5 a Daniil Medvedev; Richard Gasquet, 6-3, 6-4 y 6-3; Stan Wawrinka, 6-1, 6-7, 6-2 y 6-3 a Jozef Kovalik; Jo-Wilfred Tsonga, 7-6, 6-1, 4-6 y 6-3 a Peter Gojowczyk.

CUADRO FEMENINO: Carla Suárez, 2-6, 7-6 y 6-0 a Dayana Yastremska; Aliona Bolsova, 6-4 y 6-2 a Vera Zvonareva; Veronika Kudermetova, 0-6, 6-3 y 6-3 a Caroline Wozniacki; Serena Williams, 2-6, 6-1 y 6-0 a Vitalia Diatchenko; Kiki Bertens, 6-3 y 6-4 a Pauline Parmentier; Johanna Konta, doble 6-4 a Antonia Lottner; Donna Vekic, 6-2 y 6-4 a Ludmilla Somsonova; Lauren Davis, 6-2 y 6-4 a Krystina Pliskova; Danielle Collins, 6-0 y 6-2 a Tatjana Maria.

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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