Márquez intimida desde la ‘pole’ en el circuito fetiche para Ducati

No es este el año en el que más está brillando los sábados. Pero es, precisamente en esos escenarios en los que el rival se siente más fuerte, donde más hay que demostrar de lo que uno es capaz. Para despertar los nervios. Marc Márquez se llevó el mejor tiempo de la clasificación este sábado en Spielberg. Una vez se habían dispersado ya los nubarrones grises que encapotaban el cielo sobre el verde bosque que envuelve este trazado salvaje, el más rápido del calendario. Ahuyentada la lluvia. Seca la pista. Y más preparada que ninguna otra temporada su Honda para marcar la vuelta rápida, Márquez trató de intimidar a sus rivales.

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Precisamente porque este es un circuito que exige buena velocidad punta, que la tiene, aunque es mejor la de Dovizioso; una magnífica frenada, aspecto en el que ya no es tan fuerte como en el pasado, pero sigue defendiéndose con el estilo, y una aceleración excelente, algo en lo que tampoco alcanza a las Ducati, poderoso su motor. Pero se acerca cada año más el español. E incluso trata de recuperar en el centro de la curva lo que ahora pierde a la entrada. También en 2017 se llevó la pole position, como este sábado. Pero no logró deshacerse de Dovizioso ni llegados a la última curva de la última vuelta. En los dos años que lleva el Red Bull Ring en el calendario siempre ha ganado una Desmosedici. Y esta vez vuelven a ser dos los aspirantes para bajar los humos al campeón del mundo y líder de MotoGP. Porque a Dovi se ha unido Lorenzo, en perfecta comunión ya con su moto.

Aunque será el de Honda el que salga desde la primera posición de la parrilla son solo 135 milésimas de segundo lo que separa a los tres pilotos que formarán en la primera línea. Dos milésimas separan a Dovizioso de Márquez, 133 a Lorenzo de su compañero de equipo. Los tres pelearon hasta el último minuto por llevarse el reloj como premio. Y por dar un golpe en la mesa, que cada uno tiene sus motivos. Fue Lorenzo el que lo intentó hasta el último suspiro, pues apostó por una estrategia con tres neumáticos traseros nuevos y, así, pudo aprovechar más el tiempo en pista. Pero no mejor. A falta de dos minutos para el final, Márquez fue una pizca más rápido que aquellos. Lo suficiente para avisarles de que las condiciones del trazado no le frenarán en la lucha por la victoria este domingo.

Viñales, que ya salió desde la cuarta fila en Brno, se vio envuelto en un accidente y se duele del hombro. Tanto él como Rossi pagan el rendimiento de la Yamaha

Parece difícil imaginar a muchos más protagonistas en la pelea, visto el noveno puesto de Pedrosa o el mal fin de semana de las Yamaha, que saldrán desde la 11ª y la 14ª posición. En parte, también, porque acusaron como los que más la lluvia caída la tarde del viernes y la mañana de este sábado. Viñales pasó por los pelos directamente a la QP2, pero no así Rossi, que tampoco pudo superar a Bautista o Rins en la pelea por los mejores tiempos de la QP1. “Cuando te quedas en la QP1 ya puedes dar por perdido el fin de semana”, decía el italiano el jueves. Obviamente, trabajará para remontar. Pero nadie mejor que su compañero para certificar que salir tan atrás supone un gran riesgo.

Viñales, que también salía desde la cuarta fila en Brno, se vio envuelto en un accidente y tuvo que ver la carrera por la tele. Además, se perdió también el importante test que se celebró el lunes siguiente. A diferencia de la mayoría de pilotos tuvo que volver a Barcelona por apenas un par de días y pasar por el hospital: tenía el hombro muy inflamado y necesitó de una infiltración para bajar la inflamación y reducir el dolor. Llegó a Austria entero, pero han cambiado pocas cosas en el box de Yamaha. La M1 sigue sin salir de las curvas con la suficiente aceleración, y su velocidad en medio de la curva es tan limitada que apenas parece una Yamaha. De todo lo que Rossi probó en Brno no hubo nada que le diera una pizca de esperanza.