La penúltima bravata de Mourinho
El entrenador portugués proclama su historial tras la victoria del Manchester United en Champions con un gol ilegal de Fellaini en el tiempo añadido
“Otros rompen televisores. Fue una explosión de alivio porque el empate hubiese sido un castigo muy duro para mis chicos”. Las palabras de José Mourinho para explicar su celebración tras el gol de Fellaini al Young Boys (1-0) en el tiempo añadido fueron apenas el prólogo a otra rueda de prensa que entró directamente en su histriónico expediente. “He jugado 14 veces la Champions y me he clasificado en todas tras la primera fase. En las dos que no la jugué, gané la Europa League. Es un mensaje para todos mis amantes y para los fans de la estadística”, se desmonteró el entrenador portugués.
Pasaban 15 segundos del minuto 90 cuando Fellaini se acomodó el balón con la mano derecha antes de embocar el tanto del triunfo y la clasificación del Manchester United para los octavos de la Champions —“Me golpeó el balón a mí. No hubo voluntariedad”, explicó el belga—. Acto seguido, Mourinho reventó un portabotellas contra el césped de Old Trafford en su exaltado festejo. Sin VAR de por medio, el Valencia sufrió el efecto dominó y quedó eliminado tras caer ante la Juve.
Paradójicamente, este viernes, Mestalla acogerá unas pruebas de la FIFA para reducir el margen de error y mejorar los mecanismos de uso del VAR, que el organismo europeo tiene previsto incorporar desde los octavos de la Champions. Ronda que espera Mourinho para reverdecer sus mustias estadísticas, puesto que no supera el primer cruce de la máxima competición continental desde 2014.
La remontada ante el Newcastle con tres goles en los últimos 20 minutos (3-2), el 6 de octubre en la 8ª jornada, rescató a Mourinho de la cornisa y, a pesar de su discreto expediente desde entonces —ocho puntos sobre 15 posibles en la Premier—, también resucitó su papel de polemista. “Para vosotros, hijos de...”, soltó ante las cámaras tras aquel triunfo ante las urracas. Al día siguiente convocó a los periodistas a las 8.00 de la mañana para una comparecencia de tres minutos. “Me ofrecieron un contrato hasta julio de 2020. No les apunté con una pistola. Tengo la culpa de la lluvia en Londres, del Brexit... Mi vida es dura. Tengo 55 años y es la primera vez que veo una cacería a un hombre”, se lamentó entonces. Después llegó el gesto desafiante en el Juventus Stadium —“Me insultaron durante 90 minutos y les quería oír un poco más”—. El martes llegó la recopilación de datos en la Champions tras ganar con la mano.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.