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El apagón de Diego Costa

El delantero del Atlético, que encadena 18 partidos ligueros sin marcar y apenas remata, vive su momento más bajo y su agente, Mendes, lo ha ofrecido en China

Ladislao J. Moñino
Diego Costa, en un partido reciente contra la Real Sociedad.
Diego Costa, en un partido reciente contra la Real Sociedad.Juan Medina (Reutes)

La primera gran maniobra ofensiva del Atlético de Madrid esta temporada anunciaba a un gran Diego Costa. En Tallín, en los primeros segundos de la Supercopa de Europa, ganó un balón aéreo enviado por Godín con un sombrero de cabeza a Sergio Ramos, dejó atrás a Varane con otro toque con la testa y reventó a Keylor Navas con un certero voleón que se coló por el palo que el meta del Real Madrid pretendía tapar. En ese mismo duelo, Costa también acertó a lograr el gol del empate a dos que dio paso a la prórroga en la que el Atlético certificó el título.

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Desde aquel 15 de agosto en la capital de Estonia que le valió para reivindicar un aumento salarial no concedido, apenas ha habido rastros de la mejor versión de Costa. Todo lo contrario. Sus estadísticas reflejan un pronunciado apagón que le presenta como el delantero con los peores registros de los que protagonizarán el trascendental duelo del sábado ante el Barcelona. Ningún gol en Liga —encadena ya 18 partidos consecutivos sin marcar en esta competición desde que lo hiciera el pasado 25 de febrero en el Sánchez Pizjuán— y uno en la Champions es su bagaje desde aquella última gran noche en Tallín. Sus nueve remates, uno por partido, están muy lejos de los 46 de Messi y Luis Suárez y de los 30 de Antoine Griezmann.

La desaparición de Costa se explica desde una casuística diversa en las que se entrecruzan una baja condición física agravada por sus reincidentes lesiones musculares y su tendencia a ganar peso, el bajón anímico por el enfrentamiento con el club por reclamar el aumento salarial y un rol menos determinante en el engranaje ofensivo del equipo desde que regresó en el mercado invernal de la temporada pasada.

Como el resto de sus compañeros, en ataque Costa juega para Griezmann. Antes de marcharse al Chelsea en el verano de 2014, él era el principal destinatario de los pases, por arriba y por abajo, de los centrocampistas. Ahora, casi siempre es el receptor de balones aéreos en largo que debe pelear con los centrales contrarios y ahí ha saltado durante lo que va de curso el chivato de su condición física. Ni se le ha visto rápido para correr al espacio ni dominante en el salto. Para un jugador que vive de su estado físico, esas lagunas le dejan en evidencia como se demostró en el partido contra el Athletic. Recién recuperado de la tercera lesión muscular que padeció en menos de tres semanas, Simeone decidió otorgarle la titularidad para ver su respuesta en los primeros 45 minutos. Al término de ellos, fue reemplazado por Vitolo. El partido dejó secuencias de un delantero que apenas tiró desmarques, que no remató y que fue a las disputas con el freno puesto. Nada que ver con el delantero guerrillero que acostumbra. Contra el Athletic jugó el antiCosta. La temporada también ha dejado la imagen de un delantero que se ha derrumbado cuando ha fallado ocasiones claras.

Tope salarial

Nunca ha estado el delantero de Lagarto tan bajo los focos como en estos días previos al duelo con el Barcelona. Durante el parón liguero, se ha recuperado de una dolencia en el pie derecho y el cuerpo técnico ha tratado de afilarle física y futbolísticamente para la cit[/TEX]a del sábado. De alguna manera, Costa comienza una cuenta atrás. El jugador, fuera ahora de las convocatorias de la selección, siente que está en el momento de firmar su último gran contrato. Con un sueldo de unos 10 millones de euros netos, la posibilidad de acabar su carrera fuera del Atlético no se descarta. Incluso la ocasión de acelerar su salida en el mercado invernal está en el horizonte. Hace un mes, su agente, el portugués Jorge Mendes, ofreció los servicios del jugador en China, donde podrían doblarle el sueldo. Mendes, que ya provocó el enfado de Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado, cuando reclamó más dinero para su representado aprovechando la suculenta renovación de Griezmann, ha seguido moviendo al jugador en busca de una reacción del club. En los despachos se da por sentado que los movimientos de Mendes en China se deben a una estrategia.

En contra de ese supuesto plan del agente de Costa que delatan desde el club, juega que las arcas del Atlético están muy limitadas por el tope salarial. De los 400 millones de euros de presupuesto, el 80% está destinado a la masa de salarios. Ninguna de las grandes potencias económicas del fútbol europeo contra las que compite el Atlético se mueve en esos márgenes de asfixia monetaria por las retribuciones al entrenador y al plantel.

Tampoco juegan a favor de Mendes y de su futbolista sus 30 años y su historial médico. No se le conoce una temporada completa sana en toda su carrera y esa estadística la tienen registrada en el club, donde también saben que para Simeone es un jugador imprescindible.

El entrenador solo aceptaría su marcha en este mercado invernal con un recambio de garantías y ese responde ahora mismo al nombre de Edison Cavani. Cada vez con menos protagonismo, distanciado de Neymar y Mbappé y a un año y medio de finalizar su contrato, el Paris Saint-Germain ha tasado el precio de salida del uruguayo en 80 millones de euros negociables.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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