River Plate, contra la euforia contenida

Si las calles de Madrid hablaron argentino durante la final de la Copa Libertadores, por el aeropuerto Internacional de Abu Dhabi se escucharon este lunes de nuevo voces con entonaciones bonaerenses. “¡Hace calor!”, exclamaba con cierta sorpresa un seguidor de River Plate, enfundado en su chándal oficial, y conteniendo sobre su hombro una mochila que no paraba de resbalarse. La llegada de la hinchada millonaria tiñó de color las instalaciones, y especialmente los lugares en los que muchos de ellos se pararon a alquilar un coche para viajar hasta Al Ain, donde este martes su equipo se enfrenta al equipo de la ciudad (17.30, Teledeporte). Cerca de 180 kilómetros de distancia por carretera no resultan una incomodidad después de atravesar el continente.

“Nuestra ilusión es poder jugar la final”, aseguró Marcelo Gallardo, para quien encarar un Mundial de Clubes no es algo novedoso. Ya lo hizo hace tres años, también con River, con el que cayó en la final ante el Barcelona. “Esto es diferente a entonces porque en 2015 nos habíamos ganado el derecho a jugar el Mundial cuando la Libertadores había terminado a mediados de año. Tuvimos que esperar meses desde que la ganamos, con todos los cambios en el plantel”, recordó el Muñeco. Su rival, el equipo emiratí, derrotó primero al Wellington en los penaltis en primera ronda y al Esperance tunecino el sábado para meterse en semifinales. “Queremos jugar contra el Real Madrid o el Kashima Antlers, pero para eso tenemos que ganar el primer partido. Sería de muchísima importancia para nosotros. Es un objetivo y un desafío muy lindo”, añadió.

La expedición de River ha vivido momentos de éxtasis tras derrotar a Boca en el Bernabéu (“Eso quedará para la historia”, dijo Gallardo), al mismo tiempo que se han conjurado para tratar de lograr una gesta aún mayor. “Este equipo sabe poner las cosas en su lugar. Este grupo de jugadores rápidamente entiende que más allá de lograr un logro tan importante, que para el hincha de River ha sido una de las cosas de más importancia en la historia de nuestro club, hay que saber diferenciar para este nuevo torneo”, trató de explicar el técnico de River, en un intento por transmitir que la fiesta todavía podría alcanzar cuotas mucho más elevadas.

Nada de lo sucedido en la final de la Libertadores fue normal, y para la plantilla y jugadores de River tampoco. De ahí que todos sus esfuerzos se concentren en mantener ese punto de euforia contenida para tratar de lograr una hazaña todavía mayor. “El mensaje que nos dimos en Madrid es que no debemos dejar pasar esta oportunidad. Es un privilegio estar acá y no vamos a dejarlo pasar”, confesó Gallardo. Ese es el objetivo de River y el de sus aficionados, y ellos ya están tomando posiciones.