Messi-Griezmann, liderazgos cruzados en Kazán
La Argentina liderada por el callado 10 del Barça, se enfrenta a la Francia del carismático 7 del Atlético
Cuando la parafernalia ni asomaba en el fútbol, Argentina y Francia se estrenaron como mundialistas en Uruguay 1930. En los europeos mandaba Lucien Laurent (autor del primer gol de los bleus en una Copa del Mundo); en la Albiceleste, Guillermo Stabile, máximo artillero en Uruguay con ocho dianas. Hoy en Kazán (16.00, Cuatro), Francia y Argentina se vuelven a encontrar. Ya no manda un empleado de la Peugeot como Laurent ni un actor como Stabile. La Albiceleste se refugia en un cacique sigiloso como Messi; Francia, en el carismático Griezmann, tan cerca del gol como de las bromas.
El paso del tiempo no le despojó a Messi de su timidez. Guarda ese andar silencioso que tanto incomoda a los entrenadores cuando las cosas no caminan en la Albiceleste. “Hay que interpretar sus caras y eso no siempre es fácil. Hasta que no explota no suelta nada”, cuentan desde el entorno de la selección. Molesto con el juego en Rusia, Messi delegó en Mascherano la voz en la reunión de los jugadores con el cuerpo técnico, tras la debacle ante Croacia. El Jefecito interpreta al 10 desde hace años, su fiel compañero a ambos lados del charco.
Cuando las cosas se tuercen, Messi suele recluirse. Salvo el Kun Agüero (su compañero de habitación) no había quien se animara a tocar la puerta de la 221 del búnker argentino en Bronnitsy. Tan ausente en la concentración como en el campo. Todo cambió cuando vencieron a Nigeria en San Petersburgo. Messi lideró la rebelión para sellar, con angustia, su pase a octavos. “Leo es tímido, pero a su manera se hace notar. Lo demostró ante Nigeria. Si él va al suelo para recuperar una pelota, nosotros nos tenemos que tirar de cabeza. Además, en el entretiempo con Nigeria, nos habló mucho”, contó Banega.
Antes de salir al campo en el segundo tiempo, Messi reunió a sus compañeros en el túnel de vestuarios. “Nos pidió que no nos estresáramos… Estábamos nerviosos y ese mensaje nos ayudó mucho”, reveló Marcos Rojo, autor del gol del triunfo. Un tranquilizante para sus compañeros, descanso para Sampaoli. “Leo tiene mucha claridad para ver el fútbol. Eso nos permite ver cosas que solos los genios pueden interpretar”, explicó Sampaoli. Y confesó: “A veces, es difícil estar a su altura, es un farol”. Eso sí, el preparador desmintió que le consultara los cambios. “Todo lo que hablo con mis jugadores es hermético. En ese momento tomé una decisión y comuniqué que iba a utilizar un plan previamente entrenado”, subrayó Sampaoli.
Con el partido ante Francia en la mirilla, Messi salió del ostracismo. A su manera, primero se liberó en el campo, después en la concentración. “Después de Nigeria se lo vio más sonriente, más cómodo. Eso es un aliciente para todo el grupo”, aseguran desde la selección argentina. “Messi siempre quiere ganar. Es esa clase de líder que está todo el día pensando en la victoria”, concluyó Banega. Respira la Albiceleste, ya no les hace falta que Messi hable. El 10 rompió el silencio en el campo ante Nigeria.
En una de las selecciones más jóvenes que Francia ha presentado a un Mundial (25,5), la personalidad jovial de Griezmann se impone con naturalidad. Su ascendencia alcanza desde los más jóvenes a los más veteranos. Lemar, Lucas, Dembélé, Mbappé, le siguen sus bromas y sus juegos infantiles. A los veteranos como Giroud también les hace gracia. Alrededor de él se ha creado una guardia pretoriana que encabeza Pogba. “Eh, a Griezmann no me lo toques”, le espetó el mediocentro del United a un periodista que le cuestionó sobre el bajo rendimiento de su amigo. “Este es un partido especial para él. Es normal que Antoine reciba atención mediática, hizo una gran Eurocopa y ahora quiere hacerlo bien en la Copa del Mundo. Ha ido poco a poco en términos de estadísticas, pero ha trabajado como ninguno para el equipo. Vamos a necesitar que esté a su mejor nivel para avanzar”, le defiende el guardameta Lloris.
Un nueve de referencia
Las charlas tácticas entre Deschamps y Griezmann son habituales. Tras el partido inaugural con Australia, en el que el tridente que formó junto a Mbappé y Dembélé no funcionó, Deschamps volvió a la fórmula con la que mejor ha rendido con la selección francesa. El técnico incluyó a Giroud como nueve. Griezmann tampoco brilló, pero la solución acordada volvió a repetirse ante Dinamarca. Aunque con un matiz, fue el partido en el que volvió a contar con más libertad para bajar a recibir balones. En el Atlético, Simeone también le escuchó para jugar con Gameiro, con el que le aseguró se entendía mejor que con Torres. “Contra Dinamarca me sentí bien en la primera mitad, traté de bajar de vez en cuando, para recibir, y después en el segundo tiempo, traté de estar más cerca del área. Este es el juego que quiero hacer y espero elevar mi nivel”, confesó en la zona mixta del estadio Luzhniki de Moscú.
Durante los días previos al duelo, en la concentración de Francia se ha observado a Griezmann tan dicharachero como siempre. Se le ha visto juguetón y cantando cumbia junto a Dembélé. Pero también hay quien le ha percibido preocupado por el nivel de juego que ha exhibido hasta el momento. Las consecuencias de alargar su decisión de permanecer en el Atlético se esgrimen en algunos medios franceses para explicar su apagado Mundial. Su cita con Messi es una oportunidad para reivindicarse. “En ese duelo gana Griezmann seguro”, anunció Mandanda. “Ha tenido un inicio complicado. Empezó con algunos problemas y necesitaba más ritmo. Necesitamos su mejor nivel y está haciendo todo lo posible para que así sea”, dijo Deschamps.
Ríe Griezmann, calla Messi; los dos juegan. Liderazgos cruzados en Kazán.
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