La primavera anticipada del Manchester City
El equipo de Guardiola manda en la Premier con el buen juego y el músculo competitivo que quiere exhibir en Europa
Hay motivos para el orgullo que van mucho más allá de los resultados. La pasada temporada el Manchester City ganaba la Premier batiendo récords y presumiendo del fútbol más exquisito que nunca se ha visto en la liga inglesa. Ahora a menudo no logra marcar esa sideral distancia con algunos rivales, pero quiere revalidar el título y seguir avanzando en Europa con el feroz gen competitivo que exhibe en un curso lleno de contratiempos y marcado por la palpitante pugna que mantiene con el Liverpool en la cabeza de la tabla.
El 26 de diciembre el City caía a la tercera plaza liguera tras cosechar su tercera derrota liguera del curso, todas en un mes fatídico. El Tottenham era segundo y el equipo de Klopp lideraba la clasificación con siete puntos de ventaja sobre el de Guardiola. Desde entonces los de Pochettino se han desinflado. El Liverpool cayó ante el City 2-1 en un duelo directo y ha cedido cuatro empates emitiendo síntomas de vértigo y cierto déficit energético. Mientras tanto, Guardiola no paraba de mandar mensajes para reactivar el ansia ganadora de su plantilla, protagonista de una racha de 10 victorias apenas interrumpida por una inesperada derrota en Newcastle en enero. Una secuencia de triunfos que han permitido al City recuperar el liderato desde hace dos semanas con un punto de ventaja sobre el Liverpool a falta de ocho jornadas.
La remontada revela de qué pasta está hecho el vigente campeón. Por el camino se han visto exhibiciones de voracidad como el 6-0 con el que el cuadro celeste masacró al Chelsea, equipo ante el que además levantó el primer título del año, la Copa de la Liga. No hubo tiempo para celebraciones. En aquel partido cayeron lesionados puntales como Laporte y Fernandinho.
El volante brasileño es el hombre que equilibra el juego en el medio gracias a su intuición táctica. No tiene un recambio natural en la plantilla, una vez que Jorginho, el jugador al que Guardiola quiso reclutar en verano para reforzar la posición, eligió fichar por el Chelsea. El técnico catalán se ha visto obligado a reconvertir a Gundogan, un sutil volante ofensivo, en el eje del equipo. Y el alemán se ha adaptado con aplicación y pericia en la distribución del juego. Para suplir sus carencias defensivas el equipo se ha conjurado en dos premisas fundamentales de sus obligaciones colectivas: defenderse con el balón y negarle a los rivales el pan y la sal con una dosis extra de agresividad y cohesión para recuperar la pelota de inmediato.
Tres disparos concedidos
En los tres últimos partidos ante aguerridos rivales de la zona media de la tabla como el West Ham, el Bournemouth y el Watford, el equipo de Guardiola sólo ha concedido tres disparos, con el saldo de un gol en contra. “El apetito está ahí tras romper récords el curso pasado, y eso es lo que más orgulloso me tiene”, afirma Guardiola. Con todos los frentes abiertos (el sábado se mide al Swansea en los cuartos de la Copa), el City afronta el tramo decisivo del curso con la fortaleza mental que supone saberse capaz de superar adversidades mayúsculas.
Las lesiones se han cebado con piezas tan importantes como De Bruyne, que la pasada campaña fue el mejor asistente del equipo y esta sólo ha jugado 16 partidos. Mendy ha estado fuera cuatro meses. Fernandinho, seis semanas. Agüero, Gabriel Jesús, David Silva o Laporte también sufrieron parones significativos. Hoy el City recibe al Schalke (21.00, Movistar Liga de Campeones). En Gelsenkirchen ganó 2-3, remontando una ventaja rival en inferioridad. Fue cuestión de fútbol, pero también de la fibra y el carácter de un equipo singular espoleado por el deseo de victoria.
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