La ‘Gasol’ y el talismán repiten el desafío del hockey en la semifinal del Mundial
España se mide a Irlanda con dos de las jugadoras en la cita precedente de 2006: Silvia Muñoz, la capitana, se rompió el peroné un día antes y ahora es la doctora de la selección que lidera Gigi Oliva, que entonces debutaba con 16 años
Sucedió en octubre de 2006, en el Club de Campo de Madrid. La expectación era como nunca desde el gran aldabonazo de la selección femenina de hockey hierba cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. La cita, frente a Australia, en la semifinal del Mundial. En el partido anterior, ante Inglaterra, Silvia Muñoz, la capitana y líder del equipo, se rompió el peroné. Sus compañeras no pudieron evitar las lágrimas, pero hicieron de tripas corazón y trataron de levantarle el ánimo, “Eres nuestra Gasol”, le corearon. Solo un mes antes, la selección de baloncesto se había coronado campeona del mundo después de que Pau Gasol sufriera una grave lesión en la semifinal ante Argentina. La selección se confabuló para dedicarle el triunfo. Arrollaron a Grecia en la final, en presencia de su líder. Pau, ayudado de unas muletas, lo celebró a lo grande con sus compañeros.
“Yo me rompí el peroné contra Inglaterra, en un partido en el que ya me habían dejado el ojo morado. Fue el 4 de octubre. También me hicieron una camiseta, como a Gasol, con la inscripción: Silvia también juega”, cuenta desde el hotel de concentración de la selección en Londres, donde se disputa el Mundial. El destino ha querido que se encuentre de nuevo ante una segunda oportunidad para darle al hockey femenino español el segundo mayor éxito tras el oro en Barcelona-92. Esta vez, el rival español es Irlanda (15.00, Eurosport), y Silvia, que se retiró en mayo de 2012 con 225 internacionalidades y el sinsabor de no haber podido el récord de 227 en poder de Mari Carmen Barea al haber perdido España la clasificación para los Juegos de 2012, ejerce ahora de médico de la selección.
No será la única que repetirá. Georgina Oliva también estuvo en aquél Mundial hace 12 años. Por entonces, Gigi, como todos la llaman, era el talismán de la selección. Tenía 16 años. “Desde que se incorporó en febrero, ganamos”, recuerda Silvia Muñoz. “Nunca habíamos hecho algo tan grande. Yo le decía: ‘Gigi, que es esto no es lo normal, que lo que suele pasar es que, tras muchos esfuerzos y sudor, nos ganen”. La derrota ante Australia fue muy dura, con un gol de oro, en la prórroga. El público que llenó el Club de Campo trató de insuflarles ánimo y las despidieron al grito de “¡Campeonas!”. También perdieron el partido por la medalla de bronce, ante Argentina.
Terrassa y el hockey de pura cepa
Tanto Silvia Muñoz como Georgina Oliva, una de Terrassa y la otra de la vecina Matadepera, estaban predestinadas a triunfar en el hockey hierba. El bisabuelo de Silvia, Antoni Escudé Galí, fue uno de los pioneros de este deporte en Terrassa y en España y tiene dedicado un monolito en una plaza que conduce a la cercana Matadepera. Toda su familia juega al hockey y grandes jugadores como Santi Freixa o Pol Amat son también biznietos de Antoni Escudé Galí. Su marido, Bernardino Herrera, también fue portero de la selección en unos Juegos.
El padre de Georgina Oliva, Jordi, fue olímpico en Los Ángeles 1984 y Seúl 1988. Su hermana mayor llegó a la selección y su hermano Roc Oliva consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
Oliva tomó el relevo de Silvia Muñoz y ahora es una de las capitanas de la selección. Atribuye el salto de calidad que les ha permitido plantarse de nuevo en la semifinal de un Mundial al trabajo iniciado en 2013 con la llegada del equipo técnico dirigido por Adrian Lock. “El juego empezó a ser más dinámico, no tan estático. Nos adaptamos mejor al estilo físico que se precisa ahora”, afirma Oliva, que desde hace cuatro años compite en Holanda, con el Kampong, aunque también saca tiempo para dedicarse a actividades relacionadas con su licenciatura en Ingeniería Aeronáutica.
Gigi apenas recuerda su torneo de 2006. “Era muy joven y apenas participé. En muchos partidos era la descartada”. Silvia Muñoz, interviene: “A veces me gustaría cambiar mi cabeza por la suya. No son conscientes de lo que están consiguiendo. Sé lo que es eso. A mí también me pasó cuando fuimos cuartas en Sidney 2000: no sabes lo que tienes hasta que pasa el tiempo”. La doctora de la selección no oculta sus sentimientos ante la nueva cita: “Me hace mucha ilusión y me dan mucha envidia. Es un equipo muy preparado y con muchas armas para ganar”. Silvia trabaja en medicina vascular, pero se especializó también en medicina deportiva. Haber competido, le permite conocer mejor lo que pasa por la mente de las jugadoras cuando se lesionan. Hoy, ella, Gigi y el hockey español, tienen una oportunidad para hacer historia.
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