Andrea Dovizioso: “Ahora me ven más alto y más guapo. Cuando ganas todo cambia”
El piloto de Ducati, subcampeón en 2017, huye de la fama al tiempo que trata de recuperar la senda de resultados del año pasado para frenar a un Márquez que “no es imbatible”
Andrea Dovizioso (Forlimpopoli, Italia; 32 años), ha pasado los escasos días libres entre la carrera en la República Checa y esta en Austria con sus amigos. En un camping. Señal de que, como dice, es la misma persona. Aunque un mejor piloto. Subcampeón de MotoGP en 2017, volvió a ganar la semana pasada en Brno y lidera la tabla de tiempos en la primera jornada en Spielberg, un circuito ideal para Ducati.
Pregunta. El año pasado decía que vivía como alguien que gana poco, que era diferente de los otros pilotos. Ocho victorias después y con el aumento de sueldo, ¿sigue considerándose un tipo corriente con un trabajo extraordinario?
Respuesta. La única diferencia es que estoy ganando más, pero yo me siento el mismo. No obstante, ahora me reconocen más, me reclaman más, y hay mucha gente que me mira con otros ojos. Pero, tengo las mismas ganas de vivir de la misma manera, aunque como tengo más notoriedad trato de esconderme un poco más. Me gusta vivir con gente de verdad, no ser el centro de atención con gente que te alaba sin apenas conocerte, que te pide una foto aunque le des absolutamente igual. Y esto me pasa casi todos los días. No me interesa esa parte de mi vida, aunque tengo que lidiar con ella. Por eso, intento sacar tiempo para hacer cosas con mis amigos, para compartir con ellos las cosas que nos unen. Eso es lo más bonito de la vida.
P. ¿Con qué ojos le miran?
R. Ahora me ven más alto, más guapo, más guay. Cuando ganas todo cambia. La gente que antes ni te veía ahora te ve. La gente es un poco rara.
P. ¿Espera más de usted ahora?
R. Muchos creen que puedo ganar el Mundial, porque ya he ganado a ese piloto con el que me estoy jugando el título. Y eso es algo que me gusta. Pero, cuando una carrera va mal son muchos los que me atacan porque piensan que el año pasado fue un año anómalo. Y que no se volverá a repetir. Pero no es así. Sé por qué ganaba; y también está yendo bien este año.
P. Trabaja con un psicólogo, ¿la mente se entrena?
R. Sí, mucho. Se puede entrenar como un músculo. El error de tantos atletas es que tienen miedo o se sienten tan guays que creen que no lo necesitan, pero no es una debilidad. Es simplemente que, del mismo modo en que te entrenas físicamente, te puedes entrenar también mentalmente. Y lo bueno es que mentalmente el margen de mejora es grandísimo en comparación con la mejora física. Cuando lo entiendes te das cuenta de todas las cartas que tienes para jugar. A este nivel de competición es importante ser capaz de conocerse bien. Todos pensamos que nos conocemos, pero no es así. Cuando conoces ciertos detalles sobre ti mismo es más fácil mejorar.
P. ¿Le han cambiado las seis victorias del 2017?
R. Sí. Algo así tiene un efecto claro en cualquiera. Pero, no es tanto que la victoria me haya cambiado, he cambiado y por eso han llegado las victorias. Hubo un trabajo previo. Pequeños detalles aquí y allá. Y cuando vas al límite, como vamos en MotoGP, cualquier detalle nimio tiene un efecto enorme.
Igual que te entrenas físicamente, puedes entrenarte mentalmente
P. Siempre fue un piloto muy regular, pero este año acumula tres ceros. ¿Arriesga más ahora?
R. No. He tenido dos caídas de más [elude así la caída múltiple en Jerez, implicados también Lorenzo y Pedrosa] y en la primera me caí porque iba demasiado tranquilo, una sensación que nunca había experimentado antes. Me sabía tan rápido, tan preparado, que bajé la guardia en una frenada. La otra caída, en cambio, se produjo por un cúmulo de cosas. No puedes tenerlo todo siempre a punto. Y para resolver los problemas, a veces, tienes que darte de bruces contra el suelo. Y allí lo hicimos. Después de esa caída en Montmeló cambiamos unas cuantas cosas en mi manera de pilotar y en los reglajes de la moto. Y fuimos mejorando. Poco a poco. Lo demostramos en Brno. Estamos convencidos de que es el camino, aunque todavía nos falta algo para poder jugarnos la victoria en cada carrera.
