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La enemistad con Israel frena a la selección femenina de fútbol de Irán

La República Islámica prohíbe viajar a los territorios palestinos ocupados, donde se celebran las rondas clasificatorias para los Juegos Olímpicos

Ángeles Espinosa
Mujeres iraníes, en un partido contra Bolivia en Teherán.
Mujeres iraníes, en un partido contra Bolivia en Teherán.Abedin Taherkenareh (efe)

La política vuelve a interferir en el fútbol de Irán. La participación del equipo nacional femenino en la segunda ronda clasificatoria para los Juegos Olímpicos de 2020 está en el aire debido a que se celebra en una localidad palestina bajo control israelí, según adelantaba esta semana la agencia iraní ISNA. La República Islámica no reconoce a Israel y prohíbe que sus ciudadanos visiten ese país. En consecuencia, la federación iraní rechaza la sede de Al Ram y ha pedido que designe otra alternativa.

De acuerdo con el calendario previsto, la selección iraní debe enfrentarse a Filipinas, Palestina y Taiwan en el estadio de Al Ram los días 1, 5 y 9 de abril, respectivamente. El primer equipo del grupo se clasifica para la ronda final previa a los Juegos de Tokio. Pero para llegar a esa localidad cisjordana situada al noreste de Jerusalén, las jugadoras iraníes tendrían que obtener un visado de Israel para cruzar la frontera, algo que no les permite la legislación de su país.

“En nuestros pasaportes se dice de forma explícita que los iraníes no están autorizados a viajar a los territorios palestinos ocupados”, ha explicado Hussein Abdi, asesor técnico de la selección, citado por ISNA. La Federación Iraní de Fútbol ha pedido a la Federación Asiática que designe otra sede para los partidos, pero, según Abdi, hasta ahora no ha recibido respuesta. De ahí que la agencia haya suscitado la eventualidad de una retirada.

Sería una faena para las iraníes que han luchado mucho para llegar hasta ahí. Aunque el fútbol femenino empezó en Irán durante los años setenta del siglo pasado, la revolución de 1979 supuso su desaparición. Sólo tras la apertura que supuso la llegada al Gobierno del reformista Mohamed Jatamí, empezó a recuperarse la práctica hasta su renacimiento en 2005 cuando la selección logró un segundo puesto en el Campeonato de Asia Occidental, celebrado en Jordania.

Este éxito, que se repitió en 2007 y 2011, fue posible a pesar de las limitaciones de vestuario que las estrictas normas islámicas imponen a las jugadoras. El respeto del hiyab supone no sólo que tienen que cubrirse la cabeza, sino también la obligación de jugar con camisetas amplias de manga larga y pantalones hasta los tobillos. La FIFA llegó a prohibir jugar con pañuelo entre 2011 y 2014, lo que volvió a apartarlas de la competición internacional.

El equipo masculino no afronta el tabú israelí en esta convocatoria porque las clasificatorias se disputan dentro de Irán. Sin embargo, no es la primera vez que la enemistad del régimen islámico con Israel frena el triunfo de un deportista iraní. El luchador Ali Reza Karimi estaba a punto de ganar a su contrincante ruso durante un campeonato en Polonia en 2017 cuando su entrenador le dio la orden de perder; acababa de enterarse de que el atleta israelí había derrotado al estadounidense y tenía que evitar que Karimi se viera obligado a luchar contra él.

La ocupación de Palestina es una espina que dificulta las relaciones de los países de mayoría musulmana con Israel. En el caso de Irán, sin embargo, existían lazos diplomáticos hasta la revolución de 1979. Desde entonces, el grito de “Muerte a Israel” se repite, junto al de “Muerte a América”, en todas las manifestaciones orquestadas por el régimen. La República Islámica no sólo no reconoce al Estado judío, sino que lo considera la clave de sus problemas con EE. UU.

Aun así, las autoridades también han sido pragmáticas cuando les ha interesado. Desde 2002, y a pesar de la prohibición del pasaporte, han permitido que los judíos iraníes viajen a Israel para visitar a sus familiares a través de Turquía, donde consiguen visados que no se estampan en el pasaporte. Se trata de viajes discretos y sin publicidad, algo imposible en el caso de las futbolistas.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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