Luis Enrique: “En el descanso estuve maravilloso”
El seleccionador español ironiza sobre su reacción constructiva en el vestuario, tras el 0-3 frente a Inglaterra, cuando “lo normal en estos casos es matar a los jugadores”
“He estado maravilloso”, dijo Luis Enrique, puesto a explicar su actuación en el vestuario, cuando el marcador parcial del Benito Villamarín señalaba el 0-3 de Inglaterra sobre España. “Lo normal en estos casos es matar a los jugadores. Yo los respaldé y hemos hecho una gran segunda parte”.
Suele ocurrirle a los entrenadores que han vivido bajo la presión de la máxima exigencia desde la infancia tardía. Se pasan la vida sometidos una inyección cotidiana de adrenalina, se retiran, se apagan lejos de la competición, y el día que todo se pone patas arriba en lugar de mostrarse abatidos se les ve luminosos. El seleccionador español salió chispeante del campo y cuando se encontró los micrófonos de TVE optó por responder al drama del 2-3 con un poco de ironía asturiana.
“A veces hay que dar una patada a una mesa y cagarte en todo y a veces no”, dijo. “Pero mi equipo, con la actitud que me ha demostrado en estos meses no necesitaba ni una patada, ni una crítica, ni hacer tres cambios. Solo reforzarlos. Hacer algún matiz táctico como la salida del balón e intentar meternos en una dinámica positiva. Si hubiéramos marcado el segundo un poco antes, estoy seguro que el Villamarín habría metido el 3-3. Pero las cosas no cambiaron por mí. El mérito de haber estado a punto de darle la vuelta a la situación fue de los jugadores”.
El entrenador inglés, Gareth Southgate, argumentó su táctica. “España es un equipo que hace una presión muy alta”, dijo, “así es que preparamos a nuestro portero para que se saltara las líneas con balones largos. Con esas jugadas fue como logramos meter el 0-1. Con coraje y mucha calidad”.
Con la ayuda de Harry Kane, generador de las tres jugadas de gol de su equipo, Southgate podrá congratularse de haber logrado un éxito quirúrgico. Inglaterra solo disparó cinco veces. De esos cinco remates, tres fueron entre los tres palos y acabaron en gol. España remató 23 veces, cinco entre los tres palos, y no pudo rascar más que un 2-3. España no perdía en casa desde 2003 y nunca en su historia había sufrido tres goles en contra en partido oficial. El resultado la deja expuesta a quedar fuera de la final a cuatro de la Liga de las Naciones. Para evitarlo deberá derrotar a Croacia en Zagreb, el 15 de noviembre.
“Cuando le metimos seis a Croacia nadie nos dijo que dábamos demasiados pases”, dijo Ceballos, preguntado por la conveniencia de modificar el estilo de toque por un juego más directo. El centrocampista despachó rápidamente el debate ideológico y admitió que el equipo jugó mal. “En la primera parte hemos sido un poco desastre”, juzgó, en un alarde que le disculpaba. Ceballos no fue titular contra Inglaterra y solo entró al partido pasada la hora de competición.
“Cometimos errores que nos penalizaron con gol”, lamentó Ramos. El capitán firmó una de sus noches menos acertadas desde que juega en la selección. Su gol, el 2-3 en el último minuto, a la salida de un córner, apenas soslayó los desajustes defensivos colectivos que le dejaron particularmente expuesto. “Al final, lo mejor es la reacción del equipo con una segunda parte que nos supo a poco. Hicimos muchas cosas bien, les metimos atrás, dominamos el juego. Ha sido una pena no ganar y clasificarnos para la final a cuatro. Nos queda un partido y ahora debemos poner toda la atención”.
Luis Enrique enumeró los problemas que detectó en la primera parte. “Nos ha costado presionarles”, dijo. “Nos han generado muchas transiciones. Hemos estado imprecisos. El inicio del juego también nos ha costado. A partir de ahí hemos cometido errores individuales. Nos han hecho el gol por no presionarles bien. El gol ha sido medicina para ellos y veneno para nosotros y la primera parte ha sido muy dolorosa. Ellos han defendido bien dentro de su terreno y han salido al contragolpe. Rashford, Kane y Sterling son grandes jugadores a nivel mundial, sobre todo con espacios”.
La clave fue la presión mal hecha. Luis Enrique señaló al culpable anónimo que debía presionar a Kane y no lo hizo con la suficiente aplicación. ¿Busquets? ¿Saúl? ¿Ramos?
Con espacios para actuar, el genio del Tottenham maniobró dos veces con un segundo para pensar y provocó el 0-1 y el 0-2.
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