El VAR se estrena en la Champions con una chapuza
Del Cerro Grande varió su decisión inicial para señalar un penalti a favor del Schalke 04 a indicación de sus compañeros, pero sin poder ver las imágenes porque el monitor no funcionaba
El primer penalti de la historia de la Liga de Campeones señalado a través del VAR llegó acompañado de la chapuza. El árbitro español Del Cerro Grande, que estrenaba su condición de colegiado Élite UEFA, tuvo que tomar una decisión sin poder consultar personalmente las imágenes porque la pantalla que debía apoyarle a pie de campo en el Veltins Arena de Gelsenkirchen no funcionaba.
Antes del duelo de ayer entre el Schalke 04 y el Manchester City se habían disputado seis partidos de Liga de Campeones con videoarbitraje. Y ya había saltado la alerta por algunos fallos tanto en la realización como en la recepción de la señal. A diferencia de lo que ocurre en la liga española, donde los responsables del VAR controlan los partidos desde la Ciudad del Fútbol de las Rozas, en competición europea se ha determinado que deben desplazarse a la ciudad del partido. Allí estaban Hernández Hernández y Martínez Munuera en una suerte de unidad móvil en las afueras del estadio. Ellos fueron los ojos de Del Cerro para que variase su decisión.
Porque en la recta final de la primera parte un disparo bien dirigido de Caligiuri, el lateral diestro del equipo alemán, golpeó en el brazo de Otamendi y se desvió. Del Cerro, bien situado a pocos metros y de frente a la acción, señaló saque de esquina. Pero consultó con sus compañeros. Tras dos largos minutos reunió a los capitanes de ambos de equipos y les explicó que la acción no se juzgaría allí, que el monitor no funcionaba. Un minuto después se fue al punto de penalti y amonestó a Otamendi, que más tarde se fue expulsado tras otra jugada, que evidentemente tampoco pudo cotejar Del Cerro.
Mientras todo eso ocurría quienes sí tenían una pantalla en la zona de banquillos era el entrenador alemán Domenico Tedesco y sus auxiliares. Todos acudieron a repasar la jugada en un dispositivo móvil y empezaron a hacer gestos de que aquello sí había sido penalti. Es discutible. Hernández Hernández y Martínez Munuera interpretaron que la posición del brazo de Otamendi no era natural cuando se inició la jugada. En el momento del contacto entre brazo y pelota, el central estaba tratando de evitar ese contacto. Del Cerro tuvo que fiarse de sus compañeros y Pep Guardiola tampoco entró en la refriega, ni en ese momento ni tras el partido. “Soy un gran fan del VAR. Es penalti. Ojalá lo hubiésemos tenido el año pasado contra el Liverpool. El videoarbitraje necesita tiempo y los árbitros ayuda”, zanjó el entrenador del Manchester City.
Cinco minutos después Del Cerro tuvo que volverse a ir al punto de penalti tras un agarrón de Fernadinnho a Salif Sané. Ahí lo vio claro. Y sus compañeros le ratificaron, pero tampoco pudo ver las imágenes. Tedesco le hubiera podido dejar el teléfono móvil, pero ya hubiera sido demasiada ñapa para la competición más lustrosa del planeta, que en el campo del Schalke 04 no solo exhibió un terreno de juego en mal estado sino que no pudo evitar que los monitores que debían ayudar al árbitro estuviesen desenchufados de la señal.
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