P. La Ducati es la única marca que ha conseguido tres dobletes en un año. ¿Tienen la mejor moto del momento?
R. Hablar de la moto en sí misma no tiene sentido, porque no lo tiene hablar de la Ducati sin Dovizioso o sin Lorenzo, o hablar de la Honda sin Márquez. Y en este momento el binomio más fuerte es el de Márquez y Honda. Nos lleva 60 puntos de margen. Es cierto que a las otras Honda les cuesta, es probable que la moto no esté totalmente lista; la Ducati, en cambio, sí que está en forma porque hay tantos pilotos de Ducati que van rápido. Nuestra moto tiene una gran base, entre las gomas, la potencia, la aceleración, la frenada… Si repasas uno por uno todos los puntos ves que tenemos una buena moto, pero de ahí a que sea la mejor… Eso solo se puede decir en la barra del bar.
P. “Aún no tenemos la moto perfecta”, dijo el otro día. ¿Qué falta?
R. La moto perfecta no existe. Pero lo que necesitamos es que se adapte al campeonato. A unas gomas que son un poco distintas de las del año pasado y que te dan problemas en determinados momentos. Los neumáticos han cambiado un poco y no se puede trabajar con ellos como el año pasado. Se nos acaba antes la goma este curso. Estamos trabajando para mejorarlo, pero no es fácil.
P. ¿Qué tiene esta moto que la adaptación no es fácil?
R. La Ducati siempre ha sido una moto muy extrema. Por eso son muy pocos los que pueden ir rápido con ella. La Ducati conserva un ADN muy particular, quizá el más particular, pero ahora hay más pilotos que pueden ir rápido con ella. Gracias al trabajo hecho desde el 2013 hemos podido hacer una moto que funciona más o menos bien para todos.
No he sido nunca de los que juegan fuera de la pista. Jorge se equivoca
P. Lorenzo le ha acusado de tratar constantemente de minimizar sus logros. ¿Hay que jugar también fuera de la pista?
R. Yo no he sido nunca de esos que juegan fuera de la pista. No he sabido hacerlo nunca, ni lo he buscado tampoco. Jorge cree que lo hago, pero se equivoca mucho. Él tiene sus ideas y las mantiene independientemente de lo que le digan o lo que ocurra a su alrededor. Le he escuchado más de una vez explicar cómo él cree que yo hablo con los periodistas e intento que se mosquee. Lo que él no ha entendido es que no solo no lo he hecho nunca, sino que no soy capaz de hacerlo. Su problema es que no sabe cómo acercarse a los periodistas, y acaba poniéndose en una situación en la que los periodistas le critican. Yo tengo una relación de respeto con los periodistas, me escuchan, tratan de no buscarme problemas, porque soy un tipo tranquilo. Él no. Y por eso los periodistas buscan la declaración. Si me conociese sabría que no tengo tiempo que perder con estas cosas, ni con las redes sociales, ni como para ir hablando de alguien para amargarle el día. Me encantaría que lo pudiera entender. Que le llegase al menos, porque no sé si lo entenderá.
P. Usted apostó por Petrucci o Miller como sus compañeros los próximos dos años, ¿qué le hacía pensar que la continuidad de Lorenzo no era buena para la fábrica?
R. En el momento en que había que decidir quién tenía que ser el piloto para el año próximo Jorge no había conseguido aún ni un buen resultado. Esa era la realidad de las cosas. Y, ¿por qué tenía que seguir Jorge con la Ducati cuando no había logrado ni un resultado en un año y medio? Es lógica, no solo mi opinión. Cuando piensas qué hacer, juzgas con los resultados; si estos no existen piensas en otros pilotos. No es que yo quisiera echar a Jorge, pero empezó a ganar demasiado tarde. Si hubiera ganado una carrera antes, todo sería distinto.
P. Da la sensación de que Márquez tiene este título muy a mano, ¿cómo se le puede combatir?
R. Es muy difícil. Marc es muy fuerte en muchos aspectos. Y a pesar de que ha cometido errores y que ha tenido altibajos, casi siempre ha conseguido llevarse el campeonato. Siempre está. Pero estoy convencido de que no es imbatible.
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