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Kane resuelve la mitad de la ecuación

El delantero borra la incógnita del gol en una Inglaterra que mantiene la duda histórica respecto a su portería

Jordi Quixano
Kane se ríe junto a Southgate y un par de compañeros.
Kane se ríe junto a Southgate y un par de compañeros.LEE SMITH (REUTERS)

El centro fue al punto de penalti y el seleccionador Gareth Southgate se preguntó: “¿Y Harry?”. Décimas de segundo después, Harry, el 9 de Inglaterra con Kane de apellido, puso la cabeza para marcar el gol definitivo ante Túnez (2-1) y el segundo en su cuenta particular. God Save the Kane, se leyó en algún rotativo inglés, juego de palabras acerca del himno God Save the Queen. Entre otras cosas porque el capitán, el delantero y la bandera de la selección, hacía buenos de una vez por todas los elogios sobre su fútbol y puntería, toda vez que es el máximo goleador de la Premier si se cuentan las tres últimas temporadas, con 84 dianas por las 65 de Agüero y las 59 de Lukaku. Es el gol una deficiencia histórica de los pross —por más que haya tenido delanteros de época como Bobby Charlton, Kevin Keegan o Jimmy Greaves—, que se une a la que se da bajo los palos, al menos desde mediados de la década de los 80.

Ya en la Eurocopa de 1992, el seleccionador Graham Taylor se percató de que el país había dejado de producir guardametas referenciales como lo fueron Gordon Banks, Peter Shilton y en menor medida Ray Clemence. Miró a la portería y se quedó con el anónimo Chris Woods, suplente de Shilton en el Nottingham Forest campeón de Europa (1979 y 1980) y después portero de equipos de segunda línea, amén del Rangers. Tras él, una retahíla de nombres y fiascos en los sucesivos grandes torneos: Seaman (del 96 al 2002), James (2004 y 2010, donde fue sustituido por Green, a quien se le escapó una pelota de las manos frente a EE UU), Robinson (2006) y Hart, desde 2012. Entre medio, Ben Foster, Joe Lewis, Scott Carson, Chris Kirkland…

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Para este torneo se daba por descontado el liderazgo de Joe Hart, que era el capitán. “Le pesó su mala temporada y sus galones, porque igual no aceptaba ser el suplente y era más un problema que una solución”, señala un jugador de Premier que conoce bien a Hart pero que prefiere guardar el anonimato. Por lo que Southgate escogió a Butland (ha descendido a la Championship con el Stoke), a Pope (se ha ganado la llamada por parar el 80,2% de los disparos; el segundo mejor en la estadística tras De Gea, con 80,7%) y Pickford, meta del Everton que se ha hecho con la titularidad. Southgate, que lo tuvo en la Sub-21, confía en él por su eficacia “en los centros, en las salidas con los puños, en su distribución del balón y calma para encontrar a los medios”. Pero las palabras del seleccionador no borran la duda sobre sus prestaciones, todavía por confirmar en Rusia. En el área contraria, sin embargo, hay certezas.

Kane sumó dos tantos y un triunfo en el estreno, actuación que disparó los piropos. Hay motivos porque la relación de los puntas ingleses con el gol en las grandes citas suele ser de lo más rácana, hasta el punto de que solo ha contado con dos Pichichis: en el Mundial de 1986, donde Lineker firmo seis tantos por delante de Maradona, Careca y Buitre (5), por más que cayeran en cuartos ante la campeona Argentina; y en la Eurocopa de 1996, donde Shearer (5) llevó al equipo a la semifinal que perdieron en los penaltis frente a Alemania.

En el resto de competiciones, los delanteros apenas pasaron de figurantes, circunstancia a la que se intentó rebelar Rooney —tan solo hizo un gol en las dos últimas Euros, aunque se quedó segundo en 2004 tras el checo Baros— y Geoff Hurst en 1966, única ocasión en la que Inglaterra venció el cetro mundial. Hurst, en cualquier caso, hizo cuatro dianas (tres en la polémica final frente a Alemania por su gol fantasma), lejos del portugués Eusebio (9) y el germano Helmut Haller (6). Un reto para Kane, que va por el camino recto, y un desafío para Inglaterra, que de vencer a Panamá cerrará su clasificación para los octavos, donde deberá tener resuelta la ecuación de las áreas.

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