Halldórsson, el verdugo de Messi que vive entre claquetas y porterías
El portero de Islandia, que también es director de cine, es un especialista en parar penaltis: ha parado 10 de los últimos 24
De un lado, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol, ganador de cinco Balones de Oro, estrella del Barcelona. Del otro, el portero de la debutante Islandia, futbolista del Randers de Dinamarca. A 11 metros de distancia, Messi frente a Halldórsson. Se adivina una ejecución plácida para el 10. No lo era. No lo fue. La debilidad del argentino es la fortaleza del islandés. El capitán de la Albiceleste ha fallado el 23% de los penaltis que ha tirado (25 de 107), cuatro de los últimos ocho que lanzó. Y mientras a Messi se lo humanizan las penas máximas, a Halldórsson lo endiosan. “Cuando llegas a un Mundial tenés algunos sueños, pararle un penalti a Messi era uno de ellos. Cuando marcaron, sabía que era mi momento”, reveló el guardameta. Es un muro, o lo que es lo mismo, un martirio para sus contrincantes. De los últimos 14 penaltis que le chutaron, fallaron 15; 10 los paró él. No es casualidad.
“Hice lo que tenía que hacer. Un penalti era algo que podía ocurrir. Por eso, estudie a Leo. Vi un montón de tiros de Messi e intente racionalizar lo que podía llegar a hacer. Afortunadamente salió bien”, explicó Halldórsson. La suerte del meta. la desgracia del delantero. “Me siento responsable por no habernos llevado los tres puntos”, aseguró Messi, más animado en la zona mixta, después de haber masticado mucha rabia en el vestuario. “Siempre fui bueno con los penaltis. Trato de meterme en la cabeza del que chuta. Tenía la sensación de que lo iba a tirar a esa esquina”, no falló el meta de Islandia. El portero visualiza sueños propios y ajenos. Tan efectivo bajo el larguero como con una cámara en mano. Halldórsson reparte su tiempo entre el cine y los campos de fútbol. Portero, sí; director de cine, también.
“Podría hacer una película con mi vida”, dice, entre risas. No le falta razón. Ya dirigió, para Coca-Cola, la publicidad oficial de la selección islandesa para Rusia 2018. El título: Saman (Juntos). Nada raro para la selección vikinga, fundamentalistas del trabajo en equipo, siempre arropados por una hinchada fiel y entregada. “Queríamos hacer un anuncio que emocionara a la gente, algo que les recordara que estamos juntos en este viaje. Podemos estar solo 11 en el campo, pero nunca no sentimos solos, todos los islandeses están detrás”, afirma Halldórsson. No era la primera vez que cogía la claqueta. En 2012, grabó el videoclip de la canción que llevó Islandia a Eurovisión. Dirigió, también, el documental Leikmenn okkar (Nuestros Jugadores), que contaba con Eidur Gudjohnsen, exjugador del Barcelona, como protagonista. “Me pasé mi juventud haciendo pequeñas películas. Empecé con 12 años y de los 16 a los 20 me dedicaba solo a eso”.
Criado Breidholt, en la periferia de Reikiavik, Halldórsson tenía claro que le gustaba el cine, en cambio, no estaba seguro si quería dedicarse al fútbol, mucho menos a defender los tres palos. Sin profesores a mano, chutaba contra una pared para perfeccionar sus reflejos. A los 18 probó suerte en un equipo de la cuarta división de Dinamarca y lo rechazaron. Su padre lo convenció de que se diere una oportunidad más. Le hizo caso. No le fue mal. En 2011 debutó en la selección, ya nunca más perdió la titularidad. Salvación de Islandia, verdugo de Messi. Una historia de cine. Ya tendrá tiempo de contarla.
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