Lorenzo: “Con la Honda me siento más seguro al entrar en las curvas”

El pasado 20 de noviembre Jorge Lorenzo se subió a la Honda por primera vez. Apenas había concluido el campeonato cuando se celebraron en Valencia los primeros tests para preparar el 2019. Y el piloto mallorquín, flamante fichaje de la casa japonesa por dos temporadas, probaba su nueva moto. Nada más bajarse de la máquina, unos pocos giros después, el tres veces campeón de MotoGP esbozó una sonrisa. Por los tiempos, todavía bastante lentos, no pudieron advertirse sus sensaciones. Tampoco por sus palabras, pues, como todavía era formalmente piloto de Ducati no quiso decir ni mu sobre ese primer día de pruebas.

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Hoy, apenas iniciado el 2019, sabemos que le gustó lo que vio en el garaje del equipo Repsol Honda y lo que vivió en la pista de Cheste. “En esos momentos, no puedes engañar, tu rostro habla por sí solo. Es todo muy emocionante, muy nuevo y lo disfrutas mucho. Y además, si las sensaciones son buenas, todavía se percibe más en tu expresión”, explica en una entrevista remitida por su nuevo equipo, cuya presentación oficial será el próximo 23 de enero en Madrid.

Lorenzo había pasado dos temporadas complicadas en el equipo Ducati. Llegó con mucha ilusión y toda la expectación. Pero las victorias tardaron año y medio en llegar. Cuando ganó, además, había agotado la paciencia del máximo dirigente de la casa, Claudio Domenicali, que no quiso renovarle el contrato. Desde que se supo que se convertiría en el nuevo compañero de Marc Márquez la pregunta fue recurrente: ¿se adaptará a la Honda? ¿le costará tanto o más que con la Ducati? La Desmosedici era una moto grande, potente, muy estable, pero también muy tozuda, con la que le costaba entrar a las curvas y explotar lo mejor de su pilotaje. En la Honda advirtió un máquina distinta que cree le puede ayudar a ser competitivo más pronto.

“Venía de una moto completamente diferente, una moto muy grande y muy alta –quizás un pelín demasiado grande para mi estatura–. La Honda, en cuanto a dimensiones, me viene mejor. Es una moto más compacta, más pequeña y baja, con la que llego mejor al suelo. Me sentí un poco más seguro a la hora de entrar en las curvas, porque cuanto más cerca del suelo estás, más confianza tienes. La primera impresión fue positiva y vi mucho potencial”, explica ahora el piloto español.

Lorenzo asegura, además, que se sintió impresionado por la capacidad de reacción del equipo japonés, que le proporcionó los cambios que deseaba en apenas unos días. “Lo tenía bastante claro, Honda tomó nota de todas mis indicaciones y en pocos días lo tuvieron todo preparado. Tuvimos un depósito casi al cien por cien a mi gusto”, dice, en referencia a una pieza para la que en su anterior estructura tuvo que esperar unos meses. En el entrenamiento privado que la casa celebró en Jerez, el corredor se sintió mucho más cómodo con las modificaciones que había pedido y se quedó muy cerquita del rendimiento de su compañero, Márquez.

El piloto de Palma se dice “orgulloso” de pertenecer a la familia de Honda en MotoGP, “el equipo más laureado de la historia, el que tiene más victorias y campeonatos”, al que el español compara con un Madrid o un Barcelona. Además, siente que no solo él aprenderá de Márquez, sino que también el actual dominador de la categoría podrá aprender de él. “Todos los pilotos tenemos nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles. Marc también los tiene. Yo intentaré aprender de sus fortalezas como él también supongo que intentará aprender de las mías. De esta forma nos empujaremos el uno al otro; yo querré batirle y el querrá batirme a mí, y eso siempre hace crecer el nivel del equipo y ayuda a aportar nuevos aspectos técnicos a la moto”.