El ‘caso Lucas’ pone en jaque al Atlético
La posible marcha al Bayern del defensa, clave para Simeone, refleja el problema económico del club para afrontar renovaciones tras la millonaria de Griezmann
Si Lucas Hernández (Marsella, 22 años) termina por abandonar el Atlético de Madrid el próximo 1 de enero para jugar en el Bayern de Múnich, tal y como adelantó el diario Marca el miércoles, su marcha supondría un tremendo golpe en la línea de flotación del proyecto deportivo del club rojiblanco a corto y largo plazo.
La pérdida del cotizado central debilitaría sobremanera a la defensa rojiblanca, la más afectada por la plaga de lesiones que asolan al equipo, y bastión del sistema y el estilo Simeone. Lucas cubre con garantías no solo la posición de central, también la de lateral izquierdo, donde Filipe Luis también ha sido víctima de dos lesiones en las últimas semanas. La fuga de Lucas se daría también a mitad de la temporada en la que el club aspira a disputar la final de la Liga de Campeones en su propio estadio y antes de la compleja eliminatoria de octavos de final contra la Juventus.
Desde la entidad rojiblanca, puesta en jaque, siguen agarrándose a las palabras que les transmitieron el jugador, su representante Manuel García Quilón— que ya llevó a Theo, hermano de Lucas, al Real Madrid—, y el propio Bayern, desmintiendo la operación. El resultado de esa conversación a tres bandas fue reflejado en un comunicado emitido por el Atlético en la noche del miércoles en el que se desmentía la operación. Sin embargo, las declaraciones de Karl-Heinz Rummenigge director general del club bávaro, al poco de que se difundiera el desmentido han restado fuerza a este. “No puedo negar nada, no puedo confirmar nada. Puedes confirmar algo solo si está arreglado, pero no es el caso. Ahora vamos a esperar y ver si hacemos algo en enero. En España, siempre hay una cláusula de salida y eso es una ventaja en este caso. Si tenemos un interés concreto, informaremos al Atlético. Eso es lo que el estilo, la ética y la amistad exigen", dijo Rummenigge al término del partido del Bayern contra el Leipzig. Las cláusulas de rescisión en Alemania no están gravadas con el IVA, como sucede en España y otros países, por lo que la operación se ajustaría a los 80 millones que figuran en el contrato como cantidad liberatoria.
Lucas renovó con el Atlético antes del Mundial de Rusia hasta 2024 pasando a cobrar una cifra cercana a los cuatro millones de euros por temporada. Sin embargo, desde el club admiten que con el título de campeón del mundo obtenido con Francia su agente lleva meses intentando elevar los emolumentos de su representado en concordancia con su nuevo estatus y lo apetecible que resulta para los grandes clubes un futbolista de su potencial y su edad. También reconocen en el club rojiblanco que se ha negociado con el jugador, que estaría dispuesto a quedarse si le ofrecen lo mismo que le puedan pagar en otro club. El Bayern, que ha hecho pública la necesidad de renovar a un plantel envejecido, le ofrece a Lucas doblar su sueldo en un contrato de cuatro años. Ahora mismo, el club no puede afrontar ese pago, maniatado por la millonaria renovación de Griezmann —20 millones de euros al año—, por los algo de más de 110 millones de euros desembolsados por Lemar, Rodrigo, Arias y Kalinic y por el coste del nuevo estadio que ha necesitado hipotecar recientemente para ampliar su línea de crédito con la constructora Imbursa, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim.
Inflación en el vestuario
El caso de Lucas es uno más de la vorágine de demandas de subidas salariales que afronta el Atlético desde que se anunció la continuidad de Griezmann a razón de unos veinte millones de euros netos por temporada. Una oferta que superó la del Barcelona y que fue concretada por la insistencia de Diego Pablo Simeone en la necesidad de contar con el jugador en un curso marcado por esa final de la Copa de Europa programada en el Wanda Metropolitano. Desde entonces, Diego Costa, Saúl, Oblak y Godín (que acaba contrato este verano, cuando tendrá 33 años, y no ha renovado) han reclamado aumentos que el club no ha podido satisfacer por el estrés que padece su tesorería.
Con este panorama, al Atlético le quedaría tratar de convencer al jugador o al Bayern para que se dilatara su marcha hasta el verano o cortarla de raíz satisfaciendo sus pretensiones. Esto último parece complejo. También le queda fiarse de Lucas, de su agente y del Bayern, en un mundo como el del fútbol en el que cada vez la palabra vale menos e incluso nada. Si no es así, el Atlético tendrá ochenta millones de euros para afrontar contrataciones en enero y algunas renovaciones clave, entre ellas la de Simeone.
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