_
_
_
_
_

El Atlético juega, gana y manda ante la Real Sociedad

El equipo de Simeone derrota a los vascos con un partido autoritario y lidera la tabla a expensas de lo que ocurra en el clásico y en Vitoria

Ladislao J. Moñino
Saúl remata de forma acrobática en el duelo del Metropolitano contra la Real.
Saúl remata de forma acrobática en el duelo del Metropolitano contra la Real.JUAN MEDINA (REUTERS)

Tres días después de la mayor derrota de la era Simeone, el Atlético de Madrid manda en la Liga. Dependiendo de lo que suceda en el Camp Nou y en Vitoria, podrá terminar la jornada en lo más alto de la tabla. El modo autoritario con el que machacó a la Real le supondrá una buena dosis de autoestima. Por encima de lo que dictamine la clasificación tras el clásico, las sensaciones que transmitió fueron las que se le demandan por plantel. Sólido, vigoroso y ambicioso. Un martillo pilón.

Salió el Atlético aguijoneado por la tunda de Dortmund. Dispuesto a gobernar el partido desde la presión y la ambiciosa intención de jugar en campo contrario. Su primera media hora fue académica. Limpio con la pelota, estrujó a la Real contra su área. Ni Illarramendi, ni Zubeldia, ni Rubén Pardo, ni Zurutuza fueron capaces de lanzar a su equipo más allá de la medular. No hubo una acción de William José ni de Sangalli, sus dos cabezas de área, dos revoltosos, cada uno en su estilo, que reseñar.

Apoyado en el criterio de Rodrigo, que pelea por acabar con el debate sobre su titularidad con su fútbol fácil, y la fluidez de Koke, el Atlético se desplegó mandón. Casi siempre por los costados, con Arias y Lucas siempre picando y amenazando por sus orillas. Con más fuerza que destreza muchas veces, pero partícipes de esa necesidad de abrir el campo que demanda jugar con los volantes, Correa y Saúl, por dentro. Necesita Simeone laterales vigorosos y dominantes para que su equipo sea dañino. Arias y Lucas, mientras este estuvo en el campo, y Filipe Luis, cuando salió el francés, lo fueron.

Esperó poco el Atlético, en lo que fue una réplica de esos 25 minutos esplendorosos del segundo tiempo previos a la debacle del pasado miércoles. Ahí sí se retrata a un a un equipo aspirante al título. Sin especular con los espacios, ni con los tiempos. Dominar, dominar y dominar. Un fútbol machacón, inabordable en toda la noche para la Real, muy rebajada sin Oyarzabal, ausencia inesperada a pocas horas del encuentro. Ese arrinconamiento a la Real produjo media docena de saques de esquina y una ocasión rebañada de Griezmann. No encontraron más agujeros los futbolistas de Simeone, porque los equipos de Garitano no se desordenan y conceden pocas rendijas. La única pega que se encontraba el Atlético era que sus dos jugadores más determinantes en ataque no terminaban de desequilibrar. Griezmann y Costa trabajaban en los desmarques y en la presión, pero no acompañaban ese dominio.

Correa, la inspiración

Necesitaba el Atlético un golpe de inspiración. Fue Correa, que tiene mucho barrio el que se lo dio. Metió el culo para girarse y fumarse a su marcador. Medio metro y una décima de segundo para burlarla. Otra acción para reivindicarse. Él fue el que encontró ese resquicio ganador. Su fútbol chisposo tiene algo impagable. Cuando le sale lo que pretende o es jugada de gol o casi. Su pase con el exterior fue poco ortodoxo, pero provocó un rechazo de un mal despeje que engatilló Godín, descolgado porque la jugada venía de una acción prevía a balón parado. Le vino bien al capitán ese tanto, porque fue uno de los retratados en los minutos finales del Signal Iduna Park. Para la Real, el gol, a un minuto de poder celebrar su supervivencia en el primer acto, en el que solo dejó un par de zurriagazos lejanos de Pardo, fue un mazazo definitivo. Para el Atlético un justo premio para no tener que verse apurado después de tanto desgaste.

No rebajó el Atlético las revoluciones a la salida de la caseta. Rodrigo fue todavía más dominador. Apenas se le contabilizó una pérdida de balón y barrió muchos. A la hinchada la tiene entregada y a su entrenador lo normal es que termine por rendirlo con partidos como el que se marcó anoche, bien escoltado por Koke. A la exhibición de los dos mediocentros, se sumó Arias, más fino y más visible en términos de confianza para sus compañeros, que le buscaron ya con pocos reparos fiados a su zancada. Griezmann y Costa también mejoraron sus prestaciones. Más sueltos con el marcador a favor. Fue Filipe Luis, que había entrado por el lesionado Lucas, el que cerró el partido. Fue en una jugada pendular y elaborada. Buscada y encontrada. Filipe dignificó el balanceo tan dañino con un recorte y un derechazo a la escuadra. Su tanto también fue una redención de Dortmund.

Ni con Sandro, ni con Juanmi ya en el campo, la Real hizo pupa. Oblak se fue sin arrugar los guantes. Su equipo jugó, mandó y dominó. Otra cosa no puede exigírsele. Y más en casa.

El Simeone más irónico: “Hoy también ganamos la posesión”

“Hoy también ganamos la posesión”. Diego Pablo Simeone no pudo evitar una sonrisa irónica tras proclamar que su equipo había tenido el balón más tiempo que la Real Sociedad. Un 59% en el primer tiempo y un 63% en el segundo, con una precisión en el pase de un 84% sobre un total de 617 por los 399 de la Real Sociedad.

Para un técnico que suele argumentar que su equipo gana partidos cuanto menos tiene el balón en su poder, esta vez la estadística, además de darle para ironizar, también le sirvió para admitir que “esto nos puede servir para crecer en otras facetas”.

Preguntado el técnico rojiblanco por si la pareja Rodrigo-Koke es la que mejor mezcla en el centro, Simeone quiso diferenciar según el tipo de partido que plantee. “Para atacar, seguramente sí sea la mejor pareja que podamos formar. Para un partido en el que tengamos más el balón que el rival, sí, sin ninguna duda”, reflexionó el Cholo, que dio a entender que en los partidos en los que piense que su equipo debe jugar más en campo propio la pareja no será esa.

“Hoy estuvieron bien todos, porque la intensidad fue alta, la presión fue muy bien coordinada, circulamos rápido en el medio. Koke y Rodrigo nos dieron precisión en la salida, desdoblando bien por los costados con Correa y Saúl. La constancia, la insistencia y la personalidad que tuvieron los dos en el medio nos dio estabilidad en el partido”, abundó Simeone.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_