Un mal asfaltado deja a Silverstone sin carreras
El trazado inglés, revestido nuevamente para este curso, se inunda en dos días de lluvia
Han pasado 38 años desde que tuvo que cancelarse toda una jornada de carreras un domingo. Fue en el circuito austriaco de Salzburgring. Era 1980. Y cayó una nevada que dejó la pista impracticable. Nada se puede hacer contra las voluntades de la naturaleza. Muy distinta es la suspensión de ayer en Silverstone, donde se tuvo que renunciar a la celebración del GP de Gran Bretaña después de dos días de lluvia. La causa, sin embargo, no fue tanto el tiempo, que no acompañó, sino el estado del trazado. La pista, reasfaltada para este curso con el objetivo de reducir los numerosos baches que la pueblan, no solo presentaba tantos baches o más que hace un año, sino que además no era capaz de drenar bien.
Se vio perfectamente el sábado, cuando la última sesión libre tuvo que suspenderse después de que se fueran al suelo en cuestión de unos minutos un grupo de pilotos en el mismo punto: la curva siete, al final de la contrarecta, donde se había acumulado una buena cantidad de agua. Allí se cayeron Rins, Aleix Espargaró, Tito Rabat; y cuando este todavía estaba en el suelo, cedió también Morbidelli. Su moto impactó violentamente contra la pierna derecha de Rabat, que tuvo que ser operado de urgencia por la noche y está en la UCI de un hospital de la zona después de que se le fijaran las múltiples fracturas que sufrió en el fémur y la fractura abierta de tibia y peroné.
Los comisarios trabajaron durante la noche para limpiar la pista y achicar agua. Pero en cuanto se puso a llover otra vez ya no hubo remedio. Los horarios de las carreras se habían modificado para intentar salvar la celebración de MotoGP, programada para las 11.30 (hora local) como la primera prueba del día. También fueron los pilotos de MotoGP los primeros en saltar a la pista. Rodaron durante la sesión de calentamiento sin problemas. Pero se arrancó a llover nada más terminar. Y no cesó. Al poco, la pista ya no solo era peligrosa en los tres puntos críticos del día anterior; Silverstone estaba imposible. Por eso se abortó la salida de MotoGP pese a que se llegó a formar la parrilla. Los pilotos tuvieron suficiente con una vuelta al trazado. Era difícil parar la moto, hacía aquaplaning y, además, la recta convertía el asfalto en un espejo, lo que complicaba la visibilidad.
Desde entonces, a mediodía en Northamptonshire, se sucedieron las reuniones y las revisiones de la pista. Cada media hora salía el coche de seguridad a estudiar el estado del asfalto. Los organizadores querían apurar las horas de luz y habían previsto realizar las carreras de MotoGP, Moto2 y Moto3 (por ese orden) en cuanto se dieran unos minutos sin lluvia. Pero se acercaban las cuatro de la tarde y el cielo no daba tregua. Y los pilotos presionaron para parar. Reunidos los equipos, los pilotos de MotoGP y los miembros de la Comisión de seguridad, se acordó cancelar la prueba. No querían esperar más. “Nadie nos asegura que durante la carrera, en cualquier momento, la lluvia no vuelva a aparecer. Eso y el hecho de que están bajando las temperaturas nos obliga a cancelar”, explicaba Jorge Lorenzo, que se había llevado la pole el sábado. “Lo que ha pesado más es lo que pasó el sábado. Tenemos un compañero en el hospital y lo sentimos por los aficionados, pero la seguridad es lo primero”, apuntaba Marc Márquez. Todos los pilotos menos Jack Miller estuvieron de acuerdo en la suspensión.
Los organizadores se plantearon correr hoy, como pasó en Qatar 2009 por las mismas razones, pero alegaron que no era posible por problemas de logística. El circuito abrirá una investigación para entender qué ha pasado. Además, prometió su director, Stuart Pringle, contactará con todos los espectadores afectados.
Tito Rabat, operado de la pierna con éxito
La alarma saltó en los minutos finales de la cuarta sesión libre de entrenamientos del GP de Gran Bretaña. Una sucesión de pilotos empezó a caer al final de la contrarecta, en la curva siete. Después de un chaparrón se había acumulado tanta agua que era imposible parar las motos. Cayeron Rins, Aleix, Rabat y Morbidelli. Este último se fue al suelo en mitad de la pista, pero su moto salió disparada hacia la escapatoria, donde todavía quedaban unos cuantos pilotos e impactó en Rabat, que aún estaba en el suelo. El golpe fue muy fuerte y el piloto español resultó seriamente herido. Tras ser atendido en la pista y trasladado en helicóptero al hospital más cercano, Rabat fue intervenido de urgencia de múltiples facturas en el fémur y una fractura abierta en la tibia y el peroné.
Según informaba su equipo, el Reale Avintia, por la mañana, la operación fue muy bien y el piloto, de 29 años y natural de Barcelona, pasó una buena noche en la Unidad de cuidados intensivos (UCI) del centro. Allí deberá permanecer, al menos, hasta el jueves. Luego será evacuado al Hospital Quirón Dexeus de Barcelona, donde se le hará un seguimiento y los cuidados pertinentes. “Haremos un control de la infección y valoraremos la continuidad de la fractura”, explicaba el doctor Àngel Charte, jefe de los servicios médicos de MotoGP. El doctor, optimista, no se aventuró, sin embargo, a ofrecer unos plazos para el regreso del piloto a los circuitos.
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