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El convencimiento de Lorenzo

Tras la victoria en Mugello, el español logra la ‘pole’ en Montmeló con “la Ducati más completa” en año y medio

Nadia Tronchoni
Jorge Lorenzo, en el circuito de Montmeló.
Jorge Lorenzo, en el circuito de Montmeló. Enric Fontcuberta (EFE)

Jorge Lorenzo dice que está triste. Se siente triste, asegura, porque no le hubiera gustado dejar Ducati a final de curso. Porque se enamoró de esa moto y ahora, que por fin están en el momento más dulce de la relación, sabe que el matrimonio no será duradero. Está triste, señala. Pero sus ojos se iluminaron en Mugello. Y, desde entonces, lleva también una sonrisa estampada en la cara. Camina erguido. Henchido. De orgullo. Porque nunca dejó de creer en sí mismo. Pero le dolió que muchos lo hicieran. Y que ni siquiera miraran de reojo a su palmarés, a su historial, a su delicado, elegante y delicioso pilotaje. Porque su futuro ya está resuelto. Y porque, pese a lo que todos pensaron, ha logrado ser rápido con la Desmosedici GP18 sin renunciar a su estilo. Y ni siquiera le preocupa haber perdido tantos puntos por el camino en las cinco primeras carreras —está a 54 puntos de Márquez, el líder del Mundial—, sencillamente se deja llevar.

Quiere seguir ganando, como hace dos semanas en Italia. Y por primera vez en año y medio siente que puede hacerlo. Puede ganar. Y a su manera. Lo demostró con una magnífica victoria en Mugello, la primera con la casa italiana. Y ha vuelto a demostrarlo en Montmeló, donde ha martilleado el cronómetro cada día y donde saldrá desde la primera posición de la parrilla este domingo (14.00, Movistar MotoGP) gracias a la, también, primera pole con Ducati.

Su rendimiento este fin de semana en el Circuit se explica merced a unos tests en este mismo escenario a finales de mayo. “Nunca le ha faltado motivación”, decían en su entorno cuando, tras el gran premio de Francia, los directivos de Ducati se mostraban decididos a enseñarle la puerta de salida. “Un desmotivado no se casca 92 vueltas al circuito de Montmeló en un día”, añadían. 92 vueltas que, además, dieron sus frutos. El piloto español recibió las piezas que llevaba tiempo pidiendo, pudo modificar ligeramente la ergonomía de su moto y aquello le facilitó la vida en las frenadas. Cabezón, esforzado, probó y probó hasta que dio con la moto que más le gustó. Esta, afirma, es “la Ducati más completa” que ha conocido. Ha logrado que el tamaño de la moto no sea ya un problema: ahora se agota menos físicamente porque no anda peleándose con la máquina en cada frenada; además, puede aprovechar el paso por curva, su mejor arma, un punto a favor en circuitos como este, en los que tantas veces hay que dejar correr la moto, en plena inclinación, en virajes largos, enlazados. Y si el agarre no es perfecto y hay que cuidar bien las gomas, hay pocos pilotos tan finos como él, dulce en la entrega de gas. Fulgurantes sus salidas, demoledor su ritmo cuando se siente a gusto.

Marc Márquez, en Montmeló.
Marc Márquez, en Montmeló.LLUIS GENE (AFP)

Sabe Márquez lo peligroso que puede ser el mallorquín cuando está de dulce. Por eso, mientras Lorenzo marcaba la pauta, él jugó con sus propios límites en un trazado en el que sigue sufriendo para ser constante. En el que se pelea a todas horas con el tren delantero de su Honda, que llega cruzada a cada frenada, inevitables las derrapadas.

Márquez había llegado a la QP2 desde la repesca previa, la QP1, esa primera sesión en clasificación en la que los pilotos con los peores tiempos de la parrilla se juegan dos puestos en el listado de quienes pelearán por la pole minutos después. Se llevó el mejor tiempo de aquella sesión cronometrada. Lo hizo apenas unos minutos después de jugarse el pellejo. Una vez más. Se había caído por la mañana a la entrada de la curva 10, por forzar una frenada que no tenía controlada, porque quería más (“un error”, dijo); y por la tarde se dejó parte de su mono de cuero en el asfalto. Suerte que salvó la rodilla, con la que presionó con fuerza el asfalto para no caerse en el pico de la última curva. Hasta dos veces evitó la caída. Y hasta logró quedarse a solo 66 milésimas de segundo del tiempo de Lorenzo en la pole en un remodelado Circuit, con una curva más y más seguro. Un Circuit que cada vez sienta mejor a las Ducati (Dovizioso saldrá tercero) que a las Yamaha (cuarto Viñales, séptimo Rossi). Un escenario en el que el objetivo será batir a un convencido Lorenzo.

Los 10 primeros clasificados

1 Jorge LORENZO Ducati Team 1'38.680
2 Marc MARQUEZ Repsol Honda Team 1'38.746 0.066
3 Andrea DOVIZIOSO Ducati Team 1'38.923 0.243
4 Maverick VIÑALES Movistar Yamaha MotoGP 1'39.145 0.465
5 Andrea IANNONE Team SUZUKI ECSTAR 1'39.148 0.468
6 Danilo PETRUCCI Alma Pramac Racing 1'39.178 0.498
7 Valentino ROSSI Movistar Yamaha MotoGP 1'39.266 0.586
8 Johann ZARCO Monster Yamaha Tech 3 1'39.331 0.651
9 Tito RABAT Reale Avintia Racing 1'39.504 0.824
10 Cal CRUTCHLOW LCR Honda CASTROL 1'39.556 0.876

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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