Sevilla y Villarreal se neutralizan

Sevilla y Villarreal, dos aspirantes a jugar en Europa la próxima temporada, disputaron un partido precioso y muy igualado. Un choque marcado por la grave lesión del lateral sevillista Escudero, que cayó sobre el césped después de un salto de cabeza con Raba para que su brazo se rompiera, con lo que la grave lesión parece asegurada. Fue un choque donde brilló con luz propia el portero Vaclik, que salvó al Sevilla en dos claras ocasiones de Ekambi y Gerard Moreno. Y en donde también hubo cabida para la reacción postrera del equipo de Machín, que gozó de dos clarísimas opciones en los dos últimos minutos del partido. André Silva no supo definir ante Asenjo y Ben Yedder la envió al palo después de un gran control en el área. Dos oportunidades que nacieron de la rebelión de un equipo que nunca se rinde. Un grito de protesta después de la grave lesión de Escudero en el minuto 82. El empate, por lo tanto, se puede considerar justo, tanto como que cualquiera de los dos equipos se hubiera llevado la victoria. Sevilla y Villarreal empataron a todo bajo un calor sofocante en Nervión. De paso, demostraron que si mantienen el nivel ofrecido en la bochornosa noche sevillana estarán muy arriba al final del curso. Lo extraño, en todo caso, es que no se marcara ningún gol con tan buenos delanteros en el campo.

Se jugó muy lento en el Sánchez Pizjuán, con un ritmo propio de los 32 grados con los que empezó el choque entre dos equipos destinados a pelear por Europa. Un duelo directo entre un Sevilla más rodado que este Villarreal de tan buen trato del balón, sorprendido en los inicios del encuentro por la competitividad de Jesús Navas. Que el campeón del mundo tenga posibilidades de volver a la selección de la mano de Luis Enrique no es más que la constatación de su enorme estado de forma. El Sevilla se alimentó de las carreras de su extremo para cimentar su inicial superioridad. Momentos en los que los de Machín combinaron bien el juego en corto y en largo, mostrándose muy seguros en defensa. Un buen lanzamiento de Roque Mesa y, sobre todo, un jugadón de André Silva fueron las mejores ocasiones de los andaluces, más incisivos que un Villarreal ordenado, pero sin mordiente.

El Sevilla se apagó a la media hora. Pedraza ajustó bien la marca de Navas y el Villarreal fue creciendo en su rendimiento ofensivo. Quizás porque el calor asfixiante beneficiaba su juego de posesión y control, con Cazorla por dentro para administrar bien el balón junto a Trigueros, que regresó a la titularidad. Fue mejor el Villarreal en el tramo final del primer acto, con capacidad para sorprender al Sevilla en ataque. Vaclik, el portero checo fichado por el conjunto andaluz, resolvió de maravilla en un gran contragolpe del Villarreal. Ekambi, una bala, le cogió la espalda a Sergi Gómez y disparó fuerte dentro del área. Vaclik salvó al Sevilla, como antes en un tiro envenenado de Fornals. Los de Machín, ahogados y con Sarabia y Vázquez muy discretos, recibieron la llegada del descanso como si se tratara de una bendición.

La mejoría expuesta por el Villarreal se alargó en la segunda mitad. El Sevilla siguió sin frescura para combinar y superar líneas, con Banega cada vez más cansado ante la atosigante presión de Cáseres. Apagado su faro, Kjaer salvó en dos ocasiones a su equipo, acosado por el crecimiento en el juego de un futbolista excelente como Gerard Moreno. El delantero realizó una gran demostración de fútbol en la segunda mitad, como se comprobó en un gran pase al hueco a Bacca. La parada de Vaclik mantuvo al Sevilla en el choque, impactado luego por la lesión de Escudero. Machín, ante el infortunio, se la jugó. Metió a Ben Yedder y las ocasiones llegaron para su equipo, que pudo llevarse el triunfo tras su manifestación de rabia. En un tramo final emocionante, el Sevilla tiró de orgullo frente al talento de un Villarreal que cuenta con delanteros de altísimo nivel. La tuvieron André Silva y Ben Yedder, pero el balón no entró. Vaclik salvó primero al Sevilla y luego el palo al Villarreal. Dos grandes equipos compitieron de forma magnífica bajo el bochorno sevillano. Solo sobró la lesión de Escudero y se lamentó la ausencia de gol